España, 2010: Año Nuevo, audiovisual distinto

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'Agora', la española más taquillera, producida por Telecinco
'Agora', la española más taquillera, producida por Telecinco
Por Jon Apaolaza

El año redondo 2010 previsiblemente se inscribirá con negritas en la historia del cine, y en general de toda la industria audiovisual española. Dos elementos influenciarán la transformación que llega: el llamado "apagón analógico", que modificará el panorama televisivo, y los cambios legales y administrativos que afectarán a la producción de películas. Vamos a ser testigos de una renovación, que sólo el tiempo dirá si deviene positiva o no tanto...

Para la próxima primavera, desaparece la señal analógica de televisión, o lo que es lo mismo, una mayoría de población española que ahora ve menos de 10 canales pasará a disponer de más de 40. La audiencia y la publicidad se dispersarán. Las grandes cadenas tendrán menos ingresos y en consecuencia invertirán menos. 2009 acaba con una sentencia del Tribunal Supremo que va a amargar las uvas y el turrón a muchos profesionales del cine estos días. Se duda de la constitucionalidad del precepto (que no es exactamente español, ojo, sino fruto de la directiva europea "Televisión sin fronteras") de que los canales televisivos deben invertir el 5% de sus beneficios en producir cine o TV movies. A lo largo del año que está a punto de iniciarse podría llegar esa patata caliente al Tribunal Constitucional.

En 2004, cuando presentaron la demanda judicial, las cadenas privadas no tenían el menor interés en financiar películas, un negocio que consideraban de dudosa rentabilidad y ajeno a su propia esencia empresarial. Sin embargo, cinco años después, ahora que el Supremo les da la razón, resulta que al menos para alguna el producir cine no sólo es motivo de orgullo, sino que ganan dinero con ello. El mejor ejemplo es Telecinco Cinema, la división del canal italo-español que ha conseguido este año éxitos de taquilla como "Agora", "Celda 211" y "Spanish movie".

En buena lógica, no habría motivo para que Telecinco (Antena 3 también ha logrado buenas cifras con "Fuga de cerebros" y "Planet 51", entre otras) deje la actividad cinematográfica, incluso si el Constitucional ratifica la sentencia del Supremo y quedaran eximidos de llevarla a cabo. Sin duda, a pesar de la pataleta judicial, las teles han hecho bien su trabajo y han mejorado sustancialmente la comercialidad del cine español, con una visión de producción más próxima a la de los estudios norteamericanos que a la de algunas compañías con mayor tradición que vivían y viven de las subvenciones sin preocuparse tanto por la respuesta del público.

El problema va a venir de otro lado, de esa revolución digital que representará el desembarco general de la Televisión Digital Terrestre y su lluvia de nuevos canales. De momento ya se han materializado dos fusiones importantes: Telecinco/Berlusconi absorbe buena parte de la división televisiva del agónico Grupo PRISA, empezando por su canal en abierto Cuatro, y por otro lado Antena 3 y La Sexta se unen. Las más poderosas empresas de televisión privada española, de esta forma, van a tener nuevas exigencias, más canales que rellenar, con menos ingresos publicitarios y posiblemente menos personal. Invertirán por tanto -parece lógico- menos en cine y series.

Por otro lado, con cambios o sin ellos provenientes de Bruselas, la orden que desarrolla la Ley de Cine contiene mecanismos para reducir las subvenciones "barra libre". El director general de Cine del Ministerio de Cultura, Ignasi Guardans, lleva meses pidiendo menos producción y más vocación comercial. De momento, y como consecuencia de la reclamación a la Unión Europea de los cineastas que se oponen a la Ley, las subvenciones están paradas. Cero euros para las nuevas producciones de 2010, que tradicionalmente solicitaban sus ayudas este diciembre, lo que les permitía filmar a lo largo del año siguiente. Por ahora ese dinero está paralizado, y con él varias producciones previstas. Aunque se ponga en marcha a partir de enero, febrero o marzo, afectará, y la propia nueva legislación también lo hará, si sale tal y como está, con lo cual, lloviendo sobre mojado, en 2010 se harán menos películas españolas.

Obviamente no es bueno para los profesionales que viven de esto, y nos coloca de nuevo ante la vieja polémica de si es necesario sostener con dinero público una industria que da imagen y aporta cultura, pero que no es rentable por sí misma y en bastantes casos genera productos que interesan poco.

Lo que es seguro es que vamos a ser testigos, si el cuerpo aguanta, de cambios profundos. Quizás sea divertido...