Gonzalo Justiniano habla sobre el estreno de "Cabros de mierda" en el Festival de Roma

por © Deborah de la Calle-NOTICINE.com
Justiniano, con sus dos protagonistas
Hasta Italia se trasladó parte del elenco de "Cabros de Mierda", la nueva película del cineasta chileno Gonzalo Justiniano, con el fin de presentar su obra en el Festival de Cine de Roma, que este año se realiza en su duodécima edición. "Cabros de Mierda" es una de las 39 películas y documentales que componen la sección oficial de la Fiesta del Cine italiana, cuyo premio principal será designado por el público y entregado este domingo 5 de noviembre. La película es un "acercamiento emotivo" a la represión de la dictadura de Augusto Pinochet y a la resistencia, a veces encarnada silenciosamente por mujeres "comunes y corrientes".

"Hemos tenido un muy buen recibimiento de parte de los asistentes, y una muy buena crítica en los medio de comunicación, donde destacan la actuación de Nathalia Aragonese", comentó Justiniano a EFE desde la capital europea.

El director se mostró contento y satisfecho con su participación. "Tener personas que se nos han acercado luego de ver la película para hacerte comentarios y preguntas, y eso demuestra que despierta el interés general", agregó.

El cineasta conocido por película como "B-Happy" o "Los hijos de la Guerra Fría" entre otras, destacó que "gracias a la participación en el Festival de Cine de Roma, Cabros de Mierda tendrá más visibilidad y podrá ser apreciada por gente muy  potente de la cinematografía mundial".

La acción de "Cabros de Mierda", se desarrolla en el poblado de La Victoria, en 1983, cuando Gladys (Nathalia Aragonese), conocida como "La Francesita", mujer de carácter, atractiva y valiente, residente en la barriada junto a su hija y la abuela de ésta, recibe en su casa a un ingenuo joven misionero norteamericano llamado Samuel Thompson (Daniel Contesse), que viene a predicar la palabra de Dios y las bondades del progreso para este país del tercer mundo. Con su cámara, el religioso registrará cómo la población lucha por sobrevivir en una situación de normal anormalidad, entre ollas comunes, niños sin padres y las primeras grandes protestas.

El director refirió que aún en la actualidad hay quien intenta negar estos hechos por lo que su deseo fue mostrarlos sin tapujos y "no con argumentos racionales" porque, subrayó, "lo que pasó es indefendible, es de una bestialidad que no tiene nombre". "(La herida) está totalmente presente. Una herida que no se sana porque hay gente que la oculta y otra que se queda con mucha rabia porque no se les permite expresar su dolor, expresar todos esos recuerdos a través de la emoción", señaló.

"Mi interés no era tener un acercamiento intelectual sobre el tema porque los datos se conocen. Me interesaba, más que repetir o hacer una denuncia, invitar a la gente a hacer un acercamiento emotivo", señaló a Efe Justiniano, que compite con esta obra en la Fiesta del Cine de Roma.

La película trata con especial detenimiento el papel silencioso de las mujeres en los barrios marginales ya que el director, cuando filmó aquellos hechos, se percató de que "el sostén de la población eran las mujeres, muchas jóvenes", como su protagonista.

"Es algo que faltó, el reconocimiento fuertemente de la lucha en los barrios populares y el reconocimiento de las mujeres comunes y corrientes, más allá de las militantes. Esa masa del pueblo chileno, liderada por muchas mujeres en distintos sectores populares, que fueron quienes ayudaron a recuperar la democracia", defendió el cineasta.

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