Arturo Castro Godoy insufló "Aire" al Festival de Málaga
- por © Jon Apaolaza (Málaga) -NOTICINE.com
El venezolano afincado en Argentina Arturo Castro Godoy dio a conocer en el apartado oficial del Festival de Málaga, el pasado fin de semana, su segundo largometraje, "Aire", con una dilatada trayectoria por festivales internacionales. El film sigue los problemas cotidianos de una madre soltera asmática con su hijo que sufre un tipo de autismo. NOTICINE.com habló con Castro Godoy en exclusiva.
- ¿Podría resumir en pocas palabras lo que cuenta en la película?
"Aire" es la historia de Lucía, una madre soltera que en medio de una jornada laboral normal recibe la llamada de la escuela de su hijo Mateo de 7 años, que es un niño que tiene síndrome de Asperger y le dicen básicamente que tuvo un accidente y que tiene que ir a buscarlo. De ahí en adelante la película es un largo recorrido que hace Lucía a lo largo y ancho de una ciudad que es hostil, hasta que logra finalmente después de superar un montón de obstáculos y mientras tiene un ataque de asma para el cual no tiene un inhalador ni manera de resolverlo rápido. Al final consigue llegar a donde está su hijo queriendo saber cómo está y permanecer con él.
- ¿Cuál fue el punto de partida, la idea de la que surge la película?
Trata de algunos temas que a mi me interesan desde siempre como el funcionamiento interno de las familias, cómo las diferentes familias encuentran, pese a los tropezones como todos, la manera que les sirve y que les conviene más de vivir, y en ese sentido la película con una premisa muy simple intenta trabajar en diferentes niveles al mismo tiempo. Por un lado está la cuestión de peripecias de Lucía a lo largo de la ciudad mientras que al mismo el tiempo el personaje va sufriendo una transformación que tiene que ver con aprender a que necesariamente no puede hacer todo sola que se puede recibir ayuda. Y al mismo tiempo es una mirada respecto al funcionamiento de las instituciones y la manera que tenemos de organizarnos como sociedad, las instituciones siempre terminan un poco abandonando y no conteniendo a los que más lo necesitan, en este caso a una madre soltera con un niño que tiene Asperger y con un trabajo precarizado, ella tiene que ir lidiando con un montón de instituciones y de personas que se encuentra en su camino a las cuales, con diferentes resultados, va aprendiendo a pedirles ayuda y entender que no siempre estamos solos.
- ¿Podríamos entender que es un especie de crónica de una sociedad hostil?
Absolutamente. Yo diría que más que hostil, termina siendo como un enfrentamiento de gente que está en la misma posición pero en diferentes estratos. Termina siempre siendo como una lucha de poderes contra pobres, en el sentido en el que en lugar de hostil, las instituciones y las personas que se va cruzando son apáticas, son desinteresadas de lo que le pasa a ella, y no porque sea necesariamente malo, sino porque el sistema en el que vivimos lo que hace es cansarnos un poco a todos y en ese cansancio y en centrarnos en sobrevivir cada uno por su cuenta, nos hace perdemos mucha posibilidad de comunicación que es lo que ella aprende, a levantar un poco la cabeza y entender que a veces, no siempre, tenemos la posibilidad de ser ayudados y de comunicarnos con el otro.
- ¿Cómo ha sido la carrera de la película?
La filmamos el año pasado hasta ahora. A principios del mes de marzo estuvimos en Miami en una de las competencias, ahora estamos acá, durante este mes también es el Festival Latino de San Diego donde también estamos en otra competencia, el mes que viene estamos en una de las competencias del Festival de Estambul. Estuvimos en una muestra en la India en Bengaluru. La peli va haciendo su camino y nosotros estamos muy contentos del recorrido que estamos haciendo y estar aquí para nosotros es un lujo.
- ¿Cómo fue el estreno en Argentina?
Se lanzó el año pasado y fue un estreno muy lindo, siempre como una etapa muy bonita de procesos que son tan largos, el momento en el que podemos empezar a compartir el trabajo con la gente que tenemos al rededor, así que contento.
- Este es su segundo largo... ¿Qué puede contarnos sobre su trayectoria profesional y vital?
Yo soy venezolano, nací y crecí en Caracas, en 2004 me mudé a Argentina, a Santa Fé, que es donde resido actualmente, estudié cine allí en el Instituto Superior de Cine de Santa Fé, que es la legendaria escuela de Fernando Birri, que volvió a abrir después de mucho tiempo, fui, uno de las primeras camadas, por así decirlo, de los que retornamos a la escuela y de ahí en adelante vivo en Santa Fé, estoy casado y con dos hijos. Esta es mi segunda película, mi primer largometraje se llamó “El Silencio” es una película que también filmé en Santa Fé y que se estrenó en el Festival de Cine de Mar del Plata. La película cuenta la historia de Tomás, un adolescente que su pareja queda embarazada y mientras están decidiendo lo que quieren hacer, a él le despierta la necesidad de resolver cosas que tiene pendiente de su pasado, entonces viaja a un pequeño pueblo del litoral de Argentina a buscar a su padre que lo abandonó cuando todavía estaba en la panza de su mamá.
