Crítica: "No respires / Don’t Breathe", con el alma en un puño

por © NOTICINE.com
"No respires"
Por Edurne Sarriegui     

Si hay un género cinematográfico que ha sido bastardeado hasta el cansancio, este es el de terror. La gran cantidad de producciones de baja calidad destinadas únicamente a conseguir buenos resultados en la taquilla y dirigidas a un público concreto, nos han acostumbrado a esperar con recelo este tipo de películas. "No respires/ Don’t Breathe", del uruguayo Fede Alvarez, viene a confirmar que hay excepciones. El autor del exitoso remake  "Posesión infernal/ Evil Dead" (2013) repite parte del equipo -ampliamente hispano- que le acompañó en aquella ocasión: Rodo Sayagues como coguionista, Roque Baños con la música, Pedro Luque como responsable de la fotografía y la actriz protagonista, Jane Levy, y consigue un thriller de terror psicológico con altas dosis de suspense del bueno.

La historia que se relata no puede ser más simple y clásica. En pocos minutos presenta a los protagonistas, su modo de acción y sus motivaciones. Se trata de un trío de jóvenes ladrones (Jane Levy, Dylan Minnette y Daniel Zovatto)  que aprovecha el trabajo del padre de uno de ellos en una agencia de seguridad para tener fácil acceso a las casas que roban. Son delincuentes de poca monta y sus botines son exiguos. Cuando surge la posibilidad de penetrar en una casa aislada habitada por un excombatiente ciego (Stephen Lang) y en la cual, presumen, hay una importante cantidad de dinero, vislumbran la manera de resolver sus problemas de una vez y para siempre. Claro que las complicaciones van a aparecer ineludiblemente – si no, no tendríamos película- y dentro de la casa encontrarán algo más que un hombre que se podría suponer desvalido.

Alvarez se las arregla para que los perpetradores del robo pasen de perseguidores a perseguidos y presenta varias vueltas de tuerca en el guión que no permiten que la atención decaiga en ningún momento.

La casa, a la cual es difícil acceder, se convierte en una trampa más difícil todavía de abandonar. Su carácter laberíntico y la  oscuridad de su interior -que en algunos momentos se hace total referenciando la ceguera de su propietario- crean un ambiente sofocante y opresivo y transmiten el terror y la lucha por sobrevivir de los irruptores. Al parecer eligieron mal su objetivo y el hombre ciego oculta secretos inesperados y resulta un villano de una perversidad inopinada. Aquí los personajes no se dividen en buenos y malos. Todos tienen un lado oscuro. A veces, oscurísimo.

A "No respires/ Don’t Breathe" se le puede reclamar que caiga en algunos convencionalismos pero no cabe duda de que es un film que a lo largo de todo su metraje mantiene al espectador conteniendo el aliento y atornillado a la butaca.

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