Field, Seger, Hauge y Truby: Cuatro visiones sobre la escritura cinematográfica

por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Hauge
En la reciente Cumbre de Guionistas, celebrada en Universidad Iberoamericana de México, coincidieron cuatro importantes teóricos del guionismo norteamericano, que han enseñado el arte de escribir para el cine y/o han revisado, mejorado o asistido los trabajos de otros guionistas. Cecilia Rodarte, de Correcámara, siguió las conferencias de Linda Seger, John Truby, Syd Field y Michael Hauge, y aquí nos resume lo que les une y les separa, según lo que recientemente expusieron ante guionistas y estudiantes mexicanos.

Linda Seger

"Durante la etapa de preparación de un guión cinematográfico, un escritor debe ser una esponja que llena su mente de ideas y experiencias. Ello incluye aprender a hacer preguntas personales: entrenarse para observar y luego formular la pregunta. Cada pequeño objeto puede contarte una historia", expresó Linda Seger, quién abrió con su conferencia la Cumbre de Guionistas. Para poner un ejemplo, narró la pequeña historia detrás de sus gafas rosadas: a la audiencia podrían parecerle un signo de excentricidad cuando en realidad eran receta de su médico como parte de un tratamiento en el que el color la influía positivamente. La siguiente etapa sería la incubación: en ella permites que esta información habite dentro de ti, y es importante que un creador encuentre su técnica para ir desde esta a la iluminación, el tercer paso. Por último vendrá la verificación, el lado crítico, la evaluación propia, y de los otros. De ahí pueden repetirse todos los pasos, hasta dar por terminado el guión. "Siempre busca tu arte y aprende tu oficio para que sea claro e integrado. Encuentra tu voz artística, los temas que quieres explorar, pregúntate cuales son tus películas favoritas, ¿son tragedias, comedias...? ¿qué actitudes admiras en un personaje? El arte es la habilidad de reconocer una historia y darle forma: cómo asegurarse de que haya un conflicto, un principio, un final; cómo dimensionar los personajes con sus procesos de pensamiento y emociones, cómo integrar y expresar el tema dentro de la historia: las ideas, cómo ser un pensador visual". Para ello subraya la importancia de mirar las cosas en movimiento, como un proceso, y así encontrar el tema, que será la premisa sobre la que se construirá una película.

John Truby


Dentro de su ponencia, que abarcó temas como las formas de las historias y los géneros cinematográficos, Truby remarcó la importancia de la fuerza de la estructura en una historia. Esto puede definirse por lo que no es: "no es una estructura de tres actos, ese es uno de los mitos en la escritura de guiones" afirmó. "Cualquier cosa puede dividirse en 3... 4... 5... 8 actos". Esa estructura proviene del teatro, y propone un enfoque mecánico, pero en el cine el enfoque debe ser orgánico. Para ello Truby habla de siete etapas presentes en cualquier buena historia, la estructura será lo que la une, por debajo. En primer lugar debe existir una necesidad: algo está perdido y necesitará arreglarse al final. Al principio de la historia, el héroe no sabe cómo solucionar ese problema. Existe también el deseo: la meta del héroe, lo que él quiere. La necesidad es interna y el héroe no está consciente de esa necesidad, de ser así, la historia ya habría acabado. También debe existir un oponente: alguien que quiere impedir que el héroe consiga su meta, porque está compitiendo por lo mismo. Luego vendrá el plan: una estrategia del héroe que usará para vencer a su oponente, pero el plan original siempre falla y el conflicto crece. Entonces es el momento de la batalla, que ocurre hacia el final, es la prueba del héroe y usualmente este gana. Por último, llega la revelación, así el héroe llega a saber de qué está hecho, y su necesidad queda satisfecha. Aunque existen también héroes caídos.  Sucede entonces un nuevo equilibrio. Tomar estos pasos, alterarlos y jugar con ellos es lo que hace única a una historia.

Syd Field

"La escritura de guiones es como diseñar un mueble: todas las piezas deben acomodarse, y hacerlo de forma natural e invisible". La pregunta básica para Field es: ¿cuál es la mejor manera de empezar tu guión, presentar al personaje principal y establecer la línea de tu historia... a través de una acción, a través de un personaje? La manera más efectiva de hacer esto, afirma, es conocer la necesidad dramática de tu personaje, mostrar lo que el personaje quiere y no tanto quién es él. Entonces hay que crear obstáculos de acuerdo a esta necesidad. Una vez que conoces a tu personaje puedes explorar diferentes caminos para establecer la historia y el personaje. Las nueve maneras son: la tradicional en la que vemos al personaje desde que es un niño en crecimiento; la visual, que establece la necesidad dramática visualmente, desde la primera imagen; el personaje que lleva la acción; la acción que afecta al personaje; la voz en off en la que el personaje comparte sus pensamientos; la manera contemporánea; el ciclo del ser, donde un evento traumático entre los 13 y los 20 hace impacto en la vida del personaje; el incidente que incita, un episodio que dramáticamente afecta y desbalancea a nuestro personaje; y la manera no lineal, donde se salta en el tiempo atrás y adelante de la historia.

Michael Hauge

Resalta la importancia de crear una experiencia emocional para la audiencia: la máxima emoción para las masas. Las historias, sostiene, están construidas por tres elementos: el personaje, el deseo y el conflicto. La emoción viene del conflicto, no del deseo. El deseo es el motor, pero no es emocional. El conflicto debe ser difícil: queremos ver héroes haciendo cosas imposibles. El viaje interior del héroe (quién no es necesariamente heroico) es siempre un viaje de transformación: de vivir en el miedo a vivir con valentía, por ejemplo. Una historia tiene varias etapas, explicó Hauge. En la primera etapa, el personaje está viviendo totalmente en su identidad, esa armadura creada a partir de una huella psicológica. Parece feliz, pero está atorado, hueco. En la segunda etapa, permanece en su identidad pero tiene un vistazo de lo que sería vivir en su esencia. Él rechaza esta posibilidad. Es en la tercera etapa cuando se da cuenta que no podrá tener lo que quiere a menos que se transforme: el héroe necesita estar en su esencia para alcanzar su meta y es ahí donde queda expuesto, su armadura se ha perdido. Empieza una batalla entre identidad: la máscara y la esencia. En la cuarta etapa el héroe se compromete a vivir en su esencia, ya no habrá marcha atrás. Camina, entonces, hacia su esencia. En el empujón final de la historia vemos al héroe viviendo totalmente en su esencia, cuando ha triunfado. En la tragedia, el héroe no siempre encuentra ese valor. Es trágico pues no pueden regresar a vivir sus vidas dentro de la identidad.

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