- Hace unos años el cine venezolano vivió un boom de producción, ¿No estuvo tentado de volver a su país natal para hacer alguna película?
Me encantaría volver a Venezuela a trabajar, y hoy en día hay director increíbles y todos los años nos encontramos con mucha alegría a algún director que está yendo a festivales muy grandes. Me encantaría volver a filmar a Venezuela, no he tenido la oportunidad, espero que se me presente alguna vez. Filmar en todos lados es complicado, pero Venezuela está pasando por una situación especialmente complicada, lo cual además de esperar que se solucione lo más rápido posible, sin duda me encantaría volver a mi país y poder hacer cine.
- Tampoco en Argentina el cine como el suyo, independiente, está pasando por malos momentos en Argentina
El cine argentino se encuentra en una situación muy paradójica, en el sentido en el que hay grandes directores y directoras que están trabajando a un nivel impresionante a lo largo del mundo, con mucho reconocimiento, con muchas ganas de la gente de Europa y de otros países de consumir cine argentino, y al mismo tiempo en Argentina la gestión del Instituto de Cine, el antes Ministerio de Cultura, fue degradado a Secretaria, lo cual es muy simbólico en sí mismo. Está colocado el Instituto Nacional de Cine en una posición en la que cada vez es más difícil filmar incluso para directores y directoras completamente reconocidos a nivel mundial y ha puesto en crisis totalmente a todo un modelo de hacer cine que venía creciendo cada vez más en Argentina y entonces películas como las que ganan festivales y les va muy bien afuera, son películas a las que les cuesta muchísimo encontrar la financiación, cada vez se filma con menos semanas, con menos dinero, porque no se cumple la ley de cine que tenemos que es modelo en todo el mundo y se deja de lado y se apuesta cada vez por producciones más grandes y se dejan de lado las propuestas más autorales, el cine experimental, el cine documental y a un montón de cine que nos ha dado tantas alegrías al cine argentino, cada vez se ven más ahogados, como consecuencias de políticas que son nefastas para la cultura.
- ¿Diría usted que es un problema político o económico?
Es una pregunta compleja, en definitiva es una decisión política en el sentido en el que nosotros tenemos una ley de cine y un Instituto de Cine que se autofinancia, una ley de cine que es modelo del mundo y que nos ha dado un montón de rédito en cuanto a generación de cultura e identidad, y un montón de valores que no son medibles a través de dinero. Por su puesto que cuando cambia la manera de pensar el mundo del gobierno y la gestión nueva tiene una manera de pensar que es básicamente en 1 y 0, solo se piensa lo que es redituable, solo se priorizan las producciones que son comerciales, que tienen un punto de vista que apunta a la taquilla, que no está mal, está buenísimo que haya propuestas de ese tipo, el tema es que nosotros tendríamos que tratar de beneficiar y darle un lugar a las dos cosas, no solo a las propuestas que son capaces de generar rédito económico, sino también a las propuestas autorales y al cine que tiene que ver un poco más con la idiosincrasia propiamente argentina y al documental y al experimental, lo ideal sería que todos tuvieran su lugar y eso no pasa ahora, entonces te diría que es una decisión política es una decisión a qué le damos valor, si queremos apostar a la cultura, a la educación, al arte, a generar identidad, a que el cine argentino que además genera un montón de puestos de trabajos y un montón de cosas positivas a la sociedad, si queremos apostar a eso, es una decisión muy sencilla; si en lo que estamos pensando es en lo económico nada más, entonces ahí obviamente las prioridades cambian y cambia la manera de relacionarnos con nuestra producción.
- ¿Cómo está viviendo la experiencia de presentar su película en el Festival de Málaga?
Estamos muy contentos, con muchas ganas de proyectar en un rato la película. Para nosotros es un punto de llegada muy lindo, es como un premio muy grande para el equipo técnico y el elenco de la película. Málaga es un Festival hermoso, con una ciudad hermosa, la gente acompañando muchísimo el festival, y los organizadores y los programadores han hecho un trabajo fantástico de seleccionar cine de primer nivel y de estar como muy preocupados de que estemos bien, así que estamos muy contentos y muy honrados de ocupar este lugar hoy.
- ¿Qué significaría ganar un premio aquí?
