Beatriz Sanchís escribe sobre "Todos están muertos"
Por Beatriz Sanchís *
"Todos están muertos" es una historia de fantasmas: los fantasmas del pasado, los amores que pasaron y los familiares que ya no están. Es una historia de muerte: habla de la necesidad de trascender, mediante el anhelo de éxito o la herencia familiar, trascender para evitar la muerte. Habla de la muerte en vida y de los muertos que vuelven a la vida. Es una historia de familia: una familia que supera esos fantasmas, se libera del peso del pasado y puede mirar hacia adelante.
En "Todos están muertos" conviven dos tipos de referencias: El cine que ha marcado en mi infancia y mi juventud y las obras me han influido en la creación de este proyecto en concreto.
El cine que he mamado en la infancia, principalmente el de Spielberg de los 80: "Los Goonies", "E.T.", "Encuentros en la tercera fase", etc... Un cine hecho de emociones y de sensaciones, en el que lo paranormal era un tema habitual.
También el cine que me alimentó en la juventud, un cine europeo, principalmente francés, con Godard y Truffaut a la cabeza. Un cine construido a base de detalles y de conceptos, pero que también habla, de manera más sofisticada, de la reivindicación de la inocencia, del ingenio y de la creación.
Por otro lado, tenemos las referencias concretas para este proyecto: El neorrealismo italiano del que echo mano a la hora de plasmar los conflictos familiares. Su influencia me permite construir de una manera “física” los desencuentros de esta familia. Y Tenesse Williams, en el que me apoyo para edificar ese universo familiar cerrado y opresivo.
Como las heroínas de Williams, Lupe es un personaje con grandes dosis de ceguera y cuyo peor enemigo, es ella misma. Todo esto, bien agitado, es "Todos están muertos".
(*): Beatriz Sanchís es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia y la Sorbonne Nouvelle (Paris III). Durante años ha estado trabajando en el medio audiovisual, principalmente en cine y publicidad. "Todos están muertos", coproducida por México y Alemania, que se estrena este viernes en salas españolas es su opera prima en el largometraje, tras cuatro cortos. Con ella ganó cuatro premios en el Festival de Málaga, entre ellos el de mejor actriz (exaequo con Natalia Tena por "10.000 km") para su protagonista, Elena Anaya.
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"Todos están muertos" es una historia de fantasmas: los fantasmas del pasado, los amores que pasaron y los familiares que ya no están. Es una historia de muerte: habla de la necesidad de trascender, mediante el anhelo de éxito o la herencia familiar, trascender para evitar la muerte. Habla de la muerte en vida y de los muertos que vuelven a la vida. Es una historia de familia: una familia que supera esos fantasmas, se libera del peso del pasado y puede mirar hacia adelante.
En "Todos están muertos" conviven dos tipos de referencias: El cine que ha marcado en mi infancia y mi juventud y las obras me han influido en la creación de este proyecto en concreto.
El cine que he mamado en la infancia, principalmente el de Spielberg de los 80: "Los Goonies", "E.T.", "Encuentros en la tercera fase", etc... Un cine hecho de emociones y de sensaciones, en el que lo paranormal era un tema habitual.
También el cine que me alimentó en la juventud, un cine europeo, principalmente francés, con Godard y Truffaut a la cabeza. Un cine construido a base de detalles y de conceptos, pero que también habla, de manera más sofisticada, de la reivindicación de la inocencia, del ingenio y de la creación.
Por otro lado, tenemos las referencias concretas para este proyecto: El neorrealismo italiano del que echo mano a la hora de plasmar los conflictos familiares. Su influencia me permite construir de una manera “física” los desencuentros de esta familia. Y Tenesse Williams, en el que me apoyo para edificar ese universo familiar cerrado y opresivo.
Como las heroínas de Williams, Lupe es un personaje con grandes dosis de ceguera y cuyo peor enemigo, es ella misma. Todo esto, bien agitado, es "Todos están muertos".
(*): Beatriz Sanchís es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia y la Sorbonne Nouvelle (Paris III). Durante años ha estado trabajando en el medio audiovisual, principalmente en cine y publicidad. "Todos están muertos", coproducida por México y Alemania, que se estrena este viernes en salas españolas es su opera prima en el largometraje, tras cuatro cortos. Con ella ganó cuatro premios en el Festival de Málaga, entre ellos el de mejor actriz (exaequo con Natalia Tena por "10.000 km") para su protagonista, Elena Anaya.
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