Ascensión y caída de Silvio Horta ("Ugly Betty"), juguete roto

por © Alejandro García-NOTICINE.com
Silvio Horta
Silvio Horta
El pasado 7 de enero el creador del remake estadounidense de la serie colombiana "Yo soy Betty, la fea" (1999-2001), Silvio Horta, fue hallado muerto en un hotel de Miami. De acuerdo con el informe del médico forense del condado de Miami-Dade citado por la prensa, el cubano-americano Horta se suicidó de un disparo en la cabeza. A través del relato de colaboradores y amigos, Hollywood Reporter ha reconstruído los últimos años y la caída del que fue productor y escritor latino más cotizado en la TV de EEUU.

Horta tenía 45 años cuando decidió poner fin a su vida después de una larga agonía depresiva. Así lo confirmaba en un comunicado para The Associated Press su familia: "Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestro querido hermano e hijo, Silvio Horta". Esta le describe como "un hombre cálido y hermoso. Se ha ido, pero su luz seguirá brillando". De igual forma, admiten que "mantenía una batalla con la adicción y la depresión, pero siempre encontró una forma de convertir sus luchas en risas".

En lo que se puede definir como una historia de ascensión y caída, varias personas de su entorno han hablado sobre la vida de Horta para The Hollywood Reporter. Eduardo Román, un peluquero nacido en Cuba y amigo cercano de Horta, quien no había tenido noticias suyas desde otoño, recibió el 28 de diciembre el siguiente mensaje de texto de él: "Feliz año nuevo. Este es mi nuevo número. ¿Cómo estás? He estado en tratamiento. Finalmente regresé el miércoles. Un fuerte abrazo, Silvio". Horta acababa de completar una terapia experimental para abordar la depresión severa que padecía y quiso pasar los últimos días de 2019 contactando a algunas de las personas en las que más confiaba: Román; su agente en WME, Paul Haas; o su exasistente, Brian Tanen.

Había sido un popular dramaturgo e intérprete en el instituto, que terminó en 1992, y se graduó en la escuela de cine de la Universidad de Nueva York al tiempo que rociaba perfume en una tienda de cosmética de Manhattan. Fue entonces cuando decidió probar suerte en Hollywood y cuando conoció a Román, quien le cedió el sofá de su casa en Los Ángeles para dormir cuando llegó. Había escrito un guión específico que definió de la siguiente forma: una "comedia oscura ambientada en 'The Gap'". Este fue lo suficientemente bueno como para conseguirle algunas reuniones, pero sería unos meses después cuando metiese la cabeza en el mundo del cine cuando vendió el lanzamiento de una comedia de terror llamada "Urban Legend", protagonizada por un joven Jared Leto y Joshua Jackson. "Fue una de esas cosas que nunca sucede", contaba Horta al portal LAist en una entrevista de 2004. "Ellos dieron luz verde a la película casi de inmediato, la filmaron y estuve en el estreno menos de dos años después de mudarme aquí".

"Llegó a la escena como una reluciente y brillante estrella", dice Haas, quien representó a Horta durante toda su carrera. "Los primeros cinco guiones que escribió como pilotos de televisión dieron lugar directamente a series". Pero sería en 2006 cuando su carrera despegase por completo cuando ABC aprobó que produjese "Ugly Betty", lo que le valió en 2007 un Globo de Oro. En una entrevista de 2013 para la Fundación de la Academia de Televisión, Horta afirmó que creía que el legado de su serie sería "haber traído una faceta única y diversa a la televisión" y el tratamiento de cuestiones sociales, "integrándolas como parte del entretenimiento general, especialmente en argumentos cómicos". Horta estaba muy orgulloso de su trabajo.

Pero la serie se canceló en 2010 y fue ahí cuando la droga entró en escena. Como una alivio a su constante inseguridad y motor de sus deseos sexuales (Horta era declaradamente homosexual desde los 19 años), se volvió adicto a la metaanfetamina (cristal). Cuando no lo consumía sufría enormes depresiones y delirios paranoicos hasta el punto de creer que entraba gente en su casa. Román lo llevó a sesiones en grupo de terapia contra la adicción, pero Horta siguió recayendo y hundiéndose en un pozo sin fondo. "Los Ángeles fue malo para él", dice Roman. "Lo he visto mucho, especialmente en la comunidad gay. Cuando eres guapo y exitoso y puedes ofrecer un hogar para festejar, acuden en masa a ti, pero cuando enfrentas tiempos difíciles, te enfrentas a la oscuridad, la gente se aleja de ti".

Horta abandonó la metanfetamina hace tres años, pero la depresión ya era permanente. Su situación financiera empezaba a complicarse, varios proyectos y pilotos fueron cancelados, y que los medios se hicieran eco de ello no le ayudó. Laboralmente, no tenía ofertas y lo que proponía a las empresas que un tiempo atrás se lo hubieran rifado era rechazado. Era un juguete roto de la industria cinematográfica. Aunque poco antes de su muerte Horta había propuesto a la cadena Fox la película "Move", basada en la vida de la coreógrafa Laurieann Gibson, sus demonios finalmente le ganaron la batalla, la semana pasada, en un motel de Miami.

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