La argentina María Victoria Menis rueda "María y El hombre Araña"

Menis
"María y el Hombre Araña" es el quinto largometraje de la directora argentina María Victoria Menis ("La Cámara Oscura", "El cielito") que se encuentra en plena etapa de filmación en la capital federal. La directora se propone en este nuevo proyecto seguir a sus personajes por una entramada red llena de contrastes: para lo que eligió filmar en locaciones diversas y disímiles de Buenos Aires tales con las calles de Puerto Madero, la Costanera Sur, el Barrio Rodrigo Bueno, la línea D de subterráneos, las calles de la Boca, los caminos de la Reserva Ecológica, los jardines y pabellones del  Museo de La Cárcova.

María y el Hombre Araña será protagonizado por la actriz uruguaya Mirella Pascual (Whisky), Luciano Suardi (El día trajo la oscuridad, de próximo estreno), Diego Vegezzi (La mirada invisible) y la joven debutante Florencia Salas.

El film, es una coproducción entre  Argentina (Domenica Films, Todo Cine), Francia (Echo Films) y  Ecuador (La Maquinita) y el guión de la misma directora y Alejandro Fernández Murray , obtuvo el Premio Fonds Sud, otorgado en Francia para ayuda a la producción.

Se trata de la historia de María, que tiene trece años. Pasa  las tardes vendiendo en el subte (metro de BBAA). Sus ojos oscuros, sus silencios, arrastran una misteriosa tristeza. El Hombre Araña, tiene diecisiete años y se gana la vida haciendo malabares también en el subte vestido con un  haraposo  disfraz de Hombre Araña. Menudo, ágil, desafiante. A veces pasa horas sentado en un banco de la estación, inmóvil. Vive en una casa semi-abandonada con un padre casi postrado que depende de él.   

Ella vive  en una casilla de la Villa Rodrigo Bueno, asentamiento vecino a  Puerto Madero, el  barrio más elegante  de Buenos Aires.  María vive con su abuela Eloísa, el compañero de esta: Garrido, y una foto carnet blanco y negro de una chica  de 18 años con los mismos ojos de María que la abuela lleva siempre en la cartera. Garrido es seductor, afable y cariñoso, sin embargo  hay algo más detrás de él,  algo oscuro, algo que se escapa en alguna mirada. María odia llegar a su casa, de donde huye en silencio cuando Garrido la llama.

En la estación  Plaza Italia del subte se encontrarán María y el Hombre araña. Ella cae por una escalera y el  pequeño Hombre Araña pega un salto y la sostiene. Como atrapado, cae rendido de amor.  María siente atracción y miedo, solo de a poco la dulzura de ese pequeño hombrecito le permite abrirse. El Hombre Araña encuentra en María su motivo para vivir. María, en él, el amor que le enseña a sonreír.

Ella  lleva dentro un pesado secreto, un dolor que su compañero de ruta ni siquiera sospecha. Lentamente  el velo, la cortina, se corre. Y mientras los alegres tambores murgueros de la villa resuenan, un suceso sacude la vida de María.

“El mundo de la infancia y el de la adolescencia, siempre me conmueven. Quise  contar la historia de dos adolescentes, una chica de trece años, y un chico de diecisiete, arrojados prematuramente del territorio de la niñez. María y el Hombre Araña son chicos que ya no viven como chicos”, sostiene la realizadora.

María y el Hombre Araña será filmada durante seis semanas, encontrándose en estos momentos en la tercera semana de su rodaje.

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