Crítica: "5 AM", temprano y sin miedo
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Por Edurne Sarriegui
“5 AM", escrita y dirigida por el argentino Ezio Massa, se estrena en su país tras haber participado en la edición 2016 de BARS (Buenos Aires Rojo Sangre), el Festival de cine de terror, fantástico y bizarro. Su autor ya había transitado el género con “2/11 Día de los muertos" (2012) y ahora vuelve a contar una historia donde lo sobrenatural gana el protagonismo.
Mercedes (Cristina Alberó) vive en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires., bajo el cuidado de una empleada de confianza. Es una mujer trastornada, con la mirada fija en la puerta del altillo de su casa, a la espera de que algo ocurra.
Mientras tanto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a 60 km de distancia, Adrián (Adrián Spinelli) convoca a cuatro amigos que en algún momento tuvieron alguna experiencia relacionada con espíritus de ultratumba. Su intención es proponerles un juego en el que deben participar cinco personas cinco minutos antes de la medianoche para conjurar una presencia fantasmal en la sede de su productora cinematográfica.
El objetivo de la historia es relacionar estos dos escenarios, develar el misterio que se presume en la casa de Mercedes y resolver el problema en la oficina de Adrián.
Si bien la cinta acierta con el planteo de una situación misteriosa que despierta la atención del espectador, durante su desarrollo pierde atractivo tornándose enrevesada. Los personajes poco definidos parecen cumplir la única misión de completar los participantes requeridos para llevar a cabo el juego, rellenando con sus relatos buena parte del metraje.
Es remarcable el esfuerzo que significa llevar a la pantalla una película independiente tanto por su temática como por su producción, pero “5 AM" resulta poco atractiva y no llega a generar el miedo esperable de una cinta de su género. Si bien la fotografía hace un esfuerzo para mostrar un ambiente opresivo en el que lo sobrenatural acecha, el film se limita a provocar un par de sustos con el recurso facilón de la aparición repentina de algunas imágenes en la pantalla. Aunque cumple con la premisa de plantear un misterio y resolverlo, durante su desarrollo se vuelve intrincado y poco claro llevando al espectador al borde del hastío.
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“5 AM", escrita y dirigida por el argentino Ezio Massa, se estrena en su país tras haber participado en la edición 2016 de BARS (Buenos Aires Rojo Sangre), el Festival de cine de terror, fantástico y bizarro. Su autor ya había transitado el género con “2/11 Día de los muertos" (2012) y ahora vuelve a contar una historia donde lo sobrenatural gana el protagonismo.
Mercedes (Cristina Alberó) vive en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires., bajo el cuidado de una empleada de confianza. Es una mujer trastornada, con la mirada fija en la puerta del altillo de su casa, a la espera de que algo ocurra.
Mientras tanto, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a 60 km de distancia, Adrián (Adrián Spinelli) convoca a cuatro amigos que en algún momento tuvieron alguna experiencia relacionada con espíritus de ultratumba. Su intención es proponerles un juego en el que deben participar cinco personas cinco minutos antes de la medianoche para conjurar una presencia fantasmal en la sede de su productora cinematográfica.
El objetivo de la historia es relacionar estos dos escenarios, develar el misterio que se presume en la casa de Mercedes y resolver el problema en la oficina de Adrián.
Si bien la cinta acierta con el planteo de una situación misteriosa que despierta la atención del espectador, durante su desarrollo pierde atractivo tornándose enrevesada. Los personajes poco definidos parecen cumplir la única misión de completar los participantes requeridos para llevar a cabo el juego, rellenando con sus relatos buena parte del metraje.
Es remarcable el esfuerzo que significa llevar a la pantalla una película independiente tanto por su temática como por su producción, pero “5 AM" resulta poco atractiva y no llega a generar el miedo esperable de una cinta de su género. Si bien la fotografía hace un esfuerzo para mostrar un ambiente opresivo en el que lo sobrenatural acecha, el film se limita a provocar un par de sustos con el recurso facilón de la aparición repentina de algunas imágenes en la pantalla. Aunque cumple con la premisa de plantear un misterio y resolverlo, durante su desarrollo se vuelve intrincado y poco claro llevando al espectador al borde del hastío.
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