Festivales
Documental argentino sobre los "cartoneros", al Forum de la Berlinale
12-I-04
El documental argentino "El tren blanco", escrito y dirigido por Nahuel García, Sheila Pérez Giménez y Ramiro García, ha sido seleccionado para participar en la sección Forum del Festival Internacional de Berlín, que en febrero de este año realiza su 54 edición. Este film, que ya fue presentado en la Seminci de Valladolid el pasado octubre, intenta reflejar la situación que atraviesa una parte de la sociedad argentina, que durante estos últimos años, ha quedado empobrecida como consecuencia de un modelo económico de exclusión social, a base de la concentración de la riqueza de ciertos sectores; y que la ha forzado a encontrar medios de supervivencia como es la recolección de cartones que otros desechan.
Esta película se introduce en el conflicto interno que se produce en los cartoneros, relatando un día en la vida de varias personas, cuyas historias se entrecruzan en el tren blanco, en el cual se movilizan los cartoneros con sus carretas llenas del material conseguido. Al principio se utilizaba el servicio común de trenes, pero al ir aumentando su cantidad, y debido a las quejas de los pasajeros, la empresa privada dueña del servicio ofreció entonces una insólita solución: un servicio exclusivo para cartoneros, en un viejo tren de madera pintado de blanco al que le quitaron casi todos los asientos; así nació el tren blanco, pero no es un servicio gratuito, se debe pagar un abono quincenal de $10,50 y a pesar de esto ni siquiera se les permite usar los baños de las estaciones. El tren blanco, como ellos lo denominan, realiza un solo viaje de ida y de vuelta, partiendo a las 18 y regresando las 23:30 horas.
El tren blanco comenzó con un grupo de 80 carretas, al poco tiempo eran 150, y en este momento se estima que son más de 500 las carretas que suben día a día en este tren, que fue el primero en tomar la iniciativa.Las estadísticas oficiales sobre desocupación hablan de 150.000 cartoneros en los 48 principales centros urbanos de la república, que no viajan en el tren blanco, pero que llegan a la ciudad en camiones rentados por las papeleras a las que le venden el papel. Por estos días, la misma empresa privada dueña del servicio de trenes, piensa colocar otro "tren blanco" para albergar a las personas que se van sumando al cartoneo.
El abrir y cerrar bolsas, el caminar lento y cansado de los cartoneros son una constante en la película, que reflexiona de manera subjetiva sobre la crisis social que vive hoy la Argentina, donde la historia del tren blanco encuentra puntos de contacto con la represión policial, los saqueos a supermercados y las cacerolas que suenan en los barrios a modo de protesta. De esta manera, el tren blanco sumamente deteriorado, con vagones sin puertas y ventanas sin vidrios, funciona como una metáfora constante, donde la realidad del país se refleja de manera contundente. La negación de la pobreza y la organización contra el sistema, son temas que el documental plantea como iconos significativos de una actitud social.
El documental argentino "El tren blanco", escrito y dirigido por Nahuel García, Sheila Pérez Giménez y Ramiro García, ha sido seleccionado para participar en la sección Forum del Festival Internacional de Berlín, que en febrero de este año realiza su 54 edición. Este film, que ya fue presentado en la Seminci de Valladolid el pasado octubre, intenta reflejar la situación que atraviesa una parte de la sociedad argentina, que durante estos últimos años, ha quedado empobrecida como consecuencia de un modelo económico de exclusión social, a base de la concentración de la riqueza de ciertos sectores; y que la ha forzado a encontrar medios de supervivencia como es la recolección de cartones que otros desechan.
Esta película se introduce en el conflicto interno que se produce en los cartoneros, relatando un día en la vida de varias personas, cuyas historias se entrecruzan en el tren blanco, en el cual se movilizan los cartoneros con sus carretas llenas del material conseguido. Al principio se utilizaba el servicio común de trenes, pero al ir aumentando su cantidad, y debido a las quejas de los pasajeros, la empresa privada dueña del servicio ofreció entonces una insólita solución: un servicio exclusivo para cartoneros, en un viejo tren de madera pintado de blanco al que le quitaron casi todos los asientos; así nació el tren blanco, pero no es un servicio gratuito, se debe pagar un abono quincenal de $10,50 y a pesar de esto ni siquiera se les permite usar los baños de las estaciones. El tren blanco, como ellos lo denominan, realiza un solo viaje de ida y de vuelta, partiendo a las 18 y regresando las 23:30 horas.
