Colaboración: El cine español, entre la ficción tranquilizadora y una realidad que asusta

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Johansson, en A good woman
Johansson, en A good woman
Los directores de TapasJohansson, en A good woman12-VII-05

Por Jon Apaolaza

¿Cuál es la estrella actual más taquillera del cine español? ¿Javier Bardem? ¿Fernando Tejero?... ¿Quién ha dirigido la película española con más ingresos en lo que llevamos de 2005? No es Roberto Santiago ni José Corbacho, ni lo serían siquiera Amenábar o Almodóvar si hubieran estrenado. El actor más taquillero del cine español este año se llama Orlando Bloom y el director Ridley Scott. No, el cine no se ha convertido en la Liga de Fútbol Profesional española, donde encontramos a Beckham, Ronaldinho o Eto'o. Simplemente, para el Ministerio de Cultura, que se aferra a una legislación complaciente para la que cualquier película con participación minoritaria nacional es española, aunque ésta ronde el 10% del presupuesto, y ahora también para los productores españoles, la más exitosa película nacional es "El reino de los cielos" o "Kingdom of heaven", su título original, y la dirigió el británico Ridley Scott.

Ella sola ha sido capaz -agárrense- de recaudar casi la tercera parte de lo logrado por el "cine español" en los primeros seis meses de 2005, gracias a su quinto puesto absoluto en taquilla. Negro sobre blanco: 9.994.619,82 euros, sobre 36.395.250,29. Si a este triunfal título "español" le añadimos "Sahara", "El puente de San Luis Rey", "Sólo un beso", "A good woman" o "Arsene Lupin", y otras coproducciones con dinero y director foráneos, esos 36 millones se quedarían... en cerca de la mitad.

El Ministerio de Cultura y la FAPAE pueden creerse que la cuota de pantalla del cine español llega a un "brillante" 14,51%, pero creo que se van a quedar solos en este "optimista" balance. La realidad va -sin embargo- por otro lado. Con sincero dolor de corazón, hemos de admitir que las películas españolas, las de verdad, las que se pagan con euros nacionales en su mayor parte y que son escritas, realizadas y protagonizadas por ciudadanos españoles, no sintonizan con el público español.

Entre las 25 cintas más taquilleras de enero a junio, si dejamos al margen "El reino de los cielos", la única española es "El penalti más largo del mundo", de Roberto Santiago, vista por algo más de 900.000 espectadores, y en recaudación está en el puesto 18.

Asumo que la competencia del verdadero cine español con el norteamericano no es tal, que ellos estrenan en más salas, controlan la distribución y ahora casi también la exhibición, invierten muchísimo más en publicidad, y todos los etcéteras de privilegio que quieran, pero ¿no habría que empezar a plantearse si ocurre algo más? ¿Por qué el cine español pasa desapercibido? ¿Por qué nefastas películas norteamericanas como "Un canguro superduro" o "Taxi, derrape total" llaman más la atención de los espectadores que "Tapas", "Habana Blues" o "Reinas", por citar sólamente las demás más taquilleras entre las nacionales?

Si la respuesta es que la culpa es sólo del sistema, dominado por las "majors", habría que exigir medidas de autoprotección en nuestro mercado. Pero mucho me temo que no es sólo eso. Ojalá todo el cine español -el de verdad-, ese centenar anual de películas, tuviera la calidad o el interés comercial de "El penalti más largo del mundo", "Tapas" o "Habana blues", pero la triste realidad es que no es así, y la FAPAE, la asociación de productores, debería ser la primera en plantearse qué están ellos haciendo mal o en que podrían mejorar la sintonía con el público, en lugar de dar por buena esa cuota del 14,51% lograda gracias a Orlando Bloom, Robert de Niro, Matthew McConaughey o Scarlett Johansson.