"Homenaje" -en la distancia- a Polanski con el estreno berlinés de "The ghost writer"
- por © E.E. (Berlín)-NOTICINE.com
Una buena acogida por parte de la crítica y un sincero homenaje por parte de los que trabajaron en la cinta, encabezados por Pierce Brosnan y Ewan McGregor, refrendaron el estreno mundial, en la 60 Berlinale, de "The ghost writer", la nueva cinta de Roman Polanski, en arresto domiciliario en Suiza a la espera de resolverse su petición de extradición por parte de Estados Unidos, donde hace más de 30 años violó presuntamente a una adolescente. La jornada competitiva se completó con la cinta independiente norteamericana "Howl", ya vista en Sundance.
El protagonista del día estaba logicamente muy lejos cuando se presentó este viernes "The ghost writer", aunque se hizo presente en las constantes referencias del equipo de la película y en las preguntas de los periodistas. Esta adaptación de una novela de Robert Harris sobre un ex primer ministro británico que -disimulado bajo otro nombre- es un facilmente reconocible Tony Blair (interpretado con convicción por Brosnan) y el joven escritor (McGregor) contratado para ejercer como "negro" (el verdadero autor en la sombra) de sus memorias, brindó brillantes momentos de suspense y crítica política, con la CIA como "mala" de la película.
El director del festival, Dieter Kosslick, reconoció que su primera intención era inaugurar el festival con esta película, pero como consecuencia del escándalo internacional provocado por la detención en Suiza de Polanski, reclamado por el delito que cometió en Los Angeles, optó por no hacerlo, "porque hubiera podido ser interpretado como una toma de posición del festova sobre un tema en el que preferimos no mezclarnos", explicó Kosslick.
Quienes si mostraron abiertamente su apoyo al cineasta fueron los actores que protagonizan el film. "Es un realizador intenso que ha tenido una vida intensa y yo me siento muy orgulloso de haver trabajado con él", dijo Brosnan, quien añadió que le había impactado y entristecido su detención, "y me pregunté que por qué ahora, después de tanto tiempo, y como esposo y padre pensé en su mujer y sus hijos".
Por su parte, el escocés Ewan McGregor, dijo que nunca había sentido un desafío mayor como actor que interpretar este papel con Polanski, al que dijo querer: "Es un maestro, porque es capaz de extraer de todos nosotros el máximo rendimiento artístico", y añadió que durante el rodaje el cineasta franco-polaco se comportó en algunos momentos "como una madre" pero en otros "atacó mi ego como intérprete".
Coproducido por Francia, Alemania y Gran Bretaña, "The ghost writer" es un "thriller" político que tiene todos los ingredientes para seducir al espectador, aparte de múltiples lecturas sobre la ambición política, el acoso de los medios, la manipulación de las personas... En él, participan además de los citados Olivia Williams, en el papel de esposa del ex primer ministro; Kim Cattrall como su secretaria, y Tom Wilkinson como un viejo amigo y compañero de fatigas políticas.
También en competencia por el Oso de Oro, la norteamericana "Howl" es mucho más experimental y sufre de una notable falta de coherencia interna. Se estrenó en la competencia norteamericana de Sundance el pasado enero, con una acogida tan fría como la que ha recibido aquí en Berlín. El film, dirigido por Rob Epstein y Jeffrey Friedman sigue el proceso por "obscenidad" contra el joven poeta Allen Ginsberg (James Franco) y su editor en la reaccionaria América de los años 50. Sin embargo, todo lo que rodeó el caso contra esa llamada generación "beat" es tratado con absoluta dispersión que roza lo pretencioso (animación, blanco y negro y color, largos diálogos...), y naufraga la cinta por la falta de continuidad y coherencia en el guión.
El protagonista del día estaba logicamente muy lejos cuando se presentó este viernes "The ghost writer", aunque se hizo presente en las constantes referencias del equipo de la película y en las preguntas de los periodistas. Esta adaptación de una novela de Robert Harris sobre un ex primer ministro británico que -disimulado bajo otro nombre- es un facilmente reconocible Tony Blair (interpretado con convicción por Brosnan) y el joven escritor (McGregor) contratado para ejercer como "negro" (el verdadero autor en la sombra) de sus memorias, brindó brillantes momentos de suspense y crítica política, con la CIA como "mala" de la película.
El director del festival, Dieter Kosslick, reconoció que su primera intención era inaugurar el festival con esta película, pero como consecuencia del escándalo internacional provocado por la detención en Suiza de Polanski, reclamado por el delito que cometió en Los Angeles, optó por no hacerlo, "porque hubiera podido ser interpretado como una toma de posición del festova sobre un tema en el que preferimos no mezclarnos", explicó Kosslick.
Quienes si mostraron abiertamente su apoyo al cineasta fueron los actores que protagonizan el film. "Es un realizador intenso que ha tenido una vida intensa y yo me siento muy orgulloso de haver trabajado con él", dijo Brosnan, quien añadió que le había impactado y entristecido su detención, "y me pregunté que por qué ahora, después de tanto tiempo, y como esposo y padre pensé en su mujer y sus hijos".
Por su parte, el escocés Ewan McGregor, dijo que nunca había sentido un desafío mayor como actor que interpretar este papel con Polanski, al que dijo querer: "Es un maestro, porque es capaz de extraer de todos nosotros el máximo rendimiento artístico", y añadió que durante el rodaje el cineasta franco-polaco se comportó en algunos momentos "como una madre" pero en otros "atacó mi ego como intérprete".
Coproducido por Francia, Alemania y Gran Bretaña, "The ghost writer" es un "thriller" político que tiene todos los ingredientes para seducir al espectador, aparte de múltiples lecturas sobre la ambición política, el acoso de los medios, la manipulación de las personas... En él, participan además de los citados Olivia Williams, en el papel de esposa del ex primer ministro; Kim Cattrall como su secretaria, y Tom Wilkinson como un viejo amigo y compañero de fatigas políticas.
También en competencia por el Oso de Oro, la norteamericana "Howl" es mucho más experimental y sufre de una notable falta de coherencia interna. Se estrenó en la competencia norteamericana de Sundance el pasado enero, con una acogida tan fría como la que ha recibido aquí en Berlín. El film, dirigido por Rob Epstein y Jeffrey Friedman sigue el proceso por "obscenidad" contra el joven poeta Allen Ginsberg (James Franco) y su editor en la reaccionaria América de los años 50. Sin embargo, todo lo que rodeó el caso contra esa llamada generación "beat" es tratado con absoluta dispersión que roza lo pretencioso (animación, blanco y negro y color, largos diálogos...), y naufraga la cinta por la falta de continuidad y coherencia en el guión.