La Seminci de Valladolid modifica su logotipo y cancela su "sucursal" televisiva
- por © Redacción-NOTICINE.com
Los festivales españoles de cine sufren la crisis económica. Los ayuntamientos y otras instituciones públicas que los financian, tienen sus arcas vacías, y desde el pasado año, la penuria los está afectando de lleno. Algunos, como Málaga y San Sebastián, han tenido que recortar presupuestos y días de celebración, otros (varios de los pequeños) directamente han desaparecido o han cancelado al menos una edición. Valladolid es uno de los más importantes de España, y aunque ya el año pasado tuvo que apretarse el cinturón, ahora anuncia la cancelación de su apartado televisivo, nacido en 2009 y celebrado cuatro meses antes que el certamen fílmico.
Según ha aclarado el director de la Seminci, Javier Angulo, por problemas presupuestarios, este año no va a ser posible celebrar la segunda edición de Seminci TV (Festival de Cine y Ficción para Televisión). No obstante tiene plena confianza en que sea posible celebrar una nueva edición del certamen el próximo año, y ha añadido que "todas nuestras energías, ilusión y presupuesto van a centrarse en la organización de esta 55 edición del festival".
Anunciaba Angulo la medida en la presentación del nuevo logotipo de la Seminci, que sin abandonar la carnosa boca marilyniana, aporta algunos cambios, sobre todo en las letras, mientras abandona el fotograba en el que antes se ubicaban esos labios rojos.
El anterior sello de identidad del certamen español databa del año 1984 y fue creado por el pintor leonés Manuel Sierra, a partir del cartel que realizó para la 29 edición del festival: la huella de unos labios enmarcados dentro de un fotograma. El cartel fue tan bien acogido que se optó por convertirlo en el logotipo del certamen, siendo su imagen más reconocible a lo largo de 26 años.
Esta nueva propuesta combina elementos de continuidad y de actualización con respecto a la antigua imagen. Así, los labios, que siempre han acompañado el logotipo del festival, se mantienen pero adquieren un mayor protagonismo junto al acrónimo SEMINCI, que aparece en este nuevo logotipo con unos caracteres mucho más densos y dinámicos. Unido a estos dos elementos destaca con singular importancia el nombre de la ciudad de Valladolid con el propósito de vincular, si cabe más aún, el festival con la ciudad a la que está íntimamente ligado.
El estudio encargado de renovar la imagen del festival ha sido Daza Diseño y Comunicación (dDC), una empresa vallisoletana con más de doce años de experiencia.
Según ha aclarado el director de la Seminci, Javier Angulo, por problemas presupuestarios, este año no va a ser posible celebrar la segunda edición de Seminci TV (Festival de Cine y Ficción para Televisión). No obstante tiene plena confianza en que sea posible celebrar una nueva edición del certamen el próximo año, y ha añadido que "todas nuestras energías, ilusión y presupuesto van a centrarse en la organización de esta 55 edición del festival".
Anunciaba Angulo la medida en la presentación del nuevo logotipo de la Seminci, que sin abandonar la carnosa boca marilyniana, aporta algunos cambios, sobre todo en las letras, mientras abandona el fotograba en el que antes se ubicaban esos labios rojos.
El anterior sello de identidad del certamen español databa del año 1984 y fue creado por el pintor leonés Manuel Sierra, a partir del cartel que realizó para la 29 edición del festival: la huella de unos labios enmarcados dentro de un fotograma. El cartel fue tan bien acogido que se optó por convertirlo en el logotipo del certamen, siendo su imagen más reconocible a lo largo de 26 años.
Esta nueva propuesta combina elementos de continuidad y de actualización con respecto a la antigua imagen. Así, los labios, que siempre han acompañado el logotipo del festival, se mantienen pero adquieren un mayor protagonismo junto al acrónimo SEMINCI, que aparece en este nuevo logotipo con unos caracteres mucho más densos y dinámicos. Unido a estos dos elementos destaca con singular importancia el nombre de la ciudad de Valladolid con el propósito de vincular, si cabe más aún, el festival con la ciudad a la que está íntimamente ligado.
El estudio encargado de renovar la imagen del festival ha sido Daza Diseño y Comunicación (dDC), una empresa vallisoletana con más de doce años de experiencia.