La Filmoteca de la UNAM recuerda a la estrella del primer sonoro mexicano María Luisa Zea

por © Víctor Uribe (México)-NOTICINE.com
Iván Trujillo con algunos recuerdos de Zea
Iván Trujillo con algunos recuerdos de Zea
David RamónIván Trujillo con algunos recuerdos de Zea7-II-03

La actriz mexicana María Luisa Zea (1913-2002), pionera del cine sonoro mexicano, recibió un homenaje póstumo el pasado 5 de febrero, día en que cumpliría noventa años. Este reconocimiento se realizó por iniciativa de David Ramón (crítico, investigador e historiador cinematográfico), en colaboración con la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ya se estaba trabajando en el homenaje, pero los planes se modificaron con el fallecimiento de la artista el pasado 27 de diciembre; "nosotros normalmente no somos el tipo de institución que inmediatamente que hay un fallecimiento trata de hacer algo para destacar la figura de una persona", afirmó el biólogo Iván Trujillo, Director General de la Filmoteca, misma que recibirá el Ariel de Oro, premio otorgado por su trayectoria a favor del cine nacional.

María Luisa Zea Gómez fue maestra de Educación Física. En el cine debutó en 1933, en "Su última canción", décima cinta sonora mexicana, dirigida inicialmente por el austro-húngaro John H. Auer, quien dejó el proyecto para perseguir a su esposa que lo había abandonado. Fernando de Fuentes completó la película.

Aunque mucha gente no la recuerda, ella "es una de esas primeras estrellas del cine sonoro mexicano, vino a representar con su bellísimo rostro la lírica mexicana, la volvió imagen fílmica que queda inscrita en nuestro cine. En alguna forma se le encasilló, entonces no era peyorativo, como la 'India bonita', una mujer hermosísima que representa la belleza de la mujer mexicana", fueron las palabras de David Ramón, autor de los libros "Literatura y cine", "80 años de cine en México" y "Sensualidad", este último sobre las películas de Ninón Sevilla.

Sin duda se trataba de una persona muy versátil, como cantante hizo giras por Cuba, Estados Unidos y algunos países sudamericanos; incluso hasta modeló lencería. También fue imagen de uno de los calendarios clásicos de Helguera, un pintor "art decó" que creó cuadros como "La leyenda de los volcanes" o "El rapto", imágenes que ilustraron los famosos calendarios que adornaron los hogares mexicanos.

De acuerdo a David Ramón, ella "era una mujer muy desinhibida, una mujer con un erotismo que le salía de todo su ser y que siempre lo asumió plenamente: María Luisa Zea formó pareja erótica, dentro y fuera de la pantalla, nada menos que con Jorge Negrete, o con Pedro Infante. En la primera película de Pedro Infante ella era la estrella". Dentro de la pantalla también fue pareja de Pedro Armendáriz, David Silva, Emilio Tuero, Arturo de Córdova, los galanes del cine mexicano de aquella época.

Para recordarla se proyectó la película "Humo en los ojos", en la que paradójicamente interpretó, a sus treinta y tres años, a la mamá de Meche Barba. En el evento estuvo presente Enrique Terán Zea, hijo de la actriz, quien hizo una importante donación (gracias a la intervención de David Ramón) de las cosas que ella había conservado, las cuales permanecerán en el Centro de documentación de la UNAM. "Esta colección tiene la peculiaridad de que eran las cosas que fue conservando a lo largo de la vida, no sólo el material que enriquece el estudio que se quiera hacer sobre sus películas, sino que además eran esas cosas que ella consideró que debía conservar", comentó a los medios la Maestra Juana Perujo, Subdirectora de Documentación y Catalogación. La donación incluye 700 fotografías, carteles, invitaciones, programas teatrales, partituras y 285 reportes de periódicos.

La labor que realiza la Filmoteca de la UNAM es la de preservar la memoria histórica visual del país, en su laboratorio copia y reproduce películas, y en el proceso químico queda mucha de la plata de la película; mediante un proceso de electrolisis se obtiene una medalla de plata de alta pureza. Este año se tenía planeado otorgársela a María Luisa Zea. Su hijo la recogió en su nombre.