Alejandro Magnone escribe sobre "Subte-Polska"

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Alejandro Magnone
Por Alejandro Magnone *   

Cuando tenía 18 años me tocó vivir una de esas experiencias que me marcaron la vida (de eso me di cuenta varios años después): mi abuelo Don Domingo estaba enfermo, en cama desde hacía meses, por momentos estaba muy mal y de pronto había días que estaba de ánimo y se levantaba e iba hasta la vereda en pijama y charlaba con los vecinos que pasaban.

Un día llegué a casa y vi un gran revuelo en el patio, mi tía lloraba, mi tío le decía que estaba loco y mi papá se reía: "se quiere ir a Italia", me dijo, "¿para qué?" pregunté, "se quiere morir allá", me dijo mi tía con esa voz finita y con aire que le salía en los velorios o cuando brindábamos en las fiestas.

"Solo no puede viajar", dijeron. Yo era el nieto mayor y me encomendaron que lo acompañe. Me dieron una bolsa con los remedios que tenía que tomar y una lista con los horarios, que yo debía hacer cumplir a rajatabla.

Apenas llegamos a su pueblito, le cambió el semblante y reía todo el tiempo. No me dio bolilla con los remedios y el colmo fue cuando un paisano le ofreció vino patero y se tomó una píldora con el vaso de vino.

El reencuentro con los "paisanos", volver a su pueblo, lo revivió. Volvimos Argentina después de varios meses. Murió acá mucho tiempo después.

Esa vivencia me marcó para siempre y fue un tema de inspiración para escribir guiones que abordan la temática de la vejez. Sobre todo la de los inmigrantes. Me conmueven las historias de los que dejaron todo para ir a una tierra lejana. De los que escaparon de guerras, hambrunas, persecuciones. De los que cortaron los lazos con los seres queridos. De los que emprendieron una vida nueva, hablando otro idioma, sin mirar atrás.

En este caso el protagonista es Tadeusz, un judío polaco que luchó como voluntario en las filas republicanas en la guerra civil española y luego se autoexilió en Argentina. Trabajó toda su vida en el subte. El subte es importante porque es un símbolo fuerte de la decisión de "meterse bajo tierra" para olvidar.

Se encerró en sí mismo tratando de olvidar a los suyos que fueron asesinados por el nazismo, y se aferró a unas pocas cosas: sus vínculos de amistad, su pasión por el ajedrez y su virilidad.

Pero al final de la vida, todo eso que se esforzó en olvidar para poder vivir el día a día, se le viene a la memoria con recuerdos muy nítidos. Hasta que toma la decisión de volver a Polonia y morir en su tierra.

Me pregunto, ¿qué le queda al hombre después de tanta pérdida, qué le trae el tiempo y qué le quita, cuál es la diferencia entre el pasado y el presente cuando los recuerdos son tan vivos?

"Subte-Polska" indaga en las preguntas que me hago sobre la muerte, la nostalgia, la ausencia, el peso del exilio.

(*): El argentino Alejandro Magnone es actor, director y guionista argentino. Ha estudiado producción, dirección y guión cinematográfico. Es egresado de la Escuela de Teatro de Buenos Aires y hasta ahora ha dedicado la mayor parte de su ocupación laboral a la escena, tanto como profesor como director de diversas obras. Ahora debuta tras la cámara con "Subte–Polska", que se estrena este jueves en su país.


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