Los premios son siempre un reconocimiento lindo para el trabajo que hacemos, hacer una película es complicado. Implica el trabajo completamente generoso y desinteresado de un montón de gente, por eso un premio siempre es una caricia para toda esa gente que se pone como a disposición de un proyecto. Para nosotros ya es como algo muy importante estar acá, ya después si hay premio bienvenido sea, pero ya estar acá es como un momento muy lindo.
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- ¿Podría resumir en pocas palabras lo que cuenta en la película?
"Aire" es la historia de Lucía, una madre soltera que en medio de una jornada laboral normal recibe la llamada de la escuela de su hijo Mateo de 7 años, que es un niño que tiene síndrome de Asperger y le dicen básicamente que tuvo un accidente y que tiene que ir a buscarlo. De ahí en adelante la película es un largo recorrido que hace Lucía a lo largo y ancho de una ciudad que es hostil, hasta que logra finalmente después de superar un montón de obstáculos y mientras tiene un ataque de asma para el cual no tiene un inhalador ni manera de resolverlo rápido. Al final consigue llegar a donde está su hijo queriendo saber cómo está y permanecer con él.
- ¿Cuál fue el punto de partida, la idea de la que surge la película?
Trata de algunos temas que a mi me interesan desde siempre como el funcionamiento interno de las familias, cómo las diferentes familias encuentran, pese a los tropezones como todos, la manera que les sirve y que les conviene más de vivir, y en ese sentido la película con una premisa muy simple intenta trabajar en diferentes niveles al mismo tiempo. Por un lado está la cuestión de peripecias de Lucía a lo largo de la ciudad mientras que al mismo el tiempo el personaje va sufriendo una transformación que tiene que ver con aprender a que necesariamente no puede hacer todo sola que se puede recibir ayuda. Y al mismo tiempo es una mirada respecto al funcionamiento de las instituciones y la manera que tenemos de organizarnos como sociedad, las instituciones siempre terminan un poco abandonando y no conteniendo a los que más lo necesitan, en este caso a una madre soltera con un niño que tiene Asperger y con un trabajo precarizado, ella tiene que ir lidiando con un montón de instituciones y de personas que se encuentra en su camino a las cuales, con diferentes resultados, va aprendiendo a pedirles ayuda y entender que no siempre estamos solos.
- ¿Podríamos entender que es un especie de crónica de una sociedad hostil?
Absolutamente. Yo diría que más que hostil, termina siendo como un enfrentamiento de gente que está en la misma posición pero en diferentes estratos. Termina siempre siendo como una lucha de poderes contra pobres, en el sentido en el que en lugar de hostil, las instituciones y las personas que se va cruzando son apáticas, son desinteresadas de lo que le pasa a ella, y no porque sea necesariamente malo, sino porque el sistema en el que vivimos lo que hace es cansarnos un poco a todos y en ese cansancio y en centrarnos en sobrevivir cada uno por su cuenta, nos hace perdemos mucha posibilidad de comunicación que es lo que ella aprende, a levantar un poco la cabeza y entender que a veces, no siempre, tenemos la posibilidad de ser ayudados y de comunicarnos con el otro.
- ¿Cómo ha sido la carrera de la película?
La filmamos el año pasado hasta ahora. A principios del mes de marzo estuvimos en Miami en una de las competencias, ahora estamos acá, durante este mes también es el Festival Latino de San Diego donde también estamos en otra competencia, el mes que viene estamos en una de las competencias del Festival de Estambul. Estuvimos en una muestra en la India en Bengaluru. La peli va haciendo su camino y nosotros estamos muy contentos del recorrido que estamos haciendo y estar aquí para nosotros es un lujo.
- ¿Cómo fue el estreno en Argentina?
Se lanzó el año pasado y fue un estreno muy lindo, siempre como una etapa muy bonita de procesos que son tan largos, el momento en el que podemos empezar a compartir el trabajo con la gente que tenemos al rededor, así que contento.
- Este es su segundo largo... ¿Qué puede contarnos sobre su trayectoria profesional y vital?
Yo soy venezolano, nací y crecí en Caracas, en 2004 me mudé a Argentina, a Santa Fé, que es donde resido actualmente, estudié cine allí en el Instituto Superior de Cine de Santa Fé, que es la legendaria escuela de Fernando Birri, que volvió a abrir después de mucho tiempo, fui, uno de las primeras camadas, por así decirlo, de los que retornamos a la escuela y de ahí en adelante vivo en Santa Fé, estoy casado y con dos hijos. Esta es mi segunda película, mi primer largometraje se llamó “El Silencio” es una película que también filmé en Santa Fé y que se estrenó en el Festival de Cine de Mar del Plata. La película cuenta la historia de Tomás, un adolescente que su pareja queda embarazada y mientras están decidiendo lo que quieren hacer, a él le despierta la necesidad de resolver cosas que tiene pendiente de su pasado, entonces viaja a un pequeño pueblo del litoral de Argentina a buscar a su padre que lo abandonó cuando todavía estaba en la panza de su mamá.
