Crítica: "El año de la furia", el amor en tiempos de golpe de estado

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"El año de la furia"
"El año de la furia"
Por Ana P. Echavarría   

Llega a salas españolas "El año de la furia" (2021), una película del director Rafa Russo que se sitúa un año antes del golpe de estado que ocurrió en Uruguay en 1973. Los protagonistas de la cinta se encuentran en ambos lados de la historia: por un lado, unos son guionistas que, con su humor, tratan de protestar en contra de los abusos de los militares; mientras que por el otro se encuentra uno de los torturadores que busca una vía de escape a los horrores de su trabajo en brazos de una prostituta.

Siempre se dice que el amor es el motor de la mayoría de las historias, pero en el caso de "El año de la furia" (2021) esto es aún más patente. Los personajes se relacionan entre sí condicionados por pasiones y desamores que les harán acercarse y alejarse y que serán la motivación de las tramas principales. Sin dejar de lado, por supuesto, la guerra que se va cociendo de fondo y en la que los protagonistas se verán obligados a posicionarse de una u otra parte.

Uno de los grandes puntos fuertes de la película es, aparte de acercar a un publico internacional este episodio de la historia uruguaya, la calidad de las interpretaciones. Especialmente los dos protagonistas masculinos, Alberto Ammann como Diego, uno de los humoristas, y Daniel Grao como Rojas, un torturador. Ambos defienden de manera muy sólida sus personajes, consiguiendo que el espectador empatice con ellos y con sus motivaciones, incluso en el caso del personaje detestable de Grao.

Sin embargo, su punto más flojo es, precisamente, ese exceso de amoríos que, sobre todo, giran en torno al personaje de Ammann. Las mujeres parecen quedar relegadas a sus relaciones con los hombres de la cinta, incluso dando lugar muchas veces a historias románticas forzadas o incoherentes. De la misma forma, alguna subtrama que también tiene como objetivo dotar de una historia romántica a otro de los protagonistas masculinos queda un tanto descolgada y da la sensación de ser innecesaria.

La cinta en su conjunto logra emocionar y conmover con algunas escenas que son incluso difíciles de ver y que removerán al espectador. Aun así, el director tiene la intención de mostrar una imagen muy amplia en torno al golpe de estado, pero a veces menos es más y la película se hubiera visto favorecida de centrarse en las tramas principales y alejarse de romances o historias desflecadas.  

En resumen, "El año de la furia" (2021) es una cinta que consigue hacer reír, pero también emocionar y, sobre todo, retratar un episodio histórico de manera que quede grabado en la memoria del público.

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