El tren blanco comenzó con un grupo de 80 carretas, al poco tiempo eran 150, y en este momento se estima que son más de 500 las carretas que suben día a día en este tren, que fue el primero en tomar la iniciativa.Las estadísticas oficiales sobre desocupación hablan de 150.000 cartoneros en los 48 principales centros urbanos de la república, que no viajan en el tren blanco, pero que llegan a la ciudad en camiones rentados por las papeleras a las que le venden el papel. Por estos días, la misma empresa privada dueña del servicio de trenes, piensa colocar otro "tren blanco" para albergar a las personas que se van sumando al cartoneo.
El abrir y cerrar bolsas, el caminar lento y cansado de los cartoneros son una constante en la película, que reflexiona de manera subjetiva sobre la crisis social que vive hoy la Argentina, donde la historia del tren blanco encuentra puntos de contacto con la represión policial, los saqueos a supermercados y las cacerolas que suenan en los barrios a modo de protesta. De esta manera, el tren blanco sumamente deteriorado, con vagones sin puertas y ventanas sin vidrios, funciona como una metáfora constante, donde la realidad del país se refleja de manera contundente. La negación de la pobreza y la organización contra el sistema, son temas que el documental plantea como iconos significativos de una actitud social.
- © Cynthia García-NOTICINE.com
Suenan sustitutos para De Hadeln en la Mostra veneciana
9-I-04
La derecha italiana nunca acabó de ver bien que un "extranjero" por muchas credenciales que incluyera su curriculum (más de dos décadas al frente de la Berlinale) estuviera en la dirección de la Mostra de Venecia, y a pesar de que la gestión de Moritz de Hadeln en sus dos ediciones del certamen del Lido ha sido prácticamente irreprochable, parece que al suizo le quedan los días contados en el puesto. Recientemente, el consejo de administración de la Biennale di Venezia, de la que depende el decano de los festivales de cine del mundo, acordó prorrogar hasta final de marzo su mandato (la Mostra es en septiembre), con la tarea fundamental de convertirse en "asesor", y estos días la prensa italiana ya habla de hasta tres candidatos a sustituirle como director de la Mostra: Marco Mueller, ex responsable de los festivales de Locarno y Rotterdam, además de productor; el actor sobradamente conocido Giancarlo Giannini, y la actual directora de Locarno, Irene Bignardi.
El ministro de Cultura del derechista gobierno Berlusconi, Giuliano Urbani, pretende mirarse en el espejo de Cannes y hacer de la Mostra veneciana por encima de otras consideraciones un certamen que promocione el cine nacional. Este giro "nacionalista" encuentra dificil acople con un cosmopolita "no italiano" como De Hadeln, acusado en su día de exponer demasiado cine de Hollywood en Berlín, olvidando su contribución a la difusión del cine asiático o español, por poner algunos ejemplos. "Quizás no le guste lo que yo hice, tal vez porque sea extranjero. Eso tal vez parezca absurdo, pero no veo otros argumentos", declaraba este jueves al diario Il Corriere della Sera el todavía director de la Mostra, que se considera víctima de "juegos políticos".
Pero, resultaría simplista reducir el debate a una simple cuestión de "italianidad". A pesar de haber elevado el nivel de la Mostra y su repercusión internacional de la mano de grandes figuras del cine, sobre todo el pasado 2003, De Hadeln se tomó tan en serio su trabajo que no dudó en criticar a las autoridades italianas por la falta de infraestructuras y la burocracia de la Mostra y la Biennale. Siempre sostuvo que para colocar al certamen a la misma altura que Cannes y Berlín era preciso un nuevo palacio del festival (el actual se inauguró como "provisional" en los años 30) y otras inversiones. La reforma también está en mente del gobierno italiano, pero no exactamente en ese sentido, sino en el de -a la vez que se limitará la autonomía de la Biennale- convertir a la Mostra en un escaparate para que el decaído cine italiano se difunda ante el mundo.
