La comedia negra mexicana "Diente por diente" llega a las salas

'Diente por diente'
Tras pasar por Guadalajara (donde se llevó el premio al mejor guión) y Guanajuato, el año pasado, el mexicano Miguel Bonilla ha conseguido estrenar en salas comerciales su opera prima, la comedia negra "Diente por diente", una aproximación "diferente" al problema permanente de la delincuencia en el país, que aquí se trata con notable humor negro y crítica social, dirigida en buena medida a los medios de comunicación más amarillistas, que hacen de la nota roja un lucrativo negocio. "Lo que quería era abordar los temas de violencia, de inseguridad en la ciudad, que no precisamente es el DF, sino cualquier grande y el fenómeno de una nota, de cómo los medios expanden una nota, la hacen más grande y se sale de control", ha dicho el joven realizador y guionista.

Pablo Kramsky, periodista especializado en nota roja (sucesos) para la publicación Alarido, es víctima de un robo en su miniapartamento. Un compañero de trabajo le ofrece un arma, esto lo lleva a cometer un crimen, mata a una persona porque se siente en peligro. Kramsky no es brillante en su trabajo, pero una nota sobre un posible vigilante que hace justicia por su propia mano le otorga reconocimiento laboral y admiración por parte de sus compañeros. De esta manera, Kramsky repite la fórmula cometiendo crímenes y redactándolos, creando así un personaje, un héroe nacional que combate el crimen.

Dario Ripoll, Carlos Cobos, Alfonso Borbolla, Fernando Becerril, Ximena Ayala y Vanessa Ciangherotti protagonizan una comedia que "critica a todos los medios, que de pronto convierten en un fenómeno cosas como 'El chupacabra' o 'La Paca', cuando no son importantes. Parece que ya nos acostumbramos a la inseguridad y no debe de ser así", ha comentado Bonilla.

"Me parece que los personajes ajustaron muy bien para cada actuación, creí que era una buena oportunidad de trabajar con Alfonso Borbolla porque no se trata de un personaje común y me pareció adecuado proyectar un rostro que no es el común", comentaba el cineasta mexicano.

Para Miguel Bonilla abordar el tema de un héroe nacional que combate al crimen fue la manera de hacer una catarsis: "Creo que todos los que hemos sido víctimas de la inseguridad tenemos cierta crítica a la sociedad, en el caso de la película, Kramsky mata a una persona por paranoia. Es un tipo mediocre, que vive con la necesidad de obtener reconocimiento laboral y admiración por parte de sus compañeros, de esta forma repite la fórmula cometiendo crímenes para hacerse notar".