Documental de Solanas, lo más destacado del arranque de Mar del Plata
- por © Frank Padrón (enviado especial)-NOTICINE.com
15-III-04
"Un cine que vale la pena mirar anticipa un país en el que valdrá la pena vivir", dijo el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, al asistir el sábado en la noche a la exhibición (fuera de concurso) del documental de Fernando "Pino" Solanas "Memorias del saqueo". Por primera vez en la historia de los festivales que tienen lugar aquí, un presidente visita la famosa ciudad-balneario. Desde varias horas antes, los alrededores del Teatro Auditórium se encontraban repletos de marplatenses y visitantes, quienes dieron vivas y muestras de simpatía al mandatario una vez hizo su aparición, acompañado de su esposa y de parte de su gabinete.
Con pormenorizada reconstrucción de los hechos, desde 1976 hasta 2001, el destacado cineasta porteño, autor de importantes títulos del cine latinoamericano como "La hora de los hornos", "Tangos, el exilio de Gardel" y "Sur", emprende la historia del saqueo que, por parte de mandatarios, funcionarios y lo que llama la "mafiocracia", llevaron a la Argentina a la situación actual de crisis y endeudamiento. Pino es visceral, su cámara no omite detalles ni referencias, pero los datos (abundantes) son menos elocuentes que la contundencia de sus imágenes.
Mediante dos líneas narrativas coexistentes (el cineasta como testigo y como parte de la historia), con amarre de los recursos expresivos, asistimos a los últimos veinticinco años en el transcurrir de uno de los países más ricos del mundo que devino precisamente en su contrario, causas (y no azares) desvela Solanas en su vigoroso testimonio, a veces debilitado por ciertas reiteraciones informativas, pero de cualquier manera, un documento ya imprescindible para el cine y las luchas políticas en la región, de las cuales, como se sabe, este cineasta ha sido de por vida un verdadero militante.
Respecto de la competencia oficial, por ahora no se vislumbra el perseguido Astor de Oro en la Competencia oficial de Mar del Plata. Ninguna de las películas ya proyectadas entra en tales pronósticos.
"Touching the void", del británico Kevin Mac Donald, sobre escaladores de montaña en el Perú, logra momentos emotivos, sin duda, pero el trayecto no pasa de una simple crónica de exploradores. La húngara "Dealer" (Benedet Fliegauf), acarreó expectativas al centrarse en una ciudad "imaginaria" donde los seres se encuentran tiranizados por las drogas: pese a una sobresaliente ambientación, se trata de casi tres horas desperdiciadas en las redundancias narrativas, el tempo infelizmente dilatado y la proyección monocorde del discurso.
La mujer y el cine (sección este año competitiva) presentó "Lost sailors", de la francesa Claire Devers, una interesante relación de tres marinos en tierra, en torno a un barco que ha sido vendido. El estudio en las psicologías resulta intenso, aunque la directora se extravía en no pocos circunloquios.
Punto de vista tiene de todo, como en botica: el "boom" de los cómics llevados a la pantalla permitió asistir, seguidos, a dos sucesos: "American splendor", de los norteamericanos Berman y Pulcini (Premio FIPRESCI en Cannes) y "La gran aventura de Mortadelo y Filemón", del español Javier Fesser. Ambos, desde poéticas diferentes, son muy disfrutables. El primero en una creadora fusión de la historieta con la historia, cerrándose ésta en círculos desde una suerte de pseudo-documental excelentemente actuado, el segundo, con un humor deliberademente grueso e hiperbólico (al estilo "Astérix y Obélix), con un despliegue de recursos que nada tiene que envidiar a Hollywood.
En el otro extremo, "Dos cuentos de hermanas", de Kim Jee Won (Corea del Sur) entra en la moda esotérica de los vivos-muertos, mediante dos adolescentes, una perversa madrastra (no faltaba más) y un padre indolente, en un trayecto donde las mujeres se lo pasan sangrando, llorando y gritando todo el tiempo, en un despliegue de sangre, sudor y lágrimas verdaderamente insufrible.
