Hablamos con Andrea Herrera Catalá sobre su comedia "Nena, salúdame al Diego"

Andrea Herrera, con Sofía Bertolotto (FCM)
"Nena, Saludáme al Diego", comedia venezolana de Andrea Herrera Catalá, sobre la relación entre una madre y su hija, quienes disputan sus diferencias en relación a su diferente visión sobre la pertenencia a una u otra identidad nacional, protagonizada por las actrices María Alejandra Martín, Ananda Troconis y la argentina Sofía Bertolotto, tras un exitoso paso el año pasado por las salas nacionales se pasea por festivales. Acaba de participar en el español de Málaga, donde exhibió su mensaje sobre "el entendimiento familiar, la convivencia social, la comprensión entre todos y permita que la violencia armada de un paso atrás". NOTICINE.com entrevistó a su directora.

- ¿Qué cuenta en su película?

"Nena, saludame al Diego" es una comedia que cuenta la vida de Sofía, una chica que tras estudiar aquí en España periodismo, regresa a Venezuela y aunque todo dice que ella es venezolana, su pasaporte, su mamá, su partida de nacimiento… Todo dice que ella es venezolana, cuando regresa al país ella dice que lo que es en verdad -desde el fondo del corazón- es argentina y no venezolana. Al llegar se encuentra con una madre que es muy folclorista, muy defensora de los valores nacionales, venezolana hasta los tuétanos, que le dice que ella no se va para ningún lado. Y es que su madre, el plan que tiene, es convertir a Sofía en la nueva imagen de la juventud venezolana. A partir de ahí surge como una particular guerra de independencia por parte de Sofía que pondrá a prueba el amor entre ellas dos y ver si realmente las diferencias son solucionables.

- Tengo entendido que el guión proviene de una tesis estudiantil...
Valentina había escrito esto como una tesis de grado. Era una versión que en su origen, digamos en su esencia, sigue siendo exactamente la misma, pero creo que fueron tres años de trabajo. Entramos a trabajar con un escritor que es argentino, vive en Francia, se llama Miguel Machalski. Nos estuvo tutoreando, nos estuvo acompañando un año más o menos. Llegamos a distintas versiones, sobre todo iban en dos vías: una en síntesis como narrativa y, por otro lado, que el primer guión era obviamente una tesis y era infilmable, había escenas donde había 150.000 extras… No. Entonces todo el proceso y sobre todo, fue un proceso en el que ella escribía mucho, pero había mucha pared por mi parte. Entonces, eso me permitía a mí de alguna forma conocer desde muy adentro la historia para cuando la fuera a hacer, fuera de alguna forma mía también. Si bien yo no escribí nada, la conocía muy bien al momento de hacerla.

- ¿Como se ha sentido en este debut largo tras su previa experiencia en el corto?

Sí, son los primeros 90 minutos sobre mi espalda. Antes habíamos hecho un tríptico, tres cortometrajes tres mujeres directoras, historias sobre mujeres y había tenido una salida comercial y también a festivales, pero en rigor, yo había hecho ahí nada más un mediometraje de 30 minutos. Y estos son los primeros 90 minutos. Ha sido una experiencia… A ver, a mí me gusta mucho filmar, el set me encanta, me la paso muy bien, contar historias es un placer, pero lo cierto es que llevar 90 minutos, mantener un tono y lograr que la película tenga una lógica, simpleza narrativa y, que además, técnicamente esté muy bien es un proceso muy arduo. Realmente yo me tuve que abocar un año y medio exclusivamente a la película

