Entrevistamos a Agustín Toscano, ante el estreno de "El motoarrebatador"

por © Carolina G. Guerrero-NOTICINE.com
Agustín Toscano
El cineasta argentino Agustín Toscano ("Los dueños") estrena esta semana, luego de pasar por el Festival de Cannes, su nuevo trabajo, "El motoarrebatador", un drama en torno a la relación entre un "motochorro", ladrón de bolsos que circula con su motocicleta, y una de sus víctimas. En declaraciones exclusivas a NOTICINE.com, Toscano habla sobre la culpa, las segundas oportunidades y la violencia cotidiana, que genera miedos.

- ¿Qué nos cuenta en "El motoarrebatador"?
Es una historia que pasa en la periferia de Argentina, en Tucumán, en una ciudad que está caotizada, donde la policía ha estado en huelga. Un tipo que tiene una vida de ladrón de carteras y a partir de un episodio en el que arrastra a una mujer mayor para quitarle la cartera siente que ha tocado fondo, en principio no sabe si la mató o no. La curiosidad que le despierta esto y la ternura que le genera descubrir que no la mató, sino que tiene una segunda oportunidad al encontrarle viva y ha perdido la memoria. En la película esto sirve de segundo acto. Esa vida tiene que ver con la redención de su sujeto, de él como padre de familia, porque uno va descubriendo las muchas aristas de este personaje que la película acompaña plano a plano, porque él está en todas las escenas de la película. En esa misteriosa forma de crear que tiene él, que va creando un personaje nuevo diferente al que el espectador sabe que era y le crea a esta persona que el cuida que perdió la memoria por su culpa. Así va creándole una vida nueva. De eso va, de cómo a este sujeto va gustándole esta nueva vida que la vida misma le presentó y supo aprovecharla.

- Se trata de una aproximación novedosa a la relación victimario-víctima...
Es una historia en la que las cosas se repiten, primero como comedia y luego como tragedia y a veces como drama. En la vida hay demasiadas cosas que son cíclicas y lo más importante es que nos puede representar a todos a veces y todos hemos tenido que empujar algunas voluntades para liberarnos de lo que no queríamos y llegar, aunque sea más cerca de lo que creemos ideal, independiente de lo que hayamos hecho antes, como que siempre por delante está el futuro. No es un caso real, no estamos perdonando ni atacando ni juzgando a nadie de verdad, es un sujeto ficcional, como un cuento, que de golpe revela un cambio casi místico del cual también se encuentra preso, se enreda en algo y esa repetición es la que la vuelve comedia. Se vuelve muy gracioso verlo  obligado a mentir.

- ¿Cómo le resultó la experiencia en Cannes?
Increíble, es la cosa más rara y lujosa en la que estuve metido. Salimos de una cena entramos a una función, tuvimos entrevistas... Parecía una fiesta interminable y a la vez yo no me sentí cansado ni agotado, sino al revés, sufriendo porque aquello terminaba. Ya sabemos que se levantan estas carpas, se llevan el circo a otro lado y queda la playa y la tristeza allá. Entonces bueno, entre la película anterior y esta pasaron 5 años, sin películas sin estrenos entonces ahora íbamos a aprovecharlo todo.

- Su película se programó en la Quincena de los Realizadores, que no es una sección oficial con premios.
Eso resultó positivo, porque la nuestra es una película muy modesta, y me hubiera parecido injusto luchar contra otras más poderosas. Sería bueno si estamos alguna vez en una sección competitiva, pero no hacemos una película para ganar un premio sino para lo otro, que la vea mucho público, que se vea en lugares muy lejanos y muy próximos, que a la gente le genere curiosidad, ambigüedad y polémica. Sufro un poco cuando se van del cine pero me parece lógico a un porcentaje mínimo no tiene ganas de escuchar este discurso y vivir esta experiencia compartida con el ladrón para poder reírse cuando se repite como comedia. Pienso que el gran premio es que hay muchos espectadores van a llegar con la curiosidad del logo y se van a sorprender porque no es una película parecida a las que se suelen ver y podría haber quedado en la marginalidad y encontró este sitio súper visible entonces vamos a disfrutarlo.

- ¿Y cómo fue la reacción de esos primeros espectadores?
Sentí increíble, por primera vez me pararon en la calle, me dijeron cosas, abrazaron a los actores, me sentí parte como de una película de Rosellini de los 50 como que llegan desde el pueblo a la calle sin filtro, la gente se expresa.

