Crítica: "La tierra roja", culebrón ecológico

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
"La tierra roja"
Por Juan Pablo Russo   

Resulta extraño que "La tierra roja" (2015) haya sido dirigida por el mismo realizador de "Nosotros" (2002) o "La marea" (2007) y no por el tema sino por el modo de abordaje. El argentino Diego Martínez Vignatti pasa de un cine contemplativo y personal a un fallido western ecológico con una estructura que apuesta a lo comercial.

Pierre (Geert Van Rampelberg), es la cara visible de una multinacional que gestiona la tala de bosques y las plantaciones de abetos mediante el uso de agrotóxicos. Los habitantes se mueren de cáncer, los bebés nacen con malformaciones y la fauna se está extinguiendo. Pierre tiene una relación con Ana (Eugenia Ramírez Miori), una maestra activista que milita para que las cosas cambien. La relación se complica y Pierre se mudará de bando. Eso es todo.

La trama presenta algunos temas interesantes pero que fracasan en su desarrollo tal vez por el hecho de querer abarcar tanto. Corrupción, tráfico de influencias, desastre ecológico, activismo, política y el enfrentamiento entre el hombre y la naturaleza son tratados superficialmente en medio de una historia de amor épica ambientada en la selva misionera.

Pero "La tierra roja" tiene otro problema que es el de caer en cuanto cliché rige al cine más industrial. Desde una música efectista, escenas inverosímiles, sensiblería por doquier, diálogos impostados, actuaciones esquemáticas y un sinfín de situaciones entre incrédulas y naif que terminan llevando el relato por carriles impensados que rozan el ridículo.

Más allá de que desde lo técnico la película sale airosa, la forma de querer abordar un tema de moda como lo es el uso de agrotóxicos en la selva misionera hace que uno piense que es solo parte de un oportunismo comercial. Oportunismo que no estaría mal si el desarrollo de la trama estuviera bien y no se pareciera a una película más de la señal Hallmark.

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