- "Nena, saludame al Diego" hábla de tolerancia y respeto, algo que ahora mismo suena a ciencia-ficción en un país tan polarizado politicamente y en crisis como Venezuela...
Tal vez haya llegado tarde... Ya se estrenó en Venezuela en mayo del año pasado. Si se reestrenara en este momento, la película es una comedia, pero en el fondo de lo que habla es de aceptar el otro en diferencias, que aunque tú pienses distinto a como yo pienso, nos tenemos que entender y nos tenemos que sentar a una mesa a dialogar. Y yo creo que en este momento en Venezuela es fundamental ese mensaje. Estoy segura de que no se volverá a reestrenar, pero creo que el mensaje sigue estando allí. Y sigue estando allí desde un lugar bonito, honesto, vitalista y llama a que dos partes que piensan radicalmente distinto y que se sienten absolutamente distintos, tengan que dialogar y entenderse. Y ese es un mensaje que me encantaría que hoy en Venezuela se escuchase.

- ¿Cree en el poder didáctico en el cine?

Creo que las historias mueven mucho y, sobre todo, las historias que el espectador conecta con ellas. Entonces, si la película puede invitar a algún tipo de reflexiones y a dejar mensajes, pues para mía, además de la hora y media de entretenimiento, si ese elemento adicional está pues fabuloso. Porque la película es una comedia y la película funcionó bien comercialmente. Ahora, yo creo que no es una película hueca, creo que hay un montón de cosas y que yo, en el momento en cual estaba haciendo, para mí eran cosas importantes para hablar en la Venezuela de hoy. Y yo creo que eso se dió, en el momento de estrenarla ya. Tengo muchas ganas de ver cómo va a funcionar acá, muchas muchas ganas.

- Su madre es la productora de la película, ¿cómo es trabajar con una madre en un ambiente con tanta presión como es un rodaje?
Bueno, la verdad es que venía viendo varias películas de territorio latinoamericano y la impronta de la madre latinoamericana está allí. Es a la vez muy difícil, pero también es una gran ventaja. Yo llevo trabajando en el cine desde los 15 años gracias a mi madre. Gracias a mi madre también tuve que hacer de becaria durante por lo menos, 5 películas antes de merecer realmente el puesto, porque era la hija de la productora ejecutiva. Por otro lado, tengo una productora absolutamente convencida de los proyectos y que va a luchar hasta el fin por eso. También, mi hermano era el director de producción, la otra productora ejecutiva es casi mi hermana. Estoy muy acostumbrada a trabajar en un ambiente familiar porque así lo aprendí a hacer, pero es complicado porque se tiñen muchas veces las conversaciones. Pero en este momento, lo que creo que nosotros hacemos mucho, creo que ayudó primero porque la guionista agarró mucho la relación madre e hija que teníamos mi mamá y yo. Claramente, es el proceso de trabajo porque nos sentábamos las tres a hablar del guión, y creo que ella, más que escucharnos las indicaciones o lo que le decíamos, ella nos veía discutir e iba anotando. Pero cuando vamos al set, el set como bien sabes es, como es un arte tan colectivo, es muy jerárquico, y entonces hay voces muy claras y eso se respeta. Yo tuve una gran generosidad por parte de mi madre en entender que era una película que yo quería hacer, que a ella le encantaba y que me tenía que dejar hacer. Y que si ella entraba mucho en el día a día en el rodaje, la cosa, precisamente por todas las conversaciones que tenemos madre e hija, podía complicarse. Entonces, tuvo una gran generosidad en ayudar a que este proyecto se hiciera, pero también tuvo generosidad de dejarme hacer y dejar que el director decidiera.

- ¿Cómo vivió el festival de Málaga?
Bueno, nos lo pasamos muy bien. Hasta fuimos a fiestas, hemos visto varias películas… Lo que a mí más me gusta de los festivales es que puedes ver mucho cine de otra gente y ver qué es lo que está pasando en el mundo. Estoy tratando de ver mucho cine español, tratando de ver casi todas las películas de Territorio Latinoamericano que no había podido ver. Y la estoy pasando muy bien. Me gusta Málaga, no la conocía. Conocía Andalucía, pero no Málaga, y me gustó.