- "El motoarrebatador" habla de la ambigüedad en las relaciones humanas...
Preferimos dejar muchas cosas en el terreno de lo omitido, entre nosotros las tuvimos que descubrir y clarificar y tener súper ceñidas para el trabajo de la dirección de actores y puesta en escena. Pero había cosas que había que mantener más ambiguo posible, como de quién es la casa donde ella vive, si todo lo que Miguel dice es cierto... Es una ambigüedad que mientras menos revelamos de eso en el montaje más produce una necesidad de escarbar ahí. O por ejemplo el rol maternal en la vida de Miguel. Jamás cuenta qué paso con su mama, pero vive en una familia en la que falta eso. Tampoco hemos tratado de hacer explicativos sobre la vida de los personajes, pero si abarcarlos como una prehistoria importante para ellos, que tiñe todo lo que el espectador está viendo y la necesidad de saber cómo ella llego a ser una usurpadora y él un ladrón es lo que te mantiene interesado en un aire de thriller psicológico, porque es intentar entender una raíz psicológica. Sólo ambigüedades podían lograr ese efecto y fueron apareciendo. Hay una frase que me gusta mucho que dice Elena: "No me gusta que me llames Elena pero porque mi abuelo me llamaba nena". No explica más, y pensaba le gustaba que el abuelo le llamara nena o no le gustaba y por qué menciona al abuelo, quien es el abuelo, se trata de eso.

- Y también está el sentimiento de culpa...
Hemos pensado que la culpa es un personaje. Hay varios personajes que son abstractos... La moto, que es como el caballo de la época. La casa, que sería la madre ausente y la culpa, que sería el padre, la ley, el único que le reprocha cosas es el padre. Pero en la relación con su propia mujer es la mujer la que le reprocha, es la mujer el padre y entre él y el hijo es el hijo el que manda el hijo. Es como que todas las relaciones están un poco confundidas entre lo familiar y lo desconocido, te conozco tanto que te desconozco. Quien no haya sentido culpa quizás no entiendo los móviles de la película pero como la culpa es un sentimiento tan común tan simple uno puede solidarizarse con ese sentimiento.

- Vivimos en una sociedad llena de desigualdades que de alguna manera empujan al delito, a la violencia. ¿Ese es otro tema de su película?
Si, una hora misma es tan relativo y latente como que en realidad no sabemos lo que está pasando en Tucumán. Y se prende fuego de la nada, es la sensación que quedó en 2013 que es de donde tomamos los episodios para la película, pero probablemente no pase nada. Casi todo el año y casi todos los años son años buenos en las que pasan desgracias pero no hay un movimiento social que bordea la barricada y el fin de la ley pero hemos vivido algo muy fuerte nacionalmente en 2001, pero en Tucumán y Córdoba fue terrible la excedición policial de 2013 y uno se da cuenta que los canales que sostienen con esta etiqueta con esta tranquilidad son nada. Solo hace falta que 100 o 200 personas se pongan de acuerdo y se lleven de acá las cámaras, rompan todos los platos. Está en el hombre como en el mono la capacidad de entrar y destruirlo todo si siente que llegó el día X. Es eso lo que la película dice, estamos en el final, medio apocalíptico y es un poco una reflexión de que se quebró algo socialmente se volvió todo mucho más sospechoso y queríamos transmitir eso. Yo no vivo con miedo, pero sí me sale canalizarlo en lo que hago. Acaba apareciendo por todos lados mi sensación de seguridad o inseguridad y tenemos que vivir con eso, no podemos encerrarnos toda la vida, seguimos en la calle, filmando, sacando la cámara pero bueno el mundo está que cada 5 años vibra.

- ¿Tiene algún nuevo proyecto entre manos?
Muchos. Adaptaciones de novelas, proyectos propios, continuidades de cosas que ya hice…. Estos personajes me inspiran otra historia que ahora tengo que terminar de tirarla. Me interesa un poco volver a este mundo y hacer cosas bien distintas. Tengo proyectos muy distintos, me gustaría pensar que en los próximos 6 años tengo claro lo que tendría que hacer si todo se me diera, pero voy a por más esta vez, tengo varios pájaros volando.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.