Eduard Fernández habla sobre "1898. Los últimos de Filipinas"

por © Redacción-NOTICINE.com
Eduard Fernández (LP)
El español Eduard Fernández, ganador de dos Goyas y uno de los más fiables y reconocibles actores españoles, de esos que mejoran la película en la que participan, es uno de los protagonistas en la coral "1898. Los últimos de Filipinas", que se está rodando en Canarias bajo la dirección del debutante Savador Calvo. A su lado están como intérpretes destacados Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Karra Elejalde y Carlos Hipólito. Para Fernández, "Creo que está bien revisar esta historia hoy en día para hacer una película más real, en el sentido de plantearse qué les ocurrió realmente; qué debía de pasar ahí dentro y, sobre todo, qué debía de pasar desde el punto de vista humano porque, además de los rangos, son personas".

En este ambicioso proyecto que empezó a filmarse en Guinea, Fernández es el capitán Enrique de las Morenas, personaje real que participó en estuvo en la sitiada iglesia del pueblo filipino de Baler, donde se desarrolla la parte fundamental del film."Creo que es un buen militar, que toma buenas decisiones y es, de hecho, quien toma la decisión de encerrarse en la iglesia de Baler, porque es el único lugar donde poder estar. Al fin y al cabo, ellos son 50 hombres, mientras que los demás pueden ser alrededor de unos mil o dos mil, no sabemos cuántos. Y a partir de aquí, empieza realmente la historia que todos conocemos, que fue aquella reclusión que se prolongó durante casi un año. Yo creo que hay una diferencia con respecto a la película antigua, la de Antonio Román, que fue hecha en otra época, en otro mundo, con un tono de ensalzamiento nacional", explica el actor catalán a La Provincia.

Para Fernández, esta película nada tiene que ver con el film franquista de los años 40, ya que es humana antes que patriótica, ya que refleja "cómo sufrían, el miedo que tenían, quién desertaba, si debían matarle o no; además, hacían sus necesidades ahí dentro, convivían en todo momento, casi no comían, había muchas enfermedades y miedos, y se establecían distintas relaciones entre ellos. Creo que todo eso es muy bonito y que provocará cierta empatía en el espectador, porque cada personaje revisa una parte de la historia de España desde una perspectiva más actual".

De las Morenas es el militar de mayor rango entre los sitiados, y -detalla Eduardo Fernández- "cuando llega a Baler, lo hace como un buen capitán, que está en la retaguardia, por lo que siempre está defendido, y no en primera línea pegando tiros. Por eso, no creo que sea un cobarde, sino que ejerce su papel. Es más, yo diría que es un papel casi político. ¿Y qué sucede dentro de la iglesia con el capitán? Pues suceden muchas cosas. Él tiene su propio mundo, tiene a su familia en España, de manera que lo que realmente quiere es, tarde o temprano, volver vivo a su casa y recuperar su vida. Lo que imagino sobre este capitán es que pretendía tener cada vez emplazamientos más amables".

"La máxima de este personaje -agrega- es hacer el trabajo que ha ido a desempeñar a Filipinas, y ese es un trabajo militar. Por lo tanto, tiene que tomar una serie de decisiones para salvaguardar las vidas de todos esos hombres que, en realidad, son críos, y que están a su cargo. Mi personaje es el responsable de sus vidas y pretende hacer lo mejor para defender la plaza".

Respecto de la manera de abordar un personaje real pero tan lejano en el tiempo, el actor, que acaba de ser otra persona real, pero esta vez aún viva, el oscuro espía Paesa en "El hombre de las mil caras", cuenta que su base principal es el guión: "Nunca suelo fijarme en películas anteriores ni suelo mirar otras actuaciones para basarme en la mía. Pero luego es verdad que yo propongo cosas. En este caso, como mi papel es secundario pero, hasta cierto punto, con protagonismo, yo propongo cosas muy claras, pequeñas y puntuales, que creo que aportan a cada escena. Creo que, cuando te entiendes con el director, se trata de aportar algo más a la película -no de pedir más papel, eso nunca-. Y con Salvador Calvo me he entendido muy bien, francamente bien, y cuando eso ocurre, uno se va contento a casa. Yo soy actor; me guste a mí más o menos, la bestia va como va, y yo soy actor. Por lo tanto, cuando disfruto con un director, me lo paso bien, rodamos buenos planos, porque creo que alguno bueno ha salido, y disfruto y me lo paso bien".


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