Crítica: "Desertor", hombres de piel dura

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"Desertor"
"Desertor"
Por Emiliano Basile   

Rodada en la localidad de Uspallata a 2500 metros sobre el nivel del mar, la argentina "Desertor" (2019) es un relato acerca de decisiones trascendentales. La historia sigue la forma de un western vernáculo en la desértica zona de montaña y comienza en un regimiento del ejército argentino. En las afueras, indios mapuches, fantasmas y desertores rondan por doquier.

Rafael Márquez (Santiago Racca) es un soldado que estudia medicina. Un día se entera por parte del coronel Santos (Marcelo Melingo), de que su padre, a quien creía desaparecido hace veinte años, fue asesinado por un hombre ermitaño (Daniel Fanego) que vive aislado en medio de la montaña. Con un fuerte sentimiento de venganza sale a buscarlo a caballo hasta que la realidad lo sorprenda con otro desenlace para su vida.

La película de Pablo Brusa cuenta una historia vista infinidad de veces en el cine americano pero pocas en la pantalla nacional. Historias de identidades cruzadas por la venganza en medio de un género propiamente físico, enlazado con el viaje iniciático de descubrimiento que entabla el protagonista. La película logra con buenas intenciones y la majestuosidad de los paisajes, llevar a buen puerto sus ideas.

El principal componente de estos relatos es que sus bases están sostenidas por los giros argumentales. Su solidez estructural cimienta su verosimilitud, es decir, aquello que creemos o dejamos de creer en la pantalla depende de los vaivenes narrativos. De este modo la ambigüedad en la elaboración de los personajes se disuelve rápidamente por el enfrentamiento entre buenos y malos. Un punto no siempre firme que, por momentos, se siente débil y forzado.

Un capítulo aparte merecen las actuaciones en quienes recae la atención y tensión de las escenas por ser pocos personajes en medio del imponente paisaje. Las apariciones de Marcelo Marcelo Melingo y Daniel Fanego (como un probable Coronel Kurtz), elevan la película y cargan de interés a esta historia. Por su parte Santiago Racca cumple con un trabajo físico a tono con el carácter de su personaje forjado por el paisaje.

Desertor engloba una interesante propuesta, porque se aventura a una producción poco habitual y porque logra contar con herramientas mínimas la noble y potente épica de hombres de pocas palabras -y sentimientos- enfrentados en medio de la nada.

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