"Un cine que vale la pena mirar anticipa un país en el que valdrá la pena vivir", dijo el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, al asistir el sábado en la noche a la exhibición (fuera de concurso) del documental de Fernando "Pino" Solanas "Memorias del saqueo". Por primera vez en la historia de los festivales que tienen lugar aquí, un presidente visita la famosa ciudad-balneario. Desde varias horas antes, los alrededores del Teatro Auditórium se encontraban repletos de marplatenses y visitantes, quienes dieron vivas y muestras de simpatía al mandatario una vez hizo su aparición, acompañado de su esposa y de parte de su gabinete.
Con pormenorizada reconstrucción de los hechos, desde 1976 hasta 2001, el destacado cineasta porteño, autor de importantes títulos del cine latinoamericano como "La hora de los hornos", "Tangos, el exilio de Gardel" y "Sur", emprende la historia del saqueo que, por parte de mandatarios, funcionarios y lo que llama la "mafiocracia", llevaron a la Argentina a la situación actual de crisis y endeudamiento. Pino es visceral, su cámara no omite detalles ni referencias, pero los datos (abundantes) son menos elocuentes que la contundencia de sus imágenes.
Mediante dos líneas narrativas coexistentes (el cineasta como testigo y como parte de la historia), con amarre de los recursos expresivos, asistimos a los últimos veinticinco años en el transcurrir de uno de los países más ricos del mundo que devino precisamente en su contrario, causas (y no azares) desvela Solanas en su vigoroso testimonio, a veces debilitado por ciertas reiteraciones informativas, pero de cualquier manera, un documento ya imprescindible para el cine y las luchas políticas en la región, de las cuales, como se sabe, este cineasta ha sido de por vida un verdadero militante.
Respecto de la competencia oficial, por ahora no se vislumbra el perseguido Astor de Oro en la Competencia oficial de Mar del Plata. Ninguna de las películas ya proyectadas entra en tales pronósticos.
"Touching the void", del británico Kevin Mac Donald, sobre escaladores de montaña en el Perú, logra momentos emotivos, sin duda, pero el trayecto no pasa de una simple crónica de exploradores. La húngara "Dealer" (Benedet Fliegauf), acarreó expectativas al centrarse en una ciudad "imaginaria" donde los seres se encuentran tiranizados por las drogas: pese a una sobresaliente ambientación, se trata de casi tres horas desperdiciadas en las redundancias narrativas, el tempo infelizmente dilatado y la proyección monocorde del discurso.
La mujer y el cine (sección este año competitiva) presentó "Lost sailors", de la francesa Claire Devers, una interesante relación de tres marinos en tierra, en torno a un barco que ha sido vendido. El estudio en las psicologías resulta intenso, aunque la directora se extravía en no pocos circunloquios.
Punto de vista tiene de todo, como en botica: el "boom" de los cómics llevados a la pantalla permitió asistir, seguidos, a dos sucesos: "American splendor", de los norteamericanos Berman y Pulcini (Premio FIPRESCI en Cannes) y "La gran aventura de Mortadelo y Filemón", del español Javier Fesser. Ambos, desde poéticas diferentes, son muy disfrutables. El primero en una creadora fusión de la historieta con la historia, cerrándose ésta en círculos desde una suerte de pseudo-documental excelentemente actuado, el segundo, con un humor deliberademente grueso e hiperbólico (al estilo "Astérix y Obélix), con un despliegue de recursos que nada tiene que envidiar a Hollywood.
En el otro extremo, "Dos cuentos de hermanas", de Kim Jee Won (Corea del Sur) entra en la moda esotérica de los vivos-muertos, mediante dos adolescentes, una perversa madrastra (no faltaba más) y un padre indolente, en un trayecto donde las mujeres se lo pasan sangrando, llorando y gritando todo el tiempo, en un despliegue de sangre, sudor y lágrimas verdaderamente insufrible.