UNASUR Cine 2013: "De Martes a Martes", una semana que cambia una vida

por © José Romero Carrillo (San Juan)-NOTICINE.com
Pablo Pinto, en 'De martes a martes'
Como suele suceder en los grandes festivales, uno no puede ver todos los títulos que quisiera, porque se extravía entre la impresionante oferta de películas o, lo que es más frecuente, priorizar cuales serán las películas que verá cada día y así reiteradamente las vamos postergando. Eso precisamente fue lo que pasó con la opera prima del argentino Gustavo Triviño en la pasada edición del Festival de Cine de Mar del Plata. Afortunadamente quedan esos otros festivales que no buscan ofrecerlo todo sino que más bien tienen otro perfil, uno más especializado y como este del UNASUR Cine de San Juan que está más orientado a exhibir la variedad de tendencias, de miradas sobre como reflejar de identidad latinoamericana en la pantalla grande.

Y también suele suceder uno vuelve a reencontrarse con aquellas películas en otro certamen o encuentro, así fue como pude ver anoche "De martes a martes", una de las competidoras de la sección Cine del Sur – Ficción, apartado destinado exclusivamente a films argentinos.

Juan Benítez es un hombre que trabaja en una empresa textil, tiene un hijo y sueña con algún día tener un negocio propio. Una noche presencia la violación a una mujer kiosquera que conocía, pero él, lejos de querer ayudarla, se queda quieto y planea una extorsión hacia el adinerado agresor. Esta podría ser una sucinta manera de contar de que va "De martes a martes", pero lo que resalta de esta película radica en dos aspectos fundamentales la concepción y evolución del personaje central y la estructura de cómo el director nos la presenta. El título de seguro no nos adelanta nada y no es gratuita su elección, ya que Triviño nos cuenta todos los hechos en un estricto orden cronológico, agrupando todas sus secuencias en los siete días de la semana, así empezamos con el martes y cuando reencontremos con el siguiente martes nos percataremos como pueden cambiar toda nuestra vida en solo ocho días.

El actor Pablo Pinto carga sobre sus hombros todo el peso del relato, y sale airoso en su composición de un sujeto de personalidad reserva que a pesar de su musculatura -pues es aficionado al gimnasio- es maltratado por su jefe y compañeros de trabajo. Juan Benítez tiene aspiraciones, es lo que se podríamos denominar una buena persona, un dedicado hombre de familia que no hace uso de su fuerza bruta para obtener más ingresos sino que es muy cerebral, y como afirma en una escena, le pagan como seguridad de una discoteca no para golpear sino para contenerse en todo momento de hacerlo.

Este raciocinio, lo lleva a reaccionar en extremo al ser testigo de una violación. El no hacer (defender a la víctima) definitivamente le canjea el desagrado de los espectadores más tradicionales y es precisamente esta fidelidad a la cuestionable moral de su protagonista, el mayor valor de esta película. Uno puede estar o no de acuerdo con el accionar del protagonista pero lo que nunca se debe hacer es juzgarlo, y eso es algo que el director Gustavo Triviño tampoco lo hace, sencillamente se limite a mostrarnos paso a paso toda su estrategia. "De martes a martes" postula la fórmula universal de un bueno hombre que sortea todos los obstáculos y finalmente alcanza realizar su sueño; pero la trastoca pues si bien Juan Benítez logra lo que siempre deseó, lo hizo por un camino equivocado y de paso pervirtió toda su vida solamente por no hacer, por no querer mover uno solo de sus músculos.