MIFF 09: "Burwa Dii Ebo" (El viento y el agua): Los indígenas Kuna cuentan sus historias
- por © J.A. (Miami)-NOTICINE.com
"Burwa Dii Ebo" (El viento y el agua), renace en Miami. El año pasado, una primera versión de este largo de ficcón con elementos documentales, creado por la cineasta norteamericana Vero Bollow y el colectivo Igar Yala por ella fundado en Panamá, se estrenó en Sundance, pero la definitiva, más cuidada y profesional desde el punto de vista técnico, se presenta en el marco de la competencia iberoamericana del Festival Internacional de Cine de Miami.
Lejos de visiones paternalistas o etnológicas sobre el pueblo indígena kuna, que vive repartido originalmente en 365 islas del Caribe, entre Panamá y Colombia, sin la mayoría de las cosas que en el mundo occidental considerados imprescindibles, "Burwa Dii Ebo" surgió del colectivo Igaryala, en el que están integrados jóvenes de esa etnia, ahora repartida entre Panamá City y las islas próximas, y ellos tuvieron una participación activa en el guión y todo el resto de los aspectos de la película.
"Yo llegué a Panamá -explica a NOTICINE.com Bollow- para dar unos talleres de vídeo y quedé fascinada por la organización social del pueblo kuna, cómo ellos han logrado preservar su cultuta durante más de cinco siglos de convivencia con los blancos, en gran medida por su inteligencia, sentido del humor y la autonomía que han logrado mantener sobre cualquier otro gobierno".
La película tiene dos protagonistas principales, "dos personajes extremos en el abanico de lo que es la población kuna", dice Vero: Rosi, una joven que ha nacido y credido en la ciudad, mantiene parte de su cultura pero también comparte muchos elementos de la sociedad panameña actual, incluso sueña con ser algún día modelo, y Machi, un muchacho de su misma edad que siempre ha vivido en las islas y visita la gran ciudad.
Ahora mismo, el colectivo tiene dos proyectos entre manos pendientes de financión. Uno -cuentan Bolow y su coproductor Miguel Sánchez- es crear dos centros de tecnología en las islas, para que los kunas puedan grabar en video y producir sus propios trabajos, y el otro es pasear "Burwa Dii Ebo" (El viento y el agua) por un centenar de pequeños pueblos de América Latina donde como ocurre allá donde se filmó no hay siquiera luz eléctrica para que vean cómo los kunas enfrentan la globalización y frenan la invasión del cemento y la especulación en su pequeño gran mundo caribeño.
Por su parte, Vero Bollow quiere ya en solitario filmar una comedia "que pueda gustar tanto a los anglosajones como a los latinos", una producción independiente sobre la relación entre ambas maneras de ver la vida en Estados Unidos. "Lo que no me gusta del cine independiente es que con demasiada frecuencia está tratando temas en un tono oscuro, dramático, trágico... Y al fin y al cabo la gente va al cine a entetenerse, a divertirse... Pienso que todo se puede contar de una manera más luminosa".
"Nuestra película -añade Miguel Sánchez- creemos que es inspiradora, y aquí en Miami hemos tenido testimonios de espectadores que después de verla nos han dicho que iban a comprarse una mochila y recorrer otros lugares, o que simplemente les habíamos levantado el animo. A veces nos hace falta un pequeño empujón para ver las cosas de otra manera. Los kunas tienen una cultura oral, no escrita, y las imágenes que puede brindarles el vídeo o el cine pueden ayudarles a difundir sus historias y vivencias. Quizás también la imagen tiene para todos en general ese poder de llegar a todas partes y todos los corazones".
Lejos de visiones paternalistas o etnológicas sobre el pueblo indígena kuna, que vive repartido originalmente en 365 islas del Caribe, entre Panamá y Colombia, sin la mayoría de las cosas que en el mundo occidental considerados imprescindibles, "Burwa Dii Ebo" surgió del colectivo Igaryala, en el que están integrados jóvenes de esa etnia, ahora repartida entre Panamá City y las islas próximas, y ellos tuvieron una participación activa en el guión y todo el resto de los aspectos de la película.
"Yo llegué a Panamá -explica a NOTICINE.com Bollow- para dar unos talleres de vídeo y quedé fascinada por la organización social del pueblo kuna, cómo ellos han logrado preservar su cultuta durante más de cinco siglos de convivencia con los blancos, en gran medida por su inteligencia, sentido del humor y la autonomía que han logrado mantener sobre cualquier otro gobierno".
La película tiene dos protagonistas principales, "dos personajes extremos en el abanico de lo que es la población kuna", dice Vero: Rosi, una joven que ha nacido y credido en la ciudad, mantiene parte de su cultura pero también comparte muchos elementos de la sociedad panameña actual, incluso sueña con ser algún día modelo, y Machi, un muchacho de su misma edad que siempre ha vivido en las islas y visita la gran ciudad.
Ahora mismo, el colectivo tiene dos proyectos entre manos pendientes de financión. Uno -cuentan Bolow y su coproductor Miguel Sánchez- es crear dos centros de tecnología en las islas, para que los kunas puedan grabar en video y producir sus propios trabajos, y el otro es pasear "Burwa Dii Ebo" (El viento y el agua) por un centenar de pequeños pueblos de América Latina donde como ocurre allá donde se filmó no hay siquiera luz eléctrica para que vean cómo los kunas enfrentan la globalización y frenan la invasión del cemento y la especulación en su pequeño gran mundo caribeño.
Por su parte, Vero Bollow quiere ya en solitario filmar una comedia "que pueda gustar tanto a los anglosajones como a los latinos", una producción independiente sobre la relación entre ambas maneras de ver la vida en Estados Unidos. "Lo que no me gusta del cine independiente es que con demasiada frecuencia está tratando temas en un tono oscuro, dramático, trágico... Y al fin y al cabo la gente va al cine a entetenerse, a divertirse... Pienso que todo se puede contar de una manera más luminosa".
"Nuestra película -añade Miguel Sánchez- creemos que es inspiradora, y aquí en Miami hemos tenido testimonios de espectadores que después de verla nos han dicho que iban a comprarse una mochila y recorrer otros lugares, o que simplemente les habíamos levantado el animo. A veces nos hace falta un pequeño empujón para ver las cosas de otra manera. Los kunas tienen una cultura oral, no escrita, y las imágenes que puede brindarles el vídeo o el cine pueden ayudarles a difundir sus historias y vivencias. Quizás también la imagen tiene para todos en general ese poder de llegar a todas partes y todos los corazones".