Nada espectacular pero bienintencionado debut para la Berlinale del 60 aniversario
- por © E.E. (Berlín)-NOTICINE.com
Dieter Kosslick, el director del Festival Internacional de Cine de Berlín, ha elegido no sin riesgo sendos títulos orientales (es decir sin estrellas internacionales reconocidas) para abrir y cerrar su certamen, que este año cumple 60 de vida. Quizás prefiera la moraleja y las buenas intenciones a la brillantez... Porque justamente la primera cinta, "Tuan Yuan" (Aparte juntos), de Wang Quan’an, pasado ganador del Oso de Oro (por "La boda de Tuya"), es un canto a la reunificación, con un peculiar trío, que se pasa buena parte del metraje comiendo opiparamente y en familia, para celebrar un reencuentro entre un taiwanés y la antigua novia que dejó en la China continental cuando Mao Zedong ganó la guerra civil a los nacionalistas.
En medio de un ambiente gélido, en lo meteorológico, fuera del Berlinale Palast, Wang Quan'an no ha logrado apasionar a la prensa internacional con este film intimista, el primero en competir con un Oso que ya consiguiera hace tres años. Si aquella "Boda de tuya" se centraba en la dura vida de una pareja formada por un anciano y una joven desamparada en una tierra yerma, aquí los sentimientos más insinuados que pasionales, se entremezclan con esa moraleja de reconciliación.
Basada en hechos reales o sin duda posibles, el cineasta chino nos presenta a un anciano, antiguo soldado nacionalista que tuvo que huir de Shanghai ante las victorias comunistas para exiliarse en la antigua Formosa, donde ha vivido desde 1949, sin olvidar jamás a su amor de juventud, que tuvo que quedarse. Ahora, con la apertura de fronteras, algunos taiwaneses tienen la posibilidad de viajar al continente para reencontrarse a su familia, y nuestro protagonista, interpretado por Ling Feng, ya anciano, visita de nuevo una absolutamente irreconocible ciudad para reencontrase con ella (Lisa Lu)... y con su marido de toda la vida.
Y es que el problema radica en que a pesar de que ni uno ni otra han olvidado el profundo amor juvenil que sintieron medio siglo antes, la buena señora ya ha formado una familia, y tiene un venerable esposo, por el que siente una gran gratitud. Siente, naturalmente también, la tentación de quedarse con el viejo ex soldado, pero sus hijos y marido no se lo toman muy bien.
El mensaje está muy claro, y Wang Quan'an lo proclamó también en una desangelada rueda de prensa: "La reunificación de las familias y de las dos Chinas es un ideal en el que todos nosotros creemos y deseamos que algún día sea una realidad". Paralelamente, su película muestra el cruel paso del tiempo no solo en los cuerpos de sus personajes, sino en la ciudad que les vio despedirse, una Shanghai donde la voracidad inmbiliaria ha destruido casi cualquier vestigio del pasado, para construir enormes moles de cemento y cristal.
La Berlinale, que se prolongará hasta el 20 de este mismo febrero, como saben sólo tiene un film latino en concurso, el argentino "Rompecabezas", opera prima de Natalia Smirnoff, programada para la recta final. Antes, este mismo viernes, se proyecta quizás el título más esperado del festival por lo que no veremos (o mejor a quién no veremos) en el escenario ni en rueda de prensa: Roman Polanski. Entra en competencia su "The ghost writer", un "thriller" policíaco-político del prófugo de la justicia norteamericana, a quien por supuesto no han dado permiso para estar aqui, y sigue en detención domiciliaria en su chalet suizo.
En medio de un ambiente gélido, en lo meteorológico, fuera del Berlinale Palast, Wang Quan'an no ha logrado apasionar a la prensa internacional con este film intimista, el primero en competir con un Oso que ya consiguiera hace tres años. Si aquella "Boda de tuya" se centraba en la dura vida de una pareja formada por un anciano y una joven desamparada en una tierra yerma, aquí los sentimientos más insinuados que pasionales, se entremezclan con esa moraleja de reconciliación.
Basada en hechos reales o sin duda posibles, el cineasta chino nos presenta a un anciano, antiguo soldado nacionalista que tuvo que huir de Shanghai ante las victorias comunistas para exiliarse en la antigua Formosa, donde ha vivido desde 1949, sin olvidar jamás a su amor de juventud, que tuvo que quedarse. Ahora, con la apertura de fronteras, algunos taiwaneses tienen la posibilidad de viajar al continente para reencontrarse a su familia, y nuestro protagonista, interpretado por Ling Feng, ya anciano, visita de nuevo una absolutamente irreconocible ciudad para reencontrase con ella (Lisa Lu)... y con su marido de toda la vida.
Y es que el problema radica en que a pesar de que ni uno ni otra han olvidado el profundo amor juvenil que sintieron medio siglo antes, la buena señora ya ha formado una familia, y tiene un venerable esposo, por el que siente una gran gratitud. Siente, naturalmente también, la tentación de quedarse con el viejo ex soldado, pero sus hijos y marido no se lo toman muy bien.
El mensaje está muy claro, y Wang Quan'an lo proclamó también en una desangelada rueda de prensa: "La reunificación de las familias y de las dos Chinas es un ideal en el que todos nosotros creemos y deseamos que algún día sea una realidad". Paralelamente, su película muestra el cruel paso del tiempo no solo en los cuerpos de sus personajes, sino en la ciudad que les vio despedirse, una Shanghai donde la voracidad inmbiliaria ha destruido casi cualquier vestigio del pasado, para construir enormes moles de cemento y cristal.
La Berlinale, que se prolongará hasta el 20 de este mismo febrero, como saben sólo tiene un film latino en concurso, el argentino "Rompecabezas", opera prima de Natalia Smirnoff, programada para la recta final. Antes, este mismo viernes, se proyecta quizás el título más esperado del festival por lo que no veremos (o mejor a quién no veremos) en el escenario ni en rueda de prensa: Roman Polanski. Entra en competencia su "The ghost writer", un "thriller" policíaco-político del prófugo de la justicia norteamericana, a quien por supuesto no han dado permiso para estar aqui, y sigue en detención domiciliaria en su chalet suizo.