Juan Pablo Cortés habla de su muy chilanga "Redención"

Juan Pablo Cortés
Juan Pablo Cortés
"Redención", de Juan Pablo Cortés y José Antonio Hernández, llegó el pasado viernes a los cines mexicanos con 10 copias. En esta cinta, Rodrigo Murray ("Amores perros") da vida a Gerardo, un empresario que busca remodelar una vieja vecindad del Centro Histórico de la Ciudad de México para convertirla en un bar. Por azares del destino, tiene que pasar la noche en el inmueble y a través del relato de los albañiles encargados de la obra conocerá, en unas cuantas horas, la vida de los inquilinos del lugar, a los que piensa desalojar.

Nuestra web hermana CorreCamara habló con Juan Pablo Cortés, quien nos comentó las influencias cinematográficas presentes en su muy chilanga (del DF) película; la razón por la que José Antonio Hernández y él decidieron convertir esta zona del Distrito Federal en un importante personaje de "Redención", así como los motivos por los que esta producción tardó más de diez años en llegar a las salas del país.

- ¿De dónde surge la historia de "Redención"?

Cuando salimos de la escuela de cine José Antonio y yo dijimos: “vamos a hacer una película del Centro Histórico, de la gente que vive ahí y de su magia”. No es una película cruda aunque es real, quisimos darle realce a un lugar tan especial y con mucha energía que no siempre ha sido retratado tal cual es. Nosotros queríamos hacer una película que fuera una declaración de amor al Centro Histórico y es muy curioso porque los mexicanos tenemos una idea de él que fue creada por las películas.

- Su película me recuerda a "Ciudad de ciegos" (Alberto Cortés) en el sentido de que varios personajes están relacionados con un lugar, que también se vuelve un personaje. ¿Hay una influencia de esta cinta en "Redención"?
No dudo que tengan alguna relación pero nuestras influencias más importantes a la hora de filmar "Redención" fueron la literatura de Charles Dickens ("Tiempos difíciles") y el cine que hicieron en la década de los 50, directores como Ismael Rodríguez ("Pepe El Toro") y Alejandro Galindo ("Espaldas mojadas").

- Alejandro Galindo también fue su maestro, ¿sería la influencia más grande en la película?
Totalmente, él me inició en el cine a los 17 años, cuando estaba dando un taller de guión, fui su alumno durante cuatro años. Él me impulsó a querer dedicarme a esto; murió una semana antes de que rodáramos la película (1999) pero seguía obsesionado con filmar y sobre todo con la posibilidad que tiene el cine de llegar a la gente, decirle algo y cambiarla. Esta cinta es una especie de tributo a su cine.

- ¿Por qué tardó tanto en llegar "Redención" en los cines?
Porque cuando la filmamos no debutaba gente tan joven como ahora; en todo este tiempo el panorama del cine ha cambiado, antes no existía todos los fondos (FOPROCINE, FIDECINE) que hay ahora. "Redención" la hicimos con dinero de nuestros bolsillos y luego buscamos financiar su acabado. También los procesos de postproducción cambiaron radicalmente, entró nueva tecnología que era muy cara e inaccesible. Afortunadamente hace dos años conseguimos dinero del Estímulo Fiscal 226 para poder terminar la película, nos tomó casi dos años la restauración del negativo y del sonido para que el resultado final fuera el óptimo.

- Pasaron más de diez años en este proceso; en la versión final ¿quitó algunas cosas que filmó y que con el paso del tiempo ya no le gustaron?
Quisimos ser fieles al espíritu de las personas que filmaron la película, pero la experiencia y el tiempo nos han dado otra perspectiva de la vida, lo que le aportamos en esta versión fueron la madurez y las posibilidades técnicas que tenemos ahora. Lo que si puedo asegurar es que es una película muy pensada, muy bien acabada pero conserva la frescura de cuando la filmamos.