- Hace unos años el cine venezolano vivió un boom de producción, ¿No estuvo tentado de volver a su país natal para hacer alguna película?
Me encantaría volver a Venezuela a trabajar, y hoy en día hay director increíbles y todos los años nos encontramos con mucha alegría a algún director que está yendo a festivales muy grandes. Me encantaría volver a filmar a Venezuela, no he tenido la oportunidad, espero que se me presente alguna vez. Filmar en todos lados es complicado, pero Venezuela está pasando por una situación especialmente complicada, lo cual además de esperar que se solucione lo más rápido posible, sin duda me encantaría volver a mi país y poder hacer cine.
- Tampoco en Argentina el cine como el suyo, independiente, está pasando por malos momentos en Argentina
El cine argentino se encuentra en una situación muy paradójica, en el sentido en el que hay grandes directores y directoras que están trabajando a un nivel impresionante a lo largo del mundo, con mucho reconocimiento, con muchas ganas de la gente de Europa y de otros países de consumir cine argentino, y al mismo tiempo en Argentina la gestión del Instituto de Cine, el antes Ministerio de Cultura, fue degradado a Secretaria, lo cual es muy simbólico en sí mismo. Está colocado el Instituto Nacional de Cine en una posición en la que cada vez es más difícil filmar incluso para directores y directoras completamente reconocidos a nivel mundial y ha puesto en crisis totalmente a todo un modelo de hacer cine que venía creciendo cada vez más en Argentina y entonces películas como las que ganan festivales y les va muy bien afuera, son películas a las que les cuesta muchísimo encontrar la financiación, cada vez se filma con menos semanas, con menos dinero, porque no se cumple la ley de cine que tenemos que es modelo en todo el mundo y se deja de lado y se apuesta cada vez por producciones más grandes y se dejan de lado las propuestas más autorales, el cine experimental, el cine documental y a un montón de cine que nos ha dado tantas alegrías al cine argentino, cada vez se ven más ahogados, como consecuencias de políticas que son nefastas para la cultura.
- ¿Diría usted que es un problema político o económico?
Es una pregunta compleja, en definitiva es una decisión política en el sentido en el que nosotros tenemos una ley de cine y un Instituto de Cine que se autofinancia, una ley de cine que es modelo del mundo y que nos ha dado un montón de rédito en cuanto a generación de cultura e identidad, y un montón de valores que no son medibles a través de dinero. Por su puesto que cuando cambia la manera de pensar el mundo del gobierno y la gestión nueva tiene una manera de pensar que es básicamente en 1 y 0, solo se piensa lo que es redituable, solo se priorizan las producciones que son comerciales, que tienen un punto de vista que apunta a la taquilla, que no está mal, está buenísimo que haya propuestas de ese tipo, el tema es que nosotros tendríamos que tratar de beneficiar y darle un lugar a las dos cosas, no solo a las propuestas que son capaces de generar rédito económico, sino también a las propuestas autorales y al cine que tiene que ver un poco más con la idiosincrasia propiamente argentina y al documental y al experimental, lo ideal sería que todos tuvieran su lugar y eso no pasa ahora, entonces te diría que es una decisión política es una decisión a qué le damos valor, si queremos apostar a la cultura, a la educación, al arte, a generar identidad, a que el cine argentino que además genera un montón de puestos de trabajos y un montón de cosas positivas a la sociedad, si queremos apostar a eso, es una decisión muy sencilla; si en lo que estamos pensando es en lo económico nada más, entonces ahí obviamente las prioridades cambian y cambia la manera de relacionarnos con nuestra producción.
- ¿Cómo está viviendo la experiencia de presentar su película en el Festival de Málaga?
Estamos muy contentos, con muchas ganas de proyectar en un rato la película. Para nosotros es un punto de llegada muy lindo, es como un premio muy grande para el equipo técnico y el elenco de la película. Málaga es un Festival hermoso, con una ciudad hermosa, la gente acompañando muchísimo el festival, y los organizadores y los programadores han hecho un trabajo fantástico de seleccionar cine de primer nivel y de estar como muy preocupados de que estemos bien, así que estamos muy contentos y muy honrados de ocupar este lugar hoy.
- ¿Qué significaría ganar un premio aquí?
Los premios son siempre un reconocimiento lindo para el trabajo que hacemos, hacer una película es complicado. Implica el trabajo completamente generoso y desinteresado de un montón de gente, por eso un premio siempre es una caricia para toda esa gente que se pone como a disposición de un proyecto. Para nosotros ya es como algo muy importante estar acá, ya después si hay premio bienvenido sea, pero ya estar acá es como un momento muy lindo.
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