Crítica Venecia: "El hoyo en la cerca", parábola de la desigualdad

por © Cineuropa-NOTICINE.com
"El hoyo en la cerca"
"El hoyo en la cerca"
Por David Katz      

En todo un planeta de extrema desigualdad social, en el cine, vemos que los cineastas mexicanos lo retratan mejor. Esto podría deberse a que la sociedad mexicana exhibe en su seno aún más la disparidad de la que se ve en otros lugares: los ricos son más ricos y venales, los pobres más desesperados y excluidos. Todo el principio de gran parte de la sociedad de la posguerra Fría -que la riqueza se  "filtra " y la movilidad social no es una fantasía- está siendo interrogado con urgencia por directores como Michel Franco y ahora Joaquín del Paso, en su nuevo largometraje "El hoyo en la cerca" (2021), que se estrenó en la competitiva sección Orizzonti de la Mostra de Venecia.

Este es un trabajo eminentemente bien hecho, bien diseñado y visible, con excelentes actuaciones de improvisación de jóvenes adolescentes que actúan por primera vez ("Nunca trabajes con niños y animales" es la perogrullada cinematográfica que los directores toman como un desafío). Puede ser una afirmación extraña a la luz de la comparación con Michel Franco, pero "El hoyo en la cerca" aún se deshace ligeramente debido a su tono sensacionalista y los aspectos más vagos de su dura crítica de la educación religiosa. Cuando una película es tan política como incoherente, el primer elemento pierde su efecto.

A pesar de su base en la realidad (el director estuvo en una institución educativa similar en su juventud), "El hoyo en la cerca" tal vez no confía lo suficiente en su audiencia como para ver el campamento de Los Pinos como un escalofrío escalofriante, sin filmarlo como si esta fue una película de terror estadounidense. Es un campamento católico de campo, a veces con los rituales autoritarios de Salò. Tampoco hay un carácter focalizador: la atención pasa de los niños pequeños que se intimidan constantemente entre sí, a los sádicos consejeros y educadores del campamento. Tiene una estructura episódica, pero la sensación de escalada suele ser muy poderosa, a pesar de otras dudas que podamos tener.

Los asistentes al campamento de Los Pinos encontrarán un itinerario aterrador de oraciones, amplios juegos violentos, actos egoístas de altruismo (una donación de alimentos al pueblo empobrecido cercano) y paranoia. Eduardo (Yubá Ortega), un niño becado de origen indígena, es acosado hasta un punto que se siente extremo, incluso por parte de los niños de esta edad. Los consejeros del campamento, los profesores Monteros (Enrique Lascuráin) y Stuhr (Jacek Poniedziałek), engañan a los niños diciéndoles que un hombre extraño y malvado está inspeccionando los terrenos y el bosque contiguo, cuando en realidad es un "actor" que han contratado, tratando de inculcar en ellos ciertas malas actitudes sociales. El hecho de que este sea también un punto clave de la trama en la notoriamente tonta película de 2004 de M Night Shyamalan, "The Village", muestra cómo la dramaturgia y la trama lastran a la película de Del Paso.

A diferencia de ser débil o aburrido, los detalles de "El hoyo en la cerca" no siempre resisten un escrutinio minucioso. Tiene un sentido determinista de la naturaleza humana, y el aura de que "algo malo sucederá", como un juego de porcelana fina a centímetros de caer de una mesa, la consume directamente desde sus primeros planos de pájaros coloridos, respaldados de manera incongruente por arpegios enfermizos de sintetizador. Para algo con la ambición de diagnosticar la enfermedad social de México, al "pensar en los niños", también existe el mensaje de que el libre albedrío y el pensamiento son posibles en nuestra vida adulta, y el futuro no está escrito: las experiencias desagradables de la niñez son malditas.

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