Recta final en Lleida con éxitos argentinos
- por © Manu Yáñez (enviado especial)-NOTICINE.com
20-III-04
Dos films argentinos atrajeron este viernes el interés de crítica y público en el marco de la recta final de la española Mostra de Cine Latinoamericano de Lleida, ambos con una interesante carrera por otros festivales importantes: "El abrazo partido", de Daniel Burman, con dos Osos de Plata del último festival de Berlín, y "El fondo del mar", premios del público y FIPRESCI de la edición 2003 del festival de Mar del Plata. También pudimos ver la olvidable producción cubana "Perfecto amor equivocado", que contó con la presentación de Sancho Gracia, presente en Lleida.
Después de que durante los últimos años varias películas argentinas consiguiesen una importante repercusión crítica tras su paso por algunos de los festivales más importantes del mundo, "El abrazo partido" ha sido la primera en llevarse un premio gordo. Esta historia de un joven habitante de Buenos Aires marcado por la figura de un padre ausente ha convencido al público leridano, que la ha recompensado con una fuerte ovación. La película reconstruye el día a día de una galería comercial en la que se entrecruzan diferentes culturas y familias. Una de esas familias es la de Ariel, que desea solicitar la nacionalidad polaca para poder viajar a Europa y escapar de la crisis económica que sufre el país. Daniel Burman, el director, consigue transmitir eficazmente el caos y desconcierto que rodea a Ariel. Cámara en hombro y mediante un montaje entrecortado, Burman reflexiona sobre la influencia de la religión y la cultura en la construcción de la identidad de Ariel (su familia es judía y su padre los dejó para irse a luchar a Israel). La película gana enteros cuando centra su mirada en el conflicto paterno-filial, y se pierde cuando pretende mostrarnos la mediocridad del entorno social a través de una mirada bienintencionada, dulzona, cómplice.
"El fondo del mar", de Damián Szifron, comparte protagonista con el anterior film comentado, Daniel Hendler, excelente en ambas. Sorprende esta película por lo inclasificable de su apuesta. A primera vista podría parecernos una más de las películas independientes argentinas que escogen la comedia costumbrista como plataforma para su desarrollo. Sin embargo hay algo de alucinatorio y macabro que hace de esta película casi una rareza. Siempre jugando a un delicado equilibrio entre la comedia negra y la intriga y suspense (potenciados por su curiosa banda sonora) El fondo del mar narra la historia de Toledo, un joven de 25 años que cae en una espiral de celos, irracionalidad y violencia al descubrir que su novia le es infiel. Szifron plantea su película como una sucesión de hechos dramáticos filtrados por su mirada alegre y desenfadada. En ocasiones, la película recuerda a Jo, qué noche de Scorsese, ya que gran parte de la historia sucede durante una tarde y una noche durante las cuales el protagonista sufre o indecible en su búsqueda de respuestas a aquello que no puede entender. Por otra parte, resulta curioso cómo se utiliza ese fondo del mar (el submarinismo) como contrapunto absurdo, casi surreal, de la historia central, lo que intensifica la sensación de que todo lo que se presencia parece una alucinación.
Dos films argentinos atrajeron este viernes el interés de crítica y público en el marco de la recta final de la española Mostra de Cine Latinoamericano de Lleida, ambos con una interesante carrera por otros festivales importantes: "El abrazo partido", de Daniel Burman, con dos Osos de Plata del último festival de Berlín, y "El fondo del mar", premios del público y FIPRESCI de la edición 2003 del festival de Mar del Plata. También pudimos ver la olvidable producción cubana "Perfecto amor equivocado", que contó con la presentación de Sancho Gracia, presente en Lleida.
Después de que durante los últimos años varias películas argentinas consiguiesen una importante repercusión crítica tras su paso por algunos de los festivales más importantes del mundo, "El abrazo partido" ha sido la primera en llevarse un premio gordo. Esta historia de un joven habitante de Buenos Aires marcado por la figura de un padre ausente ha convencido al público leridano, que la ha recompensado con una fuerte ovación. La película reconstruye el día a día de una galería comercial en la que se entrecruzan diferentes culturas y familias. Una de esas familias es la de Ariel, que desea solicitar la nacionalidad polaca para poder viajar a Europa y escapar de la crisis económica que sufre el país. Daniel Burman, el director, consigue transmitir eficazmente el caos y desconcierto que rodea a Ariel. Cámara en hombro y mediante un montaje entrecortado, Burman reflexiona sobre la influencia de la religión y la cultura en la construcción de la identidad de Ariel (su familia es judía y su padre los dejó para irse a luchar a Israel). La película gana enteros cuando centra su mirada en el conflicto paterno-filial, y se pierde cuando pretende mostrarnos la mediocridad del entorno social a través de una mirada bienintencionada, dulzona, cómplice.
"El fondo del mar", de Damián Szifron, comparte protagonista con el anterior film comentado, Daniel Hendler, excelente en ambas. Sorprende esta película por lo inclasificable de su apuesta. A primera vista podría parecernos una más de las películas independientes argentinas que escogen la comedia costumbrista como plataforma para su desarrollo. Sin embargo hay algo de alucinatorio y macabro que hace de esta película casi una rareza. Siempre jugando a un delicado equilibrio entre la comedia negra y la intriga y suspense (potenciados por su curiosa banda sonora) El fondo del mar narra la historia de Toledo, un joven de 25 años que cae en una espiral de celos, irracionalidad y violencia al descubrir que su novia le es infiel. Szifron plantea su película como una sucesión de hechos dramáticos filtrados por su mirada alegre y desenfadada. En ocasiones, la película recuerda a Jo, qué noche de Scorsese, ya que gran parte de la historia sucede durante una tarde y una noche durante las cuales el protagonista sufre o indecible en su búsqueda de respuestas a aquello que no puede entender. Por otra parte, resulta curioso cómo se utiliza ese fondo del mar (el submarinismo) como contrapunto absurdo, casi surreal, de la historia central, lo que intensifica la sensación de que todo lo que se presencia parece una alucinación.