Daniel Giménez Cacho, torero en "Blancanieves": "La cámara puede ver lo que estás pensando, sin hablar"

Daniel Giménez Cacho (ASG)
El hispano-mexicano Daniel Giménez Cacho alterna en los últimos años papeles a ambos lados del océano, y ahora -por primera vez- se enfrenta a un rol muy especial, por ser mudo, el de un torero, padre de la protagonista, en "Blancanieves", la comedia que a medio camino entre el cuento de hadas y el ambiente de la Carmen de Bizet ha escrito y dirigido el bilbaino Pablo Berger ("Torremolinos 73"). El protagonista de "La mala educación" y "Colosio - El asesinato" confiesa en estas declaraciones compartidas con Notimex que siempre admiró el arte de los Toros.

- En España, después de ponerle una sotana, ahora lo vistieron de torero...

Es un personaje que creo que se ven pocos. Las relaciones de un padre con una hija, cómo de cierta forma la ha perdido y luego la llega a recuperar, enseñándolo algunas claves del toreo para que ella sea capaz de sobrevivir en la vida... No es algo muy corriente. Personalmente este papel es diferente de cualquier cosa que haya hecho antes, ahí sentado en una silla de ruedas, teniendo que actuar sin palabras, porque la película es muda. Es como un cuento que está en el inconsciente colectivo, que habla de la familia, de sus vínculos.

- ¿Qué más le atrajo de la propuesta?
Me llamó la atención que fuera precisamente un cuento clásico, "Blancanieves", una cosa poderosa. Cuando me hablaron de trabajar en la película fue antes de "The artist / El artista". Y era muy original. Me interesó como actor, por el desafío expresivo, por transmitir cosas sin hablar. Creo que la cámara puede ver lo que estás pensando, sin que hables.

- ¿Qué opina de los toros?
Siempre me gustó el tema del toro desde chico. Por ser hijo de españoles era como un vínculo con mi pasado, como una reivindicación de mis raíces. Descubrí más tarde al venir aqui a España que yo ya era mexicano. Pero de niño les dije a mis papás que quería ser torero, y me respondieron que eso no se estudia. Ahora para el rodaje pude aprender con José Luis Seseña, un mes, y me encantó. No quisieron soltar una vaquilla para que la toreara pero creo que lo hubiera hecho. Claro que me pasa algo y no podemos rodar...

- Hay quien considera que es un espectáculo cruel...

A mi me gusta el toreo... El hombre enfrentado a la muerte, es poético y artístico. Respeto a quienes no les gusta, pero es una forma de relacionarse con lo ancestral, el campo, la naturaleza. Hay una corriente que viene de Estados Unidos que pretende alejar la muerte, la sangre, el dolor y las contradicciones de la vida, pero como latinos estamos más interesados en eso. Cuando se murió mi madre hicimos un velorio en casa, con toda naturalidad.

- ¿Cómo ve usted el cine mexicano actual?

Se amplió mucho el espectro. Se produce mucho porque no hay control estatal de todo, y hay cosas que hablan de lo que está pasando, aunque al hacerlo de política y de corrupciones todavía nos pesa cierta autocensura. Creo que hay muchas cosas que hacer sobre lo que está pasando, sobre la corrupción, el sistema política. Nos falta como mucho sobre nuestra historia reciente. Y creo que tiene que ver con un sistema político muy autoritario y controlador que genera miedo y autocensura. Pero ya se puede, ¿no? Y desde luego hay público para esas propuestas. No es un tema de mercado.

- Tiene usted en proyecto una teleserie para la TV pública...

Sí, es una serie en Canal 11 sobre Tepito, "Crónica de castas", quiere recuperar el protagonismo del barrio, con todo lo que tiene, lo bueno, lo malo, porque es un barrio muy estigmatizado por la violencia, el narco, el menudeo, pero también tiene una cultura de sobrevivencia, la inteligencia mexicana de adaptarse a los nuevos tiempos y sobrevivir. Es un barrio que ha ido cambiando. Empezaron fabricando zapatos y ahora hay gente que se va a Hong Kong a traerse contenedores enteros de productos para la venta. También la serie habla de cómo pervive el clasismo y el racismo, entre las gentes. Es importante que sea TV pública mexicana. Es un momento importante para una manera de hacer las cosas, en cuanto a calidad y libertad de discursos, con autenticidad. Eso no se podría hacer en ningún canal privado en México. Lo digo porque yo también he trabajado con ellos. Y es horrible, pero aquí tenemos mucha más libertad.

- ¿Ustedes los artistas y cineastas pueden participar en un cambio en esos medios masivos?
Creo que sí, que como creadores tenemos la obligación de luchar por cambiar, por mejorar las cosas, no ser convencionales. La realidad es muy compleja y los intereses muy poderosos, el capital que todo lo puede, pero desde nuestra posición podemos proyectar maneras de vivir alternativas. No solo va a tener exito lo que nos presenta Televisa, basado en el mercadeo. Hay otras maneras de vivir que pueden funcionar. En ese sentido los canales públicos están haciendo un gran papel. Esperemos conservar esa TV pública y que crezca. No entiendo que la Ciudad de México, que es la más grande del mundo, con decenas de millones de personas, no tenga un canal propio de televisión.

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