Susana de la Sierra (ICAA) y Pedro Pérez (FAPAE) dan la cara ante los académicos españoles
- por © Redacción-NOTICINE.com
La Academia, bajo la presidencia del exhibidor, distribuidor y productor Enrique González Macho, quiere convertirse en un foro industrial, y no sólo en organismo gremial de los profesionales del cine español. De ahí que esté llevando a cabo diversas iniciativas, como el reciente informe "El estado de la cuestión", en el que participaron los diferentes sectores de la industria fílmica, o la comparecencia, este viernes, ante los académicos, de la directora general del Instituto del Cine (ICAA), Susana de la Sierra, y el presidente de los productores españoles integrados en la FAPAE, Pedro Pérez. El mensaje común ha sido que coinciden "en el diagnóstico y en la conclusión".
Dentro de las jornadas "Situación actual del cine español. Cómo nos afecta a día de hoy", De la Sierra y Pérez, que empiezan a ser casi una "pareja artística" por sus comparecencias comunes o próximas, como la del Festival de Málaga el mes pasado, quisieron contribuir a disipar, al menos en parte, la incertidumbre -por no decir el miedo- de muchos profesionales del cine español que ven menguar su trabajo en medio de una generalizada y dramática caída de las producciones.
La directora general del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales hizo un dictamen sobre la situación actual de la cinematografía española citando el informe promovido por la Academia tras una serie de encuentros con los sectores afectados. "Coincidimos en el diagnóstico y en la conclusión, esto tiene que ser un esfuerzo conjunto. Estamos aquí para saber adónde vamos y para saber con quién contamos. Mi posición vital y profesional siempre ha sido estudiar los mecanismos que favorezcan el acceso a la cultura", afirmó.
De la Sierra parece querer hacer suyo el mensaje de su compañero de mesa Pedro Pérez, quien decía días pasados en Málaga que a efectos prácticos las condiciones para hacer cine en España seguían siendo las mismas que hace dos años. "No se han producido cambios significativos respecto al modelo anterior, en los próximos días se firmará el convenio tradicional ICO-ICAA en las mismas condiciones. No estamos frente a un cambio de paradigma, ya que el punto de partida continúa siendo la Ley del Cine de 2007", aseguró la representante de la Administración del Partido Popular en el cine.
Añadió un mensaje de esperanza para el año próximo, explicando que "estamos trabajando para que, de cara a los presupuestos de 2013, la situación mejore. Hay que incidir en el impacto económico e industrial del sector, en los puestos de trabajo que mueve la cinematografía, entre ellos de muchos jóvenes, en las empresas técnicas y en el sector de la animación".
Susana de la Sierra reconoció que las películas españolas se enfrentan a un prejuicio en parte de su potencial audiencia: "Tiene un problema de imagen pública y el divorcio con el espectador no deja de ser un círculo vicioso. Para sumar esfuerzos de cara a la promoción es necesaria la participación de todas las fases de la cadena de valor, es un trabajo conjunto".
El representante de los productores, por su parte, repitió su mensaje malagueño: "En esta transición hacia un nuevo modelo no hay una sola circunstancia para no comenzar a rodar ahora como hace dos años". Afirmó también que las ayudas "sólo significan un 18% de lo que se invierte en una película. Tenemos que empezar a contar nuestra propia historia a la hora de cambiar la imagen del cine".
La aparente buena sintonía entre De la Sierra y Pérez tiene un punto flaco, en forma de tanto por ciento. Los productores, que han podido hacer tradicionalmente sus películas gracias a las ayudas públicas, pretenden que si se quiere cambiar ese sistema por otro basado en las exenciones fiscales y el mecenazgo, estos resulten atractivos para los potenciales inversores.
Para Pérez la clave está en que el porcentaje de desgravaciones fiscales alcanzara el 40%. "De no llegar a esa cifra tendrían que entrar en juego las ayudas directas", propuso. De la Sierra replicó que el punto de partida "está entre el 20 y el 25%, cifras en las que se mueven los países de nuestro entorno, a partir de ahí veremos dónde podemos llegar".
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Dentro de las jornadas "Situación actual del cine español. Cómo nos afecta a día de hoy", De la Sierra y Pérez, que empiezan a ser casi una "pareja artística" por sus comparecencias comunes o próximas, como la del Festival de Málaga el mes pasado, quisieron contribuir a disipar, al menos en parte, la incertidumbre -por no decir el miedo- de muchos profesionales del cine español que ven menguar su trabajo en medio de una generalizada y dramática caída de las producciones.
La directora general del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales hizo un dictamen sobre la situación actual de la cinematografía española citando el informe promovido por la Academia tras una serie de encuentros con los sectores afectados. "Coincidimos en el diagnóstico y en la conclusión, esto tiene que ser un esfuerzo conjunto. Estamos aquí para saber adónde vamos y para saber con quién contamos. Mi posición vital y profesional siempre ha sido estudiar los mecanismos que favorezcan el acceso a la cultura", afirmó.
De la Sierra parece querer hacer suyo el mensaje de su compañero de mesa Pedro Pérez, quien decía días pasados en Málaga que a efectos prácticos las condiciones para hacer cine en España seguían siendo las mismas que hace dos años. "No se han producido cambios significativos respecto al modelo anterior, en los próximos días se firmará el convenio tradicional ICO-ICAA en las mismas condiciones. No estamos frente a un cambio de paradigma, ya que el punto de partida continúa siendo la Ley del Cine de 2007", aseguró la representante de la Administración del Partido Popular en el cine.
Añadió un mensaje de esperanza para el año próximo, explicando que "estamos trabajando para que, de cara a los presupuestos de 2013, la situación mejore. Hay que incidir en el impacto económico e industrial del sector, en los puestos de trabajo que mueve la cinematografía, entre ellos de muchos jóvenes, en las empresas técnicas y en el sector de la animación".
Susana de la Sierra reconoció que las películas españolas se enfrentan a un prejuicio en parte de su potencial audiencia: "Tiene un problema de imagen pública y el divorcio con el espectador no deja de ser un círculo vicioso. Para sumar esfuerzos de cara a la promoción es necesaria la participación de todas las fases de la cadena de valor, es un trabajo conjunto".
El representante de los productores, por su parte, repitió su mensaje malagueño: "En esta transición hacia un nuevo modelo no hay una sola circunstancia para no comenzar a rodar ahora como hace dos años". Afirmó también que las ayudas "sólo significan un 18% de lo que se invierte en una película. Tenemos que empezar a contar nuestra propia historia a la hora de cambiar la imagen del cine".
La aparente buena sintonía entre De la Sierra y Pérez tiene un punto flaco, en forma de tanto por ciento. Los productores, que han podido hacer tradicionalmente sus películas gracias a las ayudas públicas, pretenden que si se quiere cambiar ese sistema por otro basado en las exenciones fiscales y el mecenazgo, estos resulten atractivos para los potenciales inversores.
Para Pérez la clave está en que el porcentaje de desgravaciones fiscales alcanzara el 40%. "De no llegar a esa cifra tendrían que entrar en juego las ayudas directas", propuso. De la Sierra replicó que el punto de partida "está entre el 20 y el 25%, cifras en las que se mueven los países de nuestro entorno, a partir de ahí veremos dónde podemos llegar".
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