"El Hobbit", cuestión de Estado(s)

por © Redacción-NOTICINE.com
Peter Jackson
Peter Jackson
Por si no estaba resultando bastante complicada la gestación de "El Hobbit", el díptico escrito, producido y ahora también dirigido por Peter Jackson, después de los problemas financieros de una de sus productoras, la Metro Goldwyn Mayer, el retraso en el rodaje y el consiguiente abandono del proyecto por parte de su previsto realizador, Guillermo del Toro, ahora el conflicto planteado por el sindicato de actores de Nueva Zelanda ha provocado el intento de mediación del primer ministro neozelandés y dos miembros más de su gabinete, con tal de que la filmación no acabe emigrando a un país europeo o del hemisferio norte.

Todo empezó a finales del mes pasado, cuando el sindicato de actores de Nueva Zelanda, exigió a Peter Jackson que se sentara a negociar un contrato que obligaría a todos los actores a estar afiliados de cara al rodaje que parecía por fin iba a iniciarse al principio de 2011. Se supone que éste y los estudios de Hollywood que financian la película (con la Warner Bros., New Line y MGM a la cabeza) no estaban por la labor de sentar ese precedente y que la parte sindical negociara globalmente los sueldos de los actores, así que ésta llamó a un boicot no sólo en Nueva Zelanda, sino en todos los países anglosajones, apoyado por la federación internacional de actores FIA, para que ningún actor accediera a trabajar en el film.

Jackson, en un comunicado, les acusó de querer aprovecharse de su película por ser "un bocado muy sabroso", y recordó que no había tenido problemas antes cuando allí mismo hizo las tres partes de "El señor de los anillos", amenazando con llevarse su superproducción a otro país, lo cual empujaría a hacer lo propio a otros proyectos foráneos. Consciente de los ingresos turísticos que la saga está dando a Nueva Zelanda, conocida mundialmente como sede oficial de la "Tierra Media", su gobierno tomó cartas en el asunto y el mismísimo primer ministro, John Key, se ofreció para mediar entre la producción y el sindicato. Puso a trabajar a dos de sus ministros, el de Desarrollo Económico Gerry Brownlee y el de las Artes Chris Finlayson, quienes el pasado fin de semana se entrevistaron con Peter Jackson y su mujer, la coproductora y coguionista Fran Walsh. No hubo decisiones al término de la reunión, y se supone que los políticos neozelandeses deben hablar también con el sindicato.

Por si esto no fuera suficiente, desde la vecina Australia, un portavoz de la oposición parlamentaria criticó la postura del sindicato nacional Media, Entertainment and Arts Alliance, que apoyó el boicot solicitado por sus colegas neozelandeses a la producción de "El Hobbit", aludiendo a que existía un riesgo de que se perdieran "miles de puestos de trabajo" en ambas naciones de Oceanía. Incluso pidió la intervención del ministro australiano de Trabajo, Chris Evans, para garantizar que el díptico no se mude de continente.

Y mientras algunos gobiernos no quieren que se vaya "El Hobbit", otros lo esperan con los brazos abiertos. Como el de Escocia, cuyo portavoz ha asegurado que esta región británica estaría encantada de recibir al equipo de rodaje, que posee los paisajes y los técnicos y facilidades de filmación precisos, pero que no habían recibido noticias de los productores. Según Hollywood Reporter, además de Escocia se han barajado Irlanda, Canadá o la República Checa.

El caso es que "El Hobbit" ha dejado de ser una superproducción de fantasía y aventura para convertirse en una cuestión de Estado o Estados. Los "fans", mientras, se conforman con que se haga, sea donde sea, pero que se haga ya...

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