Juan Manuel Cotelo estrena "Tengamos la fiesta en paz": "No se habla de las familias que se mantienen unidas"

por © Alba Amestoy-NOTICINE.com
Juan Manuel Cotelo y sus actores infantiles
Juan Manuel Cotelo y sus actores infantiles
El cineasta español Juan Manuel Cotelo, autor de películas como "El mayor regalo", "Tierra de María" o "La última cima" estrena este fin de semana su nuevo trabajo, "Tengamos la fiesta en paz", una comedia musical que plasma la vida cotidiana de una familia y como esta se desenvuelve en casa. NOTICINE.com ha tenido la oportunidad de hablar en exclusiva con el cineasta.

- ¿Qué le empujó a escribir la historia de esta familia?
Hubo varios detonantes, el primero diría que fue conocer a tantas familias que se llevan bien hoy en día. Esto hace años tal vez no era llamativo, pero ahora se habla mucho de las familias que se rompen y no de las familias que se mantienen unidas. Cuando hicimos "El mayor regalo", esta era una película sobre el perdón y había algunas historias de reconciliación muy llamativas: asesinos que pedían perdón, víctimas que perdonaban, en Colombia, en Ruanda… Pero también había una historia muy sencilla, la historia de un matrimonio reconciliado, un matrimonio que se rompió durante siete años y por el que nadie apostaba un céntimo. Sin embargo, se reconciliaron. Tuvimos tanto eco de esa historia, tanta gente que nos escribió sobre cómo gracias a  esa historia se había reconciliado en su casa, que vimos que podíamos seguir por ahí. Si esto ayuda a la gente contemos que lo de llevarse bien en casa no es para gente especial, sino que es una tarea exigente que cualquiera puede desempeñar con éxito en su propia casa.

- ¿Y por qué contó la historia de esta manera tan alegre?  
Tuvimos claro que no podíamos hacer una película pesimista o derrotista. Teníamos que ofrecer esperanza y alegría, tenía que ser una fiesta. Vimos que los dos ingredientes más importantes de una fiesta son la diversión y la música. De ahí surgió que la película fuera una comedia y que fuera musical.

- En su previa carrera como director abundan los documentales. ¿Por qué esta vez ha decidido hacer una comedia musical?
Diría que en mi carrera de 36 años he pasado por todo: informativos, programas de entretenimiento, dibujos animados para niños, he estado 7 años haciendo series de ficción como actor… Después hice documentales y estos surgen siempre de la propia historia. Las historias que he contado las he contado de esa forma porque pienso que daban para documental y que realmente hubiese sido una torpeza contar esas historias a modo de ficción, habiendo conocido además a los personajes reales y contando historias tan potentes. En este caso era claramente una ficción. Yo no voy previendo el formato o el género de lo siguiente, sino que cuando surge una historia que me atrapa con fuerza empiezo a andar un camino, y en este caso me llevó a hacer un musical divertido y familiar. Voy improvisando, no sé qué será lo siguiente.

- Produjo la película a través de financiación comunitaria ¿Que ha significado para usted el apoyo por parte de tanta gente y de tantos países diferentes?
Es muy difícil expresar el sentimiento que genera. Lo primero, el agradecimiento. Estamos tan agradecidos de que tantas personas respalden un proyecto… Lo que hemos hecho es decirles "tenemos este proyecto, ¿te gusta?, ¿te sumas?, ayúdanos". Cuando se suman miles de personas de 30 países la sensación es abrumadora. Un agradecimiento profundo y a la vez una sensación de cierta exigencia, piensas " ahora hay que hacerlo bien, porque esta gente ha confiado en ti". Le da a todo un toque familiar muy bonito, te pone las pilas, te obliga a trabajar con exigencia. Es muy satisfactorio ver que el público mismo que te ha apoyado aplaude después la película.

- ¿Qué le ha animado a seguir con la película en estos momentos tan difíciles que vive el mundo del cine? ¿Que ha supuesto la pandemia para el rodaje?
Quedarse quieto es muy peligroso, aparte de ser muy aburrido. Creo que en situaciones de crisis lo que hay que hacer es tirar para delante, asumiendo las dificultades propias de las circunstancias que sean. Pero todo menos la quietud o la pasividad. Claro que vamos a salir de esta pandemia, pero con actitud y actividad. No nos quedemos todo el día pensando en el problema, busquemos soluciones. En el caso del cine, como muchos otros sectores ha sido afectado por la pandemia, pero la gente sigue adelante. Creo que en una situación de crisis como esta podemos encontrar muchos héroes, héroes anónimos, empezando por el personal médico… Hay tantos profesionales de tantos campos que tiran para delante sin frenar por el problema… Entonces nosotros decidimos hacer lo mismo, seguir adelante. Cuesta arriba, pero hay que seguir caminando.

