Angelopoulos añora en Huesca la época en la que "existía la esperanza"
- por © E.E. (Huesca)-NOTICINE.com
El griego Theo Angelopoulos recibió el pasado sábado noche el Premio Luis Buñuel en el marco del Festival de Cine de Huesca, un homenaje a uno de los más destacados cineastas europeos de las últimas décadas. Pesimista y nostálgico, el autor de "La mirada de Ulises" dijo añorar las décadas de los 60 y 70, "una época en la que existía la esperanza, en la que pensábamos que podían cambiar las cosas, había referencias y la libertad se sentía en el aire".
Angelopoulos se considera muy honrado por un premio que aceptó de inmediato sólo por su denominación: "He conocido a muchos de los grandes cineastas del siglo XX, que me han brindado su amistad, pero lamentáblemente y a pesar de la admiración que siempre le he profesado, nunca pude conocer a Buñuel".
Cuando NOTICINE.com le planteaba la evolución de un público desde el "boom" del cine de autor hace 40 o 50 años con el momento actual en el que la minoría es más minoritaria que nunca, el maestro griego dejaba volar sus recuerdos: "En los 60 yo llegué a París con unos pocos francos en el bolsillo. Era una época extraordinaria, me daba la sensación de que las calles cantaban, la vida cantaba... El cine venía de todos lados: el "Cinema Novo" brasileiro, la "Nouvelle vague", la "Primavera de Praga"... Todo el mundo estaba activo, los estudiantes, el cine, la política, la vida, las chicas... ¿Cómo se puede comparar aquello con el momento actual?".
"En aquel momento -añade- había esperanza. Pensábamos que las cosas podían cambiar y nosotros estábamos participando en ese cambio. La mejor prueba soy yo mismo: Llegué sin nada y enseguida me dieron de qué comer y dónde dormir... Ahora la sociedad es mucho más cerrada. Los más jóvenes sienten un horizonte cerrado y carecen de un sistema de referencias. Ya no se cree como nos pasaba a nosotros que todo es posible. Esta es la era de las pantallas electrónicas. Todo el contacto de los ciudadanos con lo que pasa es a través de la televisión, y ese medio no es inocente. Tiene una forma de contar las cosas que es justamente contraria a la del cine".
Y el realizador de "El viaje de los comediantes" y "La eternidad y un día" sigue comparando el ayer y el hoy: "Ahora las salas independientes casi han desaparecido y sólo hay multiplexes... La gente va al cine, y a comer, y a comprar... No van a ver "una" película. Para mi el cine es como una misa, vas a una sala, te sientas para ver y dialogar con la película, rodeado de cómplices. En este momento -sobre todo entre la juventud- eso se ha perdido. Cuando voy sólo me encuentro a gente por encima de 45 años...".
Al interrogarle por la posibilidad de que los retratos históricos que ha realizado sobre la Europa del siglo XX pudieran ampliarse en sus futuras obras al XXI, Angelopoulos reitera su identificación: "No, mi siglo es el XX. Desde entonces todas mis convicciones políticas se han desplomado. De aquellas ideas: cambio, revolución... ya no queda nada. ¿Con que esperanzas se puede empezar un nuevo siglo. ¿Qué podría contar a mis nietos? Nada...". Matiza, sin embargo, que en general hacer películas "es siempre positivo".
El Festival de Huesca, que estrena en España su último trabajo, "El polvo del tiempo", ha editado el primer libro escrito en España sobre la obra del autor helénico, "Poemas de la desolación", escrito por Manuel Vidal.
Angelopoulos se considera muy honrado por un premio que aceptó de inmediato sólo por su denominación: "He conocido a muchos de los grandes cineastas del siglo XX, que me han brindado su amistad, pero lamentáblemente y a pesar de la admiración que siempre le he profesado, nunca pude conocer a Buñuel".
Cuando NOTICINE.com le planteaba la evolución de un público desde el "boom" del cine de autor hace 40 o 50 años con el momento actual en el que la minoría es más minoritaria que nunca, el maestro griego dejaba volar sus recuerdos: "En los 60 yo llegué a París con unos pocos francos en el bolsillo. Era una época extraordinaria, me daba la sensación de que las calles cantaban, la vida cantaba... El cine venía de todos lados: el "Cinema Novo" brasileiro, la "Nouvelle vague", la "Primavera de Praga"... Todo el mundo estaba activo, los estudiantes, el cine, la política, la vida, las chicas... ¿Cómo se puede comparar aquello con el momento actual?".
"En aquel momento -añade- había esperanza. Pensábamos que las cosas podían cambiar y nosotros estábamos participando en ese cambio. La mejor prueba soy yo mismo: Llegué sin nada y enseguida me dieron de qué comer y dónde dormir... Ahora la sociedad es mucho más cerrada. Los más jóvenes sienten un horizonte cerrado y carecen de un sistema de referencias. Ya no se cree como nos pasaba a nosotros que todo es posible. Esta es la era de las pantallas electrónicas. Todo el contacto de los ciudadanos con lo que pasa es a través de la televisión, y ese medio no es inocente. Tiene una forma de contar las cosas que es justamente contraria a la del cine".
Y el realizador de "El viaje de los comediantes" y "La eternidad y un día" sigue comparando el ayer y el hoy: "Ahora las salas independientes casi han desaparecido y sólo hay multiplexes... La gente va al cine, y a comer, y a comprar... No van a ver "una" película. Para mi el cine es como una misa, vas a una sala, te sientas para ver y dialogar con la película, rodeado de cómplices. En este momento -sobre todo entre la juventud- eso se ha perdido. Cuando voy sólo me encuentro a gente por encima de 45 años...".
Al interrogarle por la posibilidad de que los retratos históricos que ha realizado sobre la Europa del siglo XX pudieran ampliarse en sus futuras obras al XXI, Angelopoulos reitera su identificación: "No, mi siglo es el XX. Desde entonces todas mis convicciones políticas se han desplomado. De aquellas ideas: cambio, revolución... ya no queda nada. ¿Con que esperanzas se puede empezar un nuevo siglo. ¿Qué podría contar a mis nietos? Nada...". Matiza, sin embargo, que en general hacer películas "es siempre positivo".
El Festival de Huesca, que estrena en España su último trabajo, "El polvo del tiempo", ha editado el primer libro escrito en España sobre la obra del autor helénico, "Poemas de la desolación", escrito por Manuel Vidal.
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