La derecha italiana nunca acabó de ver bien que un "extranjero" por muchas credenciales que incluyera su curriculum (más de dos décadas al frente de la Berlinale) estuviera en la dirección de la Mostra de Venecia, y a pesar de que la gestión de Moritz de Hadeln en sus dos ediciones del certamen del Lido ha sido prácticamente irreprochable, parece que al suizo le quedan los días contados en el puesto. Recientemente, el consejo de administración de la Biennale di Venezia, de la que depende el decano de los festivales de cine del mundo, acordó prorrogar hasta final de marzo su mandato (la Mostra es en septiembre), con la tarea fundamental de convertirse en "asesor", y estos días la prensa italiana ya habla de hasta tres candidatos a sustituirle como director de la Mostra: Marco Mueller, ex responsable de los festivales de Locarno y Rotterdam, además de productor; el actor sobradamente conocido Giancarlo Giannini, y la actual directora de Locarno, Irene Bignardi.
El ministro de Cultura del derechista gobierno Berlusconi, Giuliano Urbani, pretende mirarse en el espejo de Cannes y hacer de la Mostra veneciana por encima de otras consideraciones un certamen que promocione el cine nacional. Este giro "nacionalista" encuentra dificil acople con un cosmopolita "no italiano" como De Hadeln, acusado en su día de exponer demasiado cine de Hollywood en Berlín, olvidando su contribución a la difusión del cine asiático o español, por poner algunos ejemplos. "Quizás no le guste lo que yo hice, tal vez porque sea extranjero. Eso tal vez parezca absurdo, pero no veo otros argumentos", declaraba este jueves al diario Il Corriere della Sera el todavía director de la Mostra, que se considera víctima de "juegos políticos".
Pero, resultaría simplista reducir el debate a una simple cuestión de "italianidad". A pesar de haber elevado el nivel de la Mostra y su repercusión internacional de la mano de grandes figuras del cine, sobre todo el pasado 2003, De Hadeln se tomó tan en serio su trabajo que no dudó en criticar a las autoridades italianas por la falta de infraestructuras y la burocracia de la Mostra y la Biennale. Siempre sostuvo que para colocar al certamen a la misma altura que Cannes y Berlín era preciso un nuevo palacio del festival (el actual se inauguró como "provisional" en los años 30) y otras inversiones. La reforma también está en mente del gobierno italiano, pero no exactamente en ese sentido, sino en el de -a la vez que se limitará la autonomía de la Biennale- convertir a la Mostra en un escaparate para que el decaído cine italiano se difunda ante el mundo.
- © Redacción-NOTICINE.com
Preparan el 10 aniversario de la Mostra de Lleida
8-I-04
La Mostra de Cinema Llatinoamericà de Lleida, segundo certamen español en su categoría, tras el de Huelva, se prepara para celebrar su décima edición, entre el 12 y el 20 de marzo de este año. Sus organizadores consideran que su próxima cita será la de la consolidación de un festival, que además celebrará con más actividades que de costumbre este décimo aniversario (exposiciones fotográficas, conciertos musicales, presentaciones de libros, etc.).
El certamen catalán ha dado a conocer esta semana el que será su cartel de 2004, obra del artista catalán Josep Mª Cazares, que pretende homenajear al principal protagonista de estas diez ediciones del festival, el público, encarnado en la figura de un espectador que observa el paso de una cinta cinematográfica en movimiento ascedente, representando la progresiva consolidación del certamen. El personaje observa con interés y curiosidad el interior de los fotogramas, buscando toda la riqueza de realidades que se esconden detrás de una obra cinematográfica. La figura del espectador y los fotogramas conforman una sombra negra proyectada sobre la pared, simbolizando una imagen proyectada sobre la pantalla, y el número 10, correspondiente a las diez ediciones de la Mostra, tiene un protagonismo absoluto para incidir en la importancia del aniversario.
Como es habitual, el certamen ofrecerá una selección de los largometrajes producidos recientemente en Latinoamérica e inéditos comercialmente en España en Su Sección Oficial, competititva, a la que hay que añadir las secciones de homenaje, retrospectivas, la de documentales y la de cortometrajes. Además la Mostra dedicará un apartado especial a los realizadores más jóvenes dentro de la Sección de Escuelas de Cine de América Latina.