- ¿Siguen siendo vigentes los temas planteados en "Redención"?
Lo sorprendente es que sí, lo que es muy grato para la película pero muy ingrato para la realidad mexicana. Porque cuando la filmamos queríamos hablar de la actitud de ciertas personas de llegar a un lugar que tiene una historia y no respetarla, creer que ese sitio cobra vida a partir de que nosotros llegamos ahí. Me gustaría pensar que Gerardo, el protagonista de la película es una metáfora de (el Jefe de Gobierno del Distrito Federal) Marcelo Ebrard, en el sentido de no tenerle respeto y cariño a un lugar como el Centro Histórico.

- Hablando de lugares ¿por qué situar la historia de la película en una vecindad?
Porque las vecindades se vuelven microcosmos de lo que ocurre con una sociedad y la película refleja de alguna manera, a la sociedad mexicana desde el punto de vista emocional. A nosotros no nos interesó hacer un melodrama crudo, radiográfico, documental, que hablara de la violencia, la inseguridad, la injusticia y las clases sociales. "Redención" habla de sentimientos porque la gente no sufre porque es pobre, porque la van a “lanzar” de su hogar o porque hay leyes injustas sino porque cae en desgracias y pierde a un ser querido, por ejemplo.

- ¿En qué lugares se filmó la película?
Fue en un par de vecindades, una estaba ubicada en la calle de República de Nicaragua y otra en la de República del Salvador, en una hicimos todos los interiores y en otra todos los exteriores. En el momento en que llegamos a filmar estaban desalojando a la última familia que quedaba, tuvimos todo el edificio para ambientar. Por cuestiones de congruencia, de estética y de la magia que le contagia a las películas el Centro, quisimos rodar estas historias en los lugares donde pudieron haber ocurrido. Además, en esos sitios encontramos rastros de la gente que había vivido ahí. Una de las historias de "Redención", la de la mujer que permanece en su taller de costura durante 60 años, estuvo inspirada en algo que vi: me meto a un cuarto de una de la vecindades y veo que todo está calcinado, preguntó qué pasó ahí y me contaron que acababan de desalojar a un inquilina pero como ella se rehusaba a irse, le prendieron fuego a su departamento; en el lugar había revistas muy antiguas de moda, enormes rollos de tela, una máquina de coser. A partir de ahí me empiezo a imaginar la historia de una mujer que ha pasado toda su vida en ese sitio, porque su mamá la chantajeaba diciéndole que al ser la hija mayor, tenía que cuidarla en su vejez y trabajar para mantener a la hermana menor que estaría haciendo su propia vida.

- ¿Por qué decidió estructurar la historia de tal manera que los albañiles se convierten en los narradores de la misma?

La razón es porque si hay una cosa que siempre envidié de la gente del campo, es ese gusto por sentarse en torno a una fogata y contar historias. En este caso, los albañiles son los que están en contacto con el lugar, los que se encuentran los objetos y son testigos de las historias. Estos personajes, que en otro relato podrían ser insignificantes en este caso son como el coro griego de la historia, quienes realmente te van a llevar al centro de la acción.

- En el reparto, además de Rodrigo Murray, están Erika de la Llave ("Zurdo") y Concepción Márquez ("La zona"). ¿Cómo se conformó este equipo?
Fue un proceso de casting que duró muchos meses porque nosotros queríamos tener a los mejores actores posibles, fuimos a la Compañía Nacional de Teatro, veíamos si había química con los actores que escogimos, si entendían realmente de lo que nosotros queríamos hablar. Yo estoy seguro que la película les va a dar a estos actores, la cuota de recompensas que se merecen, el público mexicano se va a dar cuenta de que existe talento de gran calibre en nuestro cine.

- Hace años hubo una retrospectiva de su trabajo en el Museo de la Ciudad de México ¿cómo recibió el público a "Redención"?
En esa ocasión mostramos una versión anterior de la película pero los asistentes, más que hablar de ella, comentaban que conocían a personas parecidas a los personajes de la cinta. Ahí me pude dar cuenta que la gente se sentía vinculada e identificada con la película, creo que si logramos retratar con precisión los sentimientos de las personas.