Crítica: "Litus", el precio de una despedida

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 "Litus"
"Litus"
Por Eduardo Larrocha    

Con la mejor intención podemos reunirnos para compartir el duelo por un amigo común y de ese encuentro salir unas chispas que prendan un fuego de inesperadas consecuencias. En ese espacio de controversia se sitúa "Litus". Esta comedia agridulce tiene como precedente la puesta en escena de la obra que se estrenó en Barcelona en 2012. La película es muy teatral al estar basada en la pieza homónima de Marta Buchaca quien ha compartido la escritura del guión con el director de esta película, Dani de la Orden. El cineasta catalán -alumno de la casi mítica Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña (ESCAC)- se acercó al género de relatos urbanos y grupos de amigos en "Barcelona noche de verano" y luego en "Barcelona noche de invierno". Aunque hace un año con "El mejor verano de mi vida" consiguió un reconocimiento de su capacidad para la comedia más comercial.

Casi en su totalidad, salvo el principio y el espacio de la canción final, "Litus" transcurre en el salón de una casa donde se reúne un grupo de amigos para rememorar al personaje cuyo apodo da título a la película y al que vemos estrellarse contra un muro en la secuencia inicial. La propuesta narrativa se aproxima explícitamente a "Los amigos de Peter". Con aquel éxito tan emotivo de 1992 mantiene una gran diferencia. En la película de Keneth Branagh el centro de la reunión era Peter, un personaje enfermo y en "Litus" el drama surge de un complejo duelo colectivo por alguien que ya no está.

En esta producción española el grueso de la acción dramática recae sobre el trabajo de los actores. Quim Gutiérrez -quien por su papel en "Litus" ganó la biznaga de plata al mejor actor de reparto en el último Festival de Málaga de cine en español- interpreta a Toni,  quien convoca y provoca al grupo de amigos y amores pasados y presentes tras el trágico suicidio de Litus. Los invitados van llegando poco a poco a la casa. Laia, magnífica Belén Cuesta, da vida a la novia del difunto. Miquel Fernández, Pepe, es un músico de éxito que antes del evento trágico acompañaba a Litus en los escenarios. Alex García, encarna a Pablo, el amigo con el que compartía piso y en cuya casa se leerán unas enigmáticas cartas que van desvelando secretos. Serán esas cartas el motivo oculto del encuentro. Junto a ellos, Adrian Lastra, se convierte en Marcos un personaje pesado e histérico que probablemente se hará insoportable, quizá  no especialmente para su grupo de amigos que ya están acostumbrados a su inmadurez, sí para algún espectador de "Litus" que no sea ferviente admirador de este artista cantante que nos llegó a través  de series televisivas como "Velvet". El papel más breve lo tiene Marta Nieto, recién premiada por "Madre", de Rodrigo Sorogoyen, en la Mostra de Venecia. Ella es Su, la última invitada en llegar, y lo hace muy a pesar y malestar de alguno de los presentes.

"Litus" puede ser vista también como el retrato de la generación que en el segundo decenio del siglo veintiuno bordea los cuarenta y en algún caso tienen aún el síndrome de Peter Pan. Algo así como "Las Distancias", de Elena Trapé, que nos llegó por estas fechas el año pasado. La película se puede ver ya en salas comerciales después de la première en el mencionado Festival de Málaga e inaugurar el certamen Internacional de Barcelona-Sant Jordi (BCN-Film Fest).

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