La ecuatoriana Viviana Cordero habla sobre su cuarta película, "Solo es una más"

por © Mireia Quintana-NOTICINE.com
Viviana Cordero con parte de su elenco
La epilepsia causada de un tumor cerebral, el síndrome de Down y las crisis emocionales son parte de las temáticas que se abordan en la película "Solo es una más", escrita y dirigida por la cineasta ecuatoriana Viviana Cordero, que ya está en las salas del país. "Cuando decidí aproximarme a intentar la quinta (película), aparecieron en mi vida Joaquín Wappenstein, quien sufre de epilepsia debido a un tumor cerebral, y Nicolle Herdoíza, quien tiene síndrome de Down. Al conocerlos, me percaté de que quería contar sus historias, no de manera documental, sino como yo escribo, con una dosis de ficción. Me di cuenta, también, de que quería cuestionar lo que conocemos como la ‘normalidad’, en contraposición a la vida de las personas que enfrentan sus discapacidades" explica Cordero.

La historia está basada en la vida real de Joaquín Wappenstein. La frase que él repite después de cada convulsión epiléptica es la que da título a la película: "Solo es una más", como cuenta la directora en una entrevista concedida al programa "El Poder de la Palabra", de ecuadorinmediato.com/Radio: "Esto es algo que cuando yo le escuché, porque obviamente al investigar su vida, al hablar con su familia, yo le decía cómo ve las convulsiones y él me dijo: es que solo es una más y le pregunté por qué, me dijo bueno, que cuando a mí me da una convulsión, al despertarme yo trato de tranquilizar a mis familiares y  a mis amigos diciendo, solo es una más". Esta frase, según Cordero, refleja que todos los seres humanos tenemos problemas, "en nosotros está cómo los tomamos".

Joaquín Wappenstein, María Teresa Guerrero, Nicolle Herdoíza, Pedro Saad, María Eulalia Silva, Irina Gamayunova y Toty Rodríguez son algunos de los actores que aparecen en el film. Wappenstein participó también en la producción ejecutiva y fue coguionista de la cinta, trabajo que le ofreció la cineasta al saber que fue rechazado al intentar entrar en varias universidades: "Cuando me enteré de esto y él me preguntaba qué es esto del arte, qué es esto de las películas y el teatro; le dije que escribiera conmigo un guión (…) Yo quería transmitirle a Joaquín mis conocimientos, yo quería que sienta y él me cautivó. Yo me enamoré de él, es mi hijo de corazón, pero quería que sienta que con una guía podía seguir adelante".

El proceso de producción de la película fue de cinco años, en los que Viviana Cordero buscó ayudas para realizarla, investigó sobre la enfermedad y fue formando a Wappenstein como actor para que pudiera desempeñar su papel. La directora explicó que el proceso tuvo que acelerarse un poco porque el joven será sometido a una cirugía de riesgo próximamente: "No quería por nada del mundo, correrme el riesgo de no estrenarla. Esa era una promesa que yo me la hice y se la hice a él, entonces simplemente había que correr, por cualquier cosa que podría pasar".

La cinta, que busca replantearse la idea de normalidad, hará reflexionar a los espectadores y sacará muchas sonrisas.

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