Crítica: "La marca del demonio", exorcizar con carcajadas

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"La marca del demonio"
"La marca del demonio"
Por Emiliano Basile    

A los ultra trillados relatos de exorcismos, se suma la película mexicana ahora en Netflix "La marca del demonio" (2020), que cruza dicho subgénero con los fantásticos cuentos de H. P. Lovecraft. El resultado es tan ridículo como desconcertante aunque, a su favor, es muy divertida de manera involuntaria.

El libro de los muertos es hallado en una biblioteca por una filóloga que se lo lleva a su hogar. En la casa, cae en manos de sus hijas adolescentes que, mirando sus desgastadas paginas y sin hacer ritual alguno, terminan poseídas por demonios. Un sacerdote venido a menos (el español Eduardo Noriega) entra en escena con un extraño compañero y empieza a charlar en latín con una de las chicas en medio del ritual de exorcismo. Las incongruencias del guion son demasiadas para una película que se olvida del verosímil en la segunda escena.

Pero este no sería el mayor de los problemas sí de películas de exorcismos hablamos. La mayoría de estos films deja mucho que desear y de igual manera cumplen con ciertas pretensiones mínimas que pueda esperar su potencial público. Aquí hay una serie de clichés reiterados desde el clásico de William Friedkin a esta parte sin cambiar siquiera una coma. Estamos en el siglo XXI y a nadie se le ocurriría pedir originalidad en la historia y menos a una película de exorcismos.

Sin embargo aquellos momentos "tenebrosos" deben funcionar como tales para que el film cumpla su cometido de dar miedo. Y el mayor problema es que eso no pasa, están tan mal logrados los efectos, la edición y los efectos sonoros, que tales episodios lejos de asustar causan gracia.

Un párrafo aparte merecen las actuaciones, de un nivel muy pobre. Eduardo Noriega todavía debe preguntarse cómo aceptó ese papel, mientras que el resto del reparto parece al borde de la catarsis permanente, como si estuviera a tono con una telenovela mexicana y no con una producción de Netflix. Encima la elección de planos e iluminación en vez de disimular sus excesos los expone de manera irremediable.

"La marca del demonio" es una película incomprensible desde todo punto de vista. Por momento uno no puede creer lo que está viendo por el nivel de error en cuanto a la producción y realización. Eso sí, hay que reconocer que entra sin proponérselo en el grupo de las películas que, por erráticas, pegan la vuelta y terminan siendo sumamente entretenidas. En definitiva, un film que te mata pero no del susto sino de la risa.

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