- ¿Qué ha supuesto para usted hacer esta película? Esa especie de mundo inverso que presenta, el trabajar con niños…
Hitchcock decía que tenía miedo a trabajar con niños y con animales, que era lo más difícil.  En mi caso, he tenido la experiencia contraria. En concreto estos niños han sido maravillosos. En primer lugar diría como actores, cantantes y bailarines. Encontrar cuatro niños que actúen bien parecía muy difícil, era un reto. Lo asombroso es que no hubo casting. Conocí a una familia en Valencia que se dedicaba a aprender coreografías y canciones de película musicales durante el confinamiento. La mayor toca el violín, la segunda el piano, la tercera el violonchelo … Los conocí y pensé, son estos.

- ¿Destacaría algo más en esos niños?
Que estaban bien educados. Un niño, como un adulto, te puede dar dificultades porque un día este caprichoso, quejoso o no quiera trabajar. No nos ha pasado eso. Han sido niños que han contagiado mucha alegría a todo el equipo. Ellos no ven la cámara, no ven la luz, no ven el micrófono, les da igual el tipo de plano… Todo eso hace que su actuación sea espontánea y auténtica.  A veces los adultos, por saber más cosas, frenamos la creatividad o la espontaneidad. El actor debe estar pendiente de la persona que tiene delante en un diálogo y de nadie más. Trabajar con los niños ha sido una gozada.

-¿Ha disfrutado del rodaje?
Lo más destacable con diferencia han sido las escenas musicales, lo que a priori también nos parecía más complejo. Como se crea una atmósfera de buen humor, de baile y de alegría el trabajo no pesa. Te lo pasas bomba. He disfrutado y se me han hecho menos pesadas las escenas musicales que las escenas dialogadas. Hemos estado 40 personas 40 días confinados, los días que tocaba escena musical era un descanso más que un trabajo.

- ¿Quién o qué tiene la culpa de la pérdida de los valores familiares?
Aquí se podría decir "que tire la piedra el que esté libre de pecado". Pienso que es un poco perdida de tiempo buscar culpables lejanos, cada uno tiene que ver en su propia familia "yo que hago para promover un poco la unidad familiar en mi casa". Desentenderse de los análisis de la sociedad en general, de otras familias… Si cada uno de nosotros hiciera lo que debe para que su propia familia fue una fuente de paz y no una fuente de discusión, la sociedad entera avanzaría a un ritmo vertiginoso. Entre otras cosas porque lo que tu vives en tu casa lo llevas a la calle. Volviendo a los niños, estoy convencido de que la actitud que tenían en el rodaje es porque en su casa hay muy buen ambiente. Por ejemplo, veíamos como en las propias comidas los niños les servían unos a otros, recogían los platos sucios…  Eso lo han aprendido en su casa. Más que hacer grandes diagnósticos de la sociedad, creo que si cada uno se encarga de recoger el plato o hacer la cama con espíritu de servicio y por hacer aspavientos por lo que hace, nos iría bien a todos.

- ¿Cómo ve al cine español de ahora mismo, en cuanto a temas y relación con el público?
Ahora mismo sobre todo lo que es es variado. Creo que eso es una gran conquista, en este momento en el cine español se hacen todo tipo de géneros: comedias fantásticas, películas de aventuras, películas de terror, cine de autor… y hasta musicales. Eso es un gran salto, ahora mismo el cine español es tan variado que te va a costar mucho definirlo. Además, diría que, a nivel técnico, el salto ha sido altísimo en los últimos 20 años. Podríamos decir que en este aspecto estamos al nivel de cualquier cinematografía del mundo. No podemos tener el más mínimo complejo.  Es un momento dulce, hay cine de todo tipo. El espectador puede escoger el cine que más le guste y va a encontrar películas de ese género. Creo que el cine español es cada vez más abierto.

- ¿Su próxima película la hará para una plataforma?
Lo cierto es que las tres primeras películas que hemos hecho para mi productora infinito+1 fueron compradas por Netflix después de haberlas hecho. Confió en que con esta también suceda. Nos encantaría trabajar para plataformas, ya que estas ahora mismo son un agente de la industria, como lo han sido hasta hace poco las televisiones. Se han convertido en agentes fundamentales y creo que están revitalizando la industria. Es un momento dulce también a nivel de financiación, porque las plataformas han logrado que el consumo de audiovisual crezca una barbaridad. Hay demanda por parte del público y hay que satisfacerla con mucha oferta. Nosotros estamos encantados de trabajar para cine, para televisión y para plataformas.

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