Pablo Agüero dirigirá el año entrante "El cuerpo de Evita"

El cuerpo embalsamado de Evita
La "peronitis" aguda que aqueja al cine argentino está lejos de disiparse. Después de "Juan y Eva", "Puerta de Hierro, el exilio de Perón", o "'¡Atraco!" ahora le toca el turno al cadáver de Eva Perón, cuyo periplo realmente es "de película" y dificilmente imaginable por el más creativo de los guionistas. Pablo Agüero ("77 Doronship") dirigirá en 2013 el demorado proyecto "El cuerpo de Evita", película que narrará el recorrido internacional de los restos mortales de la mujer del presidente y sus avatares, filmada al estilo del cine negro de los años 50. Entre sus productores se encuentra Haddock Films ("El secreto de sus ojos").

La película contará con material documental y elenco argentino. Agüero explicó que "la película narrará la odisea de este cuerpo mágico que vuelve locos a los hombres de amor y de odio, que ha salvado y matado gente, evitado batallas y provocado revoluciones".

El relato se basa en una investigación exhaustiva que el director, nacido en Mendoza y radicado en París, realizó durante cinco años, para reconstituir por primera vez la historia real y completa de los viajes del cuerpo de Evita. El guión ganó el Premio Internacional de desarrollo en el festival de Amiens y el Grand Prix de guión de Francia.

"Intentando comprender la fractura política y social de nuestro país, intentando comprender también el horror de la dictadura y de las desapariciones de cuerpos humanos, llegué a la historia de esta primera desaparecida, Evita. Es para mí una de las historias más fascinantes y cinematográficas que existen. También entra en juego una relación puramente emocional con Evita, con su voz, que no sabría explicar", dice el realizador al diario mendocino Los Andes.

Sin elenco confirmado, se está buscando una actriz de entre 20 y 35 años, delgada, de menos de 1,65 de altura, para el rol protagónico. "El cuerpo de Evita" comenzará a rodarse en el segundo semestre de 2013, anunció Haddock Films por la red social Twitter.

Según escribió Nigel Blundell, tras su prematura muerte en 1952, víctima del cáncer, el cadáver de Eva Perón fue sometido a un proceso completo de embalsamamiento que duró casi un año. Quien fuera su marido fue derribado por los militares tres años después y se exilió en España, desde donde reclamó el cuerpo de la fallecida, que permanecía en la sala 63 del edificio de la Confederación General del Trabajo, en Buenos Aires, frustrados los intentos de crearle un mausoleo antes del cambio político.

Los militares, conscientes de que hay que personas que pueden seguir ganando batallas después de muertas, en lugar de entregarlo, decidieron "desaparecer" el cadáver, que contra la primera intención de destruirlo circuló por diferentes edificios militares y civiles y terminó escondido en el piso del mayor Antonio Arandia. Este, consciente de que los peronistas estaban organizados e investigaban el paradero de la infortunada primera dama del país, dormía con una pistola junto a su lecho. La paranoia que sentía acabó provocando una muerte totalmente inesperada. Al oir ruido entre sueños el oficial se levantó y disparó contra quien pensaba era un intruso peronista, pero resultó ser su esposa, embarazada.

Tras el incidente, el cadáver de Evita fue trasladado al cuarto piso del cuartel general del servicio de inteligencia militar, oculto en una de varias cajas con etiquetas de "Equipos de radio". En un intento de distraer y confundir a sus seguidores, los uniformados repartieron ataúdes por varios lugares dentro y fuera del país, pero realmente el cajón que contenía sus restos fue embarcado rumbo a Bruselas y de ahí viajó a la entonces capital alemana, Bonn. Allí, sin que el embajador argentino se enterara, el cajón fue almacenado en un sótano de la embajada. De ahí pasó a Roma y luego a Milán, donde fue enterrado bajo un nombre supuesto y permaneció a lo largo de 15 años.

Tras varios gobiernos militares, el nuevo hombre fuerte del país, teniente general Alejandro Lanusse, propuso al septuagenario Perón que regresara del exilio y como prueba de buena voluntad le ofreció recuperar el cuerpo de su esposa. En 1971, en efecto, se lo llevaron hasta su residencia en Madrid, pero cuando al año siguiente regresó a la Argentina, el féretro se quedó en la mansión de la capital española, desde donde no regresaría a su país hasta después de la muerte del dignatario.

Pero la apasionante historia de la "viajera" no acaba aquí, porque la viuda de Perón, "Isabelita", que le había sucedido en el poder, fue también derrocada por los militares y mientras el presidente sí fue enterrado no ocurrió lo mismo con su anterior mujer. Estuvo en un depósito hasta que el ejército optó en 1976 por enterrarlo en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires, donde parece que finalmente descansa en paz.

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