El inimitable "Ed Wood mexicano" Juan Orol revive en Roberto Sosa

Cartel de uno de sus films
Si Ed Wood fue reconocido como el peor cineasta de la historia de Hollywood gracias al film de Tim Burton que lleva su nombre, con Johnny Depp en cabecera de cartel, sin lugar a dudas en México su equivalente es el extravagante director, actor, guionista, argumentista, productor y editor gallego Juan Orol, quien es el protagonista, motivo y pretexto de la cinta de Sebastián del Amo "El mundo fantástico de Juan Orol", que acaba de presentarse para rebelar a las nuevas generaciones la personalidad del rey de cine de "rumberas" y "ficheras", con Roberto Sosa interpretándolo.

Se trata de la "biopic" de uno de los íconos de la historia del cine mexicano gracias a títulos como "Mujeres sin alma"  (1934), "Gangsters contra Charros" (1947); "Zonga, el ángel diabólico" (1957), "El fantástico mundo de los hippies" (1970) y un sinfin de películas "malhechotas" y de bajo presupuesto, que se han llegado a conocer en el argot local como "churros" cinematográficos.

Dirigida por Sebastián del Amo, con guión suyo y de Raúl Fernández Espinosa, este film de ficción -originalmente titulado "El surrealista involuntario", tuvo su première esta semana en el Teatro de la Ciudad del DF. En la cinta participan los actores Roberto Sosa, Jesús Ochoa, Roger Cudney, Karin Burnett, Plutarco Haza, Rodrigo Murray, Ximena G. Rubi, Gabriela de la Garza, Jesús Ochoa, Julio Bracho, Alberto Estrella, Juan Manuel Bernal, Yolanda Montez “Tongolele”, Esteban Soberanes, Juan Carlos Bonet y Rodrigo Cachero entre otros.

"La primera vez que se me ocurrió la idea para esta película estudiaba en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) -ha comentado el director a la prensa- fue un proceso largo, sobre todo la investigación, las películas de Orol son difíciles de ver; Iván Trujillo en la Filmoteca de la UNAM me proyectaba las cintas, no había copias en video; después nos pusimos en contacto con Pepe Díaz, dueño de los derechos de Orol y nos ayudó mucho",  puntualizó.

"Era como un hombre orquesta y debido a que hacía sus películas con pocos recursos económicos, parecía que eran malas, pero yo creo que conformó un género y viene siendo como el abuelo del cine de las "ficheras", pero antes llegó el de las "rumberas", comentó en la première Roberto Sosa, quien tuvo la encomienda de encarnar a Orol.

La trama se desarrolla a lo largo de ocho décadas, y comienza hacia el final de la vida de este longevo director, en los años 80, cuando está cerca de su  muerte.

Con un presupuesto aproximado de 24 millones de pesos, los productores se encuentran en la búsqueda de distribuidor para lograr que su largometraje se exhiba en las salas comerciales del país, con la idea de presentarse en marzo próximo en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

El surrealista involuntario

Orol nació en El Ferrol, La Coruña, España, en 1897 y falleció el 26 de mayo de 1988, en la Ciudad de México. Su infancia transcurrió en medio de la inestabilidad familiar, lo que provocó que aún adolescente iniciara una serie de viajes y aventuras por diversos países de América Latina (Cuba, México, Perú, Colombia, Venezuela). Esta alternancia geográfica lo llevó a su vez a la práctica de los más disímbolos oficios: fue mecánico, agente secreto, director artístico, galán de teatro, torero, pitcher de beisbol, reportero, corredor de autos, boxeador, locutor y algunas cosas más. En un viaje a Hollywood comenzó a interesarse por el cine y justo a principios de los treinta, a su regreso e instalación definitiva en México, se convirtió en productor fílmico con la película "Sagrario" (1933).

A partir de ese momento Orol inició una carrera verdaderamente mítica en los terrenos de la cinematografía. Sus éxitos taquilleros obtenidos con películas sentimentales y de muy primitiva factura marcaron los géneros y los moldes de una gran cantidad de cintas posteriores. Fue conocido sobre todo por sus películas de gangsters, auténticas parodias involuntarias del género negro surgido en el Hollywood de los cuarenta.

Hacia finales de su carrera se dedicó a filmar al margen de los sindicatos cinematográficos desplazándose a Cuba, Miami, Puerto Rico e incluso Nueva York. Su cine se ha prestado lo mismo para las más acérrimas críticas que para los más abiertos reconocimientos y elogios. Se trata de una de leyendas del cine mexicano.

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