- Hay muchas directoras latinoamericanas, ¿cree que la visión femenina dista de la masculina o están parejas?
Yo creo que tenemos igualdad de oportunidades, de verdad lo siento así . Pero sí son distintas, son visiones distintas y no creo que mi película sea, sí es una película femenina, pero no creo que sea una película concretamente feminista de un movimiento marcado. Pero sí creo que cambia, sobre todo por las vivencias de cada director, todo ese tipo de cosas va definiendo un tipo de cine, un tipo de interés, un tipo de contar las cosas. Mi película, no en vano, las tres protagonistas son mujeres porque me interesa y cada vez me interesa más contar historias de mujeres.

- La cinta incluye vertientes temáticas, la femenina, la racial. También habla sobre nacionalidades y nacionalismos, ¿hay que viajar para ver tu propio país desde otra perspectiva y el país de otros también?

Hay que viajar siempre, siempre. Viajar te ayuda, sobre todo porque te ayuda a ver las cosas con distancia y conocer muchas otras cosas que en definitiva te enriquecen. Esta historia, en relación a la identidad del venezolano, a mí me toca mucho porque yo crecí en Francia, soy venezolana, crecí en Francia, pero de repente mi madre decidió que ella quería tener hijos como con una conciencia muy latinoamericana y muy venezolanos. Y a los 10 años regreso a Venezuela y ni siquiera sabía hablar español. Entonces, a partir de allí tengo que empezar a aprender lo que en principio yo tenía que hacer. Y me costó mucho tiempo, me costó hasta ahora que tengo 37, habla de 20 años esta película para lograr entender qué soy yo como venezolana, como latinoamericana y cómo me siento en relación a este país y a esa cultura. Y de nuevo, hay que viajar porque creo que amplía los horizontes, amplía tu cerebro, tu forma de ver las cosas. Yo lo recomiendo mucho.

- El ser humano es muy contradictorio. Hay quien odia a la gente de otros países y, por el contrario, hay quien admira y se deja seducir por esas diferencias, ¿de qué cree que depende eso?

Que no han viajado lo suficiente, básicamente (risas). Yo ultimamente me quedo como venezolana que vive entre España y Venezuela, vivo mitad de mi tiempo aquí, mitad de mi tiempo allá y escuchar todo el movimiento… Ellos tratan de que no les llamemos de ultraderecha, pero que lo son, de xenofobia pura y dura en la que, básicamente todos los problemas que hay de desempleo o los problemas que hay de paro se les culpabiliza exclusivamente a los inmigrantes. Y es como: "No señores". Estamos viviendo una gran crisis financiera mundial y esa cosa de Francia para los franceses a mí me enerva. Yo creo que el mundo ya está en otro punto, estamos en un punto de globalización donde simplemente tienes que… Además, la cosa multicultural y la cosa distinta siempre va a enriquecer. Entonces, esa visión de que no quiero que algo externo venga para acá, a mí me parece absurdo. Y creo que la gente que piensa así debería viajar más.

- ¿Tiene algún proyecto en mente?
Tenemos varias cosas. Ahora, en Barcelona estamos con un colectivo que se llama "La Escombrera" que, no importa, no hay dinero, pero desde los escombros hacemos cosas, hacemos videoclips y hacemos muchas cosas. Está muy bien. Y estamos trabajando ahorita en la reescritura del segundo guión de otra comedia, pero ésta sí que va a ser como mucho más negra. Estamos ahora con el fondo de desarrollo de Ibermedia. Y nada, me interesa seguir haciendo comedia. Ésta recoge mucho más la tradición de Tomás Gutiérrez Alea o de Berlanga con "Bienvenido Mister Marshall". Es como algo que llega a un pueblo en la Venezuela profunda y lo revoluciona, y vemos como todos esos personajes van a reaccionar frente a su propia codicia y frente al oro, el oro negro, el coltán… En fin, ahora tenemos muchos proyectos y estamos trabajando.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.