Crítica: "Soy tu karma", destino sin risas
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Por Edurne Sarriegui
Esta semana se estrena en Argentina la producción nacional "Soy tu karma" (2017), una comedia de enredos con una gran cantidad de personajes variopintos que entran y salen de la escena y hacen denodados e infructuosos esfuerzos para hacer reír a través del humor más absurdo.
Se trata de la ópera prima del director argentino proveniente del mundo de la publicidad que utiliza el seudónimo "WHO" y está escrita por Gustavo Cornillón.
Darío (interpretado por el español Willy Toledo) es un perfecto cantamañanas. Un irresponsable total que para sorpresa de todos ha conseguido conquistar a una chica de familia adinerada, situación que acabará con buena parte de los problemas de Darío. La mañana del día en que sus suegros regresan de un largo viaje y se concretará el compromiso matrimonial, Darío amanece en su cama con Renata (la colombiana Ana María Orozco), una perfecta desconocida.
Nuestro héroe entra en pánico. ¿Será una maniobra de algún enemigo? ¿Una trampa tendida por su exesposa? Sin duda alguien quiere complicarle la vida y Darío no puede comprender las explicaciones de Renata y mucho menos la aparición en la casa de extraños personajes como una monja ninfómana o un joven incapaz de hablar pero que no puede estar quieto.
El protagonista se las ve y se las desea para mantener a raya a estos visitantes a los que se une una médium proveniente del futuro (Florencia Peña), una vecina chismosa cultora de la "new age" y los guardias del barrio privado en el que viven sus futuros suegros. Entre tanto desquicio, su novia está a punto de llegar acompañada por sus padres para formalizar, en emotivo encuentro familiar, sus deseos de contraer matrimonio en breve.
"Soy tu karma" resulta una cinta bastante rebuscada en su argumento que no puede justificar muchas de las cosas que propone. Buena parte de sus personajes y de los gags en los que se ven envueltos no tienen otro propósito que buscar unas carcajadas que nunca llegan.
Hay que decir en su favor que es una película bien realizada con una factura técnica impecable. Pero su guion cae de manera contumaz en un humor absurdo y poco efectivo que termina por deslucir el género en el que pretende ubicarse.
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Esta semana se estrena en Argentina la producción nacional "Soy tu karma" (2017), una comedia de enredos con una gran cantidad de personajes variopintos que entran y salen de la escena y hacen denodados e infructuosos esfuerzos para hacer reír a través del humor más absurdo.
Se trata de la ópera prima del director argentino proveniente del mundo de la publicidad que utiliza el seudónimo "WHO" y está escrita por Gustavo Cornillón.
Darío (interpretado por el español Willy Toledo) es un perfecto cantamañanas. Un irresponsable total que para sorpresa de todos ha conseguido conquistar a una chica de familia adinerada, situación que acabará con buena parte de los problemas de Darío. La mañana del día en que sus suegros regresan de un largo viaje y se concretará el compromiso matrimonial, Darío amanece en su cama con Renata (la colombiana Ana María Orozco), una perfecta desconocida.
Nuestro héroe entra en pánico. ¿Será una maniobra de algún enemigo? ¿Una trampa tendida por su exesposa? Sin duda alguien quiere complicarle la vida y Darío no puede comprender las explicaciones de Renata y mucho menos la aparición en la casa de extraños personajes como una monja ninfómana o un joven incapaz de hablar pero que no puede estar quieto.
El protagonista se las ve y se las desea para mantener a raya a estos visitantes a los que se une una médium proveniente del futuro (Florencia Peña), una vecina chismosa cultora de la "new age" y los guardias del barrio privado en el que viven sus futuros suegros. Entre tanto desquicio, su novia está a punto de llegar acompañada por sus padres para formalizar, en emotivo encuentro familiar, sus deseos de contraer matrimonio en breve.
"Soy tu karma" resulta una cinta bastante rebuscada en su argumento que no puede justificar muchas de las cosas que propone. Buena parte de sus personajes y de los gags en los que se ven envueltos no tienen otro propósito que buscar unas carcajadas que nunca llegan.
Hay que decir en su favor que es una película bien realizada con una factura técnica impecable. Pero su guion cae de manera contumaz en un humor absurdo y poco efectivo que termina por deslucir el género en el que pretende ubicarse.
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