El argentino Gabriel Arregui habla sobre su estreno "Uno mismo"

El Chino Darín, Duplaá y Arregui
Protagonizada por el Chino Darín y María Duplaá, el quilmeño Gabriel Arregui estrena esta semana en la Argentina "Uno mismo" (2015), película centrada en un único personaje llamado Uno, que hace del individualismo una forma de vida. Pero un día conoce a Una y ¿todo cambiará? Rodada en Quilmes y con la impronta del barrio, el fútbol y la cerveza, el director charló con nuestros compañeros de EscribiendoCine sobre esta historia que le escapa a todas las convenciones del cine argentino actual.

- ¿De dónde nace la historia de "Uno mismo"?

Tenía ganas de filmar una historia de amor diferente, con un solo punto de vista, con un personaje central que llevara el peso de toda la historia, que fuera un personaje palpable, normal, con amigos, pero solitario. Y mostrar lo difícil que a veces es convivir cuando "uno" se acostumbra a la soledad, a disponer de su casa y de todo su tiempo.

- En la película pone a Quilmes casi como un protagonista más, ¿por qué esa decisión?
Nací y me crie en Quilmes. ¿Que le puedo hacer? (risas). Soy fanático del cervecero, me gusta el fútbol, me encantan los lugares típicos de Quilmes, el río, la cerveza, las plazas, el hospital, la cancha, el cementerio, el parque cervecero, el centro. Todo esto confluyó para que "Uno mismo" sea la primera película que disfrute al filmarla y no tuve nunca la sensación de terminarla ya.

- Tengo entendido que estuvieron un par de meses con el Chino Darín recorriendo Quilmes para entrar en el personaje. Cuénteme cómo fue ese proceso y que es lo se proponían lograr.
La meta era que el Chino Darín pudiera sentirse un habitante de Quilmes y no un actor que viene a hacer de quilmeño. Para eso, había que rozarse con la gente, con su accionar, con los espacios. Y estaba tan aclimatado a Quilmes, que terminaba de filmar una escena y el Chino salía en ropa interior a la calle a fumar un pucho como si nada, como si estuviera en su casa.

- "Uno mismo" es una propuesta delirante que se aleja bastante de los cánones del cine argentino y que se vuelve más cercana a lo que hace Michel Gondry. ¿Trabajó en base a este tipo de influencias cinematográficas?
Me gusta la concepción de cine de tipos como Gondry, la de no aferrarse a lo que ya está listo e ir un poco más allá, de alejarse de la línea de lo establecido, lo que funciona. En Uno mismo me sumergí sin tener gran idea en el mundo de la animación por vez primera. Y me gustó tanto, que con Walter, el dibujante y animador con quien trabaje, nació la idea de que podríamos hacer juntos una película de animación.

- ¿Va a dejar la realidad por la animación?

Quién sabe, capaz es mi próximo proyecto.

- La película trabaja mucho en la psicología de personajes individualistas y egocéntricos ¿Los pensaste como la metáfora de una sociedad que vive alienada a las redes sociales y que no sabe comunicarse de otra manera?
Uno (Chino Darín) no tiene un celular con WhatsApp, no tiene televisión, y todo es por propia elección. Eso no evita que Uno sea egoísta, individualista, pero se siente cómodo solo, a diferencia de la gente que si no tiene su Iphone cree que tiene un brazo menos. Uno disfruta de su vida solitaria, baila solo en su casa, escucha la radio, juega al futbol con amigos, de ser hincha de Quilmes, de ir a la cancha. Tiene el egoísmo de una persona madura, de la generación que hoy ronda de los 25 y 35 años y eligen vivir solos y después si da, si se encuentran con la persona adecuada, quizás formen una familia. O no.

- ¿Qué vio en el Chino Darín para ponerlo en un personaje donde tiene que estar el 95% de la película en pantalla?
Lo venía siguiendo desde "Farsantes", donde componía muy bien a un personaje difícil como hijo de Julio Chávez e Ingrid Pelicori. Además, el Chino daba con la edad, tiene muy buena voz, le sobra facha, y tiene mucha presencia en pantalla, no pasa desapercibido en lo que hace. Fíjate que en "Muerte en Buenos Aires" (2014) termina siendo el protagonista, haciéndole en cierto punto sombra al mexicano Demián Bichir, que venía de ser nominado a un Oscar. Es más, ganó hace poco el premio a mejor actor en un festival de Corea por esa película. A eso le llamo “presencia”. Y al Chino le sobra.

- ¿Cuál fue su reacción cuando le ofreció un personaje tan loco y radical?
Tuvimos una reunión en la cual me pregunto cómo era eso de que iba a volar por la ciudad, que iba a chocarse un semáforo en el aire, que se iba a despegar de la cama su cuerpo, que como iba a resolver todas estas cuestiones, pero digamos que pude aclarar sus dudas, y el Chino empezó a ser Uno desde ese primer encuentro.

- ¿Por qué prescinde de los nombres propios y solo los llamas como Uno?

No me gustaba ningún nombre para el personaje, y Uno resumía lo de hablar de Uno Mismo sin caer por ello en la locura. Además, pasa todo el tiempo que a mucha gente la conoces por su apodo y el nombre pasa a no existir, y no solo acá, fíjate los jugadores de fútbol de Brasil, que solo usan su apodo y así son conocidos.

- En los últimos años la comedia argentina empezó a tomar una presencia ausente años atrás, ¿Ve a "Uno mismo" como parte de ese movimiento?
Creo que tiene humor la película, pero no llega a ser una comedia a pesar de tener secuencia alegres, como la vida misma, porque es imposible vivir sin alegría. Y me identifico con la nueva comedia, con "Vóley", con las películas de Ariel Winograd, las de Diego Capusotto, las de Damián Szifrón. Uno mismo tiene cosas de todas ellas pero tiene su propia impronta de humor.

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