La Mostra de Cinema Llatinoamericà de Lleida, segundo certamen español en su categoría, tras el de Huelva, se prepara para celebrar su décima edición, entre el 12 y el 20 de marzo de este año. Sus organizadores consideran que su próxima cita será la de la consolidación de un festival, que además celebrará con más actividades que de costumbre este décimo aniversario (exposiciones fotográficas, conciertos musicales, presentaciones de libros, etc.).
El certamen catalán ha dado a conocer esta semana el que será su cartel de 2004, obra del artista catalán Josep Mª Cazares, que pretende homenajear al principal protagonista de estas diez ediciones del festival, el público, encarnado en la figura de un espectador que observa el paso de una cinta cinematográfica en movimiento ascedente, representando la progresiva consolidación del certamen. El personaje observa con interés y curiosidad el interior de los fotogramas, buscando toda la riqueza de realidades que se esconden detrás de una obra cinematográfica. La figura del espectador y los fotogramas conforman una sombra negra proyectada sobre la pared, simbolizando una imagen proyectada sobre la pantalla, y el número 10, correspondiente a las diez ediciones de la Mostra, tiene un protagonismo absoluto para incidir en la importancia del aniversario.
Como es habitual, el certamen ofrecerá una selección de los largometrajes producidos recientemente en Latinoamérica e inéditos comercialmente en España en Su Sección Oficial, competititva, a la que hay que añadir las secciones de homenaje, retrospectivas, la de documentales y la de cortometrajes. Además la Mostra dedicará un apartado especial a los realizadores más jóvenes dentro de la Sección de Escuelas de Cine de América Latina.
- © Redacción-NOTICINE.com
La peruana "Los días de Santiago" competirá en Rotterdam
7-I-04
El film del peruano Josué Méndez "Días de Santiago" ha sido seleccionado para competir en los VPRO Tiger Awards del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, reservados para cineastas nóveles en su primera o segunda obra. Este galardón, creado en 1995, aspira a descubrir a nuevos talentos, y está dotado con 10.000 euros y la emisión televisiva de los ganadores en la televisión holandesa.
"Dias de Santiago" narra la historia de un ex soldado de 23 años, que regresa a Lima con la intención de reintegrarse a la vida civil. Santiago cree que todo es posible si luchas por ello, aunque de la teoría a la práctica a veces hay un buen trecho... Filmada en 16 milimetros y previamente apoyada como proyecto dentro del Fondo Hubert Bals del mismo certamen europeo, se basa en testimonios de combatientes en la guerra de 1995 entre Peru y Ecuador por la posesion de inhabitables pantanos selvaticos.
El Festival de Rotterdam, que se desarrollará del 21 de enero al 1 de febrero ha galardonado con sus "Tigres" en estos últimos ocho años a varios cineastas lationamericanos: los argentinos Pablo Trapero ("Mundo grúa") y Santiago Loza ("Extraño"), y los uruguayos Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella ("25 Watts"). La lista definitiva de candidatos de este 2004 se conocerá en los próximos días.
El film del peruano Josué Méndez "Días de Santiago" ha sido seleccionado para competir en los VPRO Tiger Awards del Festival Internacional de Cine de Rotterdam, reservados para cineastas nóveles en su primera o segunda obra. Este galardón, creado en 1995, aspira a descubrir a nuevos talentos, y está dotado con 10.000 euros y la emisión televisiva de los ganadores en la televisión holandesa.
"Dias de Santiago" narra la historia de un ex soldado de 23 años, que regresa a Lima con la intención de reintegrarse a la vida civil. Santiago cree que todo es posible si luchas por ello, aunque de la teoría a la práctica a veces hay un buen trecho... Filmada en 16 milimetros y previamente apoyada como proyecto dentro del Fondo Hubert Bals del mismo certamen europeo, se basa en testimonios de combatientes en la guerra de 1995 entre Peru y Ecuador por la posesion de inhabitables pantanos selvaticos.
El Festival de Rotterdam, que se desarrollará del 21 de enero al 1 de febrero ha galardonado con sus "Tigres" en estos últimos ocho años a varios cineastas lationamericanos: los argentinos Pablo Trapero ("Mundo grúa") y Santiago Loza ("Extraño"), y los uruguayos Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella ("25 Watts"). La lista definitiva de candidatos de este 2004 se conocerá en los próximos días.
- © Corresponsal-NOTICINE.com