Fatih Akin aporta brillo y humor a la recta final de la Mostra veneciana

por © E.E. (Venecia)-NOTICINE.com
La exitosa pirueta de Akin en la Mostra (Reuters)
La exitosa pirueta de Akin en la Mostra (Reuters)


No podemos olvidar que el año pasado "The wrestler", la cinta ganadora de la Mostra de Venecia, se programó justo al final. Puede ser una estrategia de Marco Müller para cerrar su festival con buen sabor de boca. En este edición, aunque queda una jornada más con tres directores conocidos, uno de ellos no por su cine, sino por sus diseños de moda, Tom Ford, el caramelito bien podría ser la comedia -sí, es una comedia- de Fatih Akin, el germano-turco que hasta ahora había brillado por dramas bien cargados de desgracias. La jornada del jueves se completó con un film italiano algo más original de los vistos hasta ahora, "La doppia ora", de Giuseppe Capotondi, y un olvidable drama familiar egipcio, "Al mosafer", cuyo único atractivo es ver de nuevo al gran Omar Sharif.

Akin está alcanzando la definitiva madurez como autor. Su rueda de prensa ha sido muy reveladora, al sincerarse sobre la dificultad de utilizar acertadamente el humor y acercarse a un público amplio como nunca antes lo había hecho. "Soul kitchen", su nuevo trabajo, recibe el título del popular restaurante cuyo joven dueño enfrenta toda serie de dificultades: Su novia debe trasladarse a China por trabajo, ha contratado a un peculiar cocinero que logra soliviantar con su "nueva cocina" a los clientes veteranos acostumbrados a menús mucho más convencionales, y su hermano delincuente sale de la cárcel pidiéndole que le ayude a enderezar su camino. Cuando la cosa parece que empieza a mejorar porque precisamente el restaurante ahora renovado está consiguiendo atraer a una parroquia más "chic", la nostalgia le hace plantearse viajar a Shanghai en busca de su novia, dejando el negocio en manos de su hermano. Entonces sí que de verdad las cosas se vuelven oscuras: No sólo encuentra a la mujer de su vida en otros brazos, sino que pierde el restaurante al haberlo apostado el fraternal expresidiario, y se lo encuentra en manos de un agente inmobiliario.

Semejante historia, firmada por el cineasta de origen turco, el de antes, el que conocíamos, podría haber dado lugar a un melodrama casi en la línea de "Contra la pared", pero Fatih Akin ha elegido otro camino novedoso: la comedia. Ha contado a la prensa que tras la muerte de su productor decidió animarse a ponerle al mal tiempo buena cara y se atrevió a dar el salto hacia un género diferente, porque le interesa no enclaustrarse en un estilo definido, y por ello hizo lo que define como "el guión más difícil de mi vida". Pero ahí -como le pasa a su protagonista, Zinos (Adam Bousdoukos) no acabaron sus problemas, ya que quiso también utilizar esquemas narrativos "convencionales", algo que se reveló -como ha reconocido- complicado, más complicado "respetar las convenciones" que ir por senderos más originales.

Pero el caso es que "Soul Kitchen", como otras comedias gastronómicas alemanas recientes, es un acierto. Ha divertido y cosechado los mayores aplausos del festival. Esperemos que el jurado también se lo haya pasado bien y no se empeñe en penalizar a Akin por haberse reinventado con el humor.

La italiana "La doppia ora", una opera prima que -ni se lo van a imaginar- tiene otra vez (y van tres) detrás a la poderosa compañía Medusa, de Berlusconi, se ha revelado como quizás la más interesante y trabajada de las tres representantes azurras en la competición de la Mostra. No es que sea una obra totalmente redonda, y hasta puede exasperar a algunos por la capacidad de Capotondi de jugar con el espectador, ya que sus personajes aparentan lo que luego se ve que no son, y la acción tiende al equívoco, pero al menos representa un espíritu de cierta renovación inédito en la producción italiana aquí mostrada.

"Al mosafer", film egipcio de Ahmed Maher de más de dos horas de duración, narra la vida de un personaje en tres épocas de su vida, la última (aunque su voz se escucha como narrador) con la apariencia física del admirado Omar Sharif, que no aparece hasta casi la primera hora y media. Se trata de un hombre en tres días cruciales de su vida, que el antes documentalista Maher narra con voluntad fabuladora (los decorados son de representación de fin de curso), y que sólo al final es capaz de reconciliarse con su familia y con la vida. Ni siquiera Sharif justifica tanto metraje...

Este viernes se cerrará la carrera por los leones, a la que se ha sumado el segundo cineasta "sorpresa" de la chistera de Müller, el filipino Brillante Mendoza, con "Lola".