Lucrecia Martel presidirá el jurado de la Mostra de Venecia
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
La cineasta argentina Lucrecia Martel pondrá otro punto hispano este año a la Mostra de Venecia, cuya 76 edición se abrirá el próximo 28 de agosto. Días después de que se conociera la concesión del León de Oro a toda una carrera para el español Pedro Almodóvar, el certamen italiano anunció que la guionista y directora salteña encabezará el jurado oficial que otorga los Leones de Oro y Plata y las Copas Volpi.
"Es un honor, una responsabilidad y un placer ser parte de esta celebración del cine, del inmenso deseo de la humanidad de entenderse a sí misma", ha dicho Martel, quien el mes pasado dirigió a la cantante islandesa Björk en sus actuaciones-conciertos en The Shed, un nuevo centro de Artes en Manhattan.
Por su parte, el responsable de la Mosta, Alberto Barbera, calificó a Martel como "la directora femenina más importante de América Latina y una de las directoras más importantes del mundo", algo que añadió había alcanzado este estatus con solo "cuatro largometrajes y un puñado de cortometrajes".
"En sus películas, la originalidad de su investigación estilística y su meticulosa 'mise-en-scène' están al servicio de una cosmovisión libre de compromisos, dedicada a explorar los misterios de la sexualidad femenina y la dinámica de grupos y clases", agregó Barbera.
Desde su Salta natal, donde ha realizado la mayor parte de su obra, Lucrecia Martel, de 52 años, alcanzó fama en festivales de todo el mundo con tres cintas rodadas en la primera década del siglo, "La Ciénaga", "La Nina Santa" y "La Mujer sin Cabeza". Tardó nueve años en volver a dirigir, para hacer la criticamente elogiada "Zama", que tuvo su debut precisamente en la Mostra, fuera de concurso, hace dos años. La obra obtuvo numerosos premios en otros certámenes posteriores y fue nominada como Mejor Película Iberoamericana para los premios Goya, Fénix y Platino, además de ser la candidata argentina en la convocatoria para Mejor Película Extranjera de los premios Oscar, aunque no logró la nominación.
Este mismo mes, Martel dirigió en Barcelona una clase magistral y supervisó proyectos de jóvenes cineastas. Allí dijo a la agencia EFE que la escasez de su producción (cuatro films en 20 años) no es algo necesariamente forzado: "Tengo una filmografía reducida, pero creo que es ecológico, hay demasiado de todo y yo tampoco tengo tanto que decir. No vivo de hacer películas, sino de dar clases, y sólo me pongo a ello cuando de verdad tengo algo que decir".
Ese algo, agregó, tiene que ver con "mantener la independencia en lo narrativo" y escapar "de la visión hegemónica del mundo", que atribuye a "la clase media blanca" y su educación. "Es difícil sacudir la propia estupidez de clase media blanca, porque la estupidez es algo que se construye de una manera muy delicada y es difícil sacársela de encima", concluyó.
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"Es un honor, una responsabilidad y un placer ser parte de esta celebración del cine, del inmenso deseo de la humanidad de entenderse a sí misma", ha dicho Martel, quien el mes pasado dirigió a la cantante islandesa Björk en sus actuaciones-conciertos en The Shed, un nuevo centro de Artes en Manhattan.
Por su parte, el responsable de la Mosta, Alberto Barbera, calificó a Martel como "la directora femenina más importante de América Latina y una de las directoras más importantes del mundo", algo que añadió había alcanzado este estatus con solo "cuatro largometrajes y un puñado de cortometrajes".
"En sus películas, la originalidad de su investigación estilística y su meticulosa 'mise-en-scène' están al servicio de una cosmovisión libre de compromisos, dedicada a explorar los misterios de la sexualidad femenina y la dinámica de grupos y clases", agregó Barbera.
Desde su Salta natal, donde ha realizado la mayor parte de su obra, Lucrecia Martel, de 52 años, alcanzó fama en festivales de todo el mundo con tres cintas rodadas en la primera década del siglo, "La Ciénaga", "La Nina Santa" y "La Mujer sin Cabeza". Tardó nueve años en volver a dirigir, para hacer la criticamente elogiada "Zama", que tuvo su debut precisamente en la Mostra, fuera de concurso, hace dos años. La obra obtuvo numerosos premios en otros certámenes posteriores y fue nominada como Mejor Película Iberoamericana para los premios Goya, Fénix y Platino, además de ser la candidata argentina en la convocatoria para Mejor Película Extranjera de los premios Oscar, aunque no logró la nominación.
Este mismo mes, Martel dirigió en Barcelona una clase magistral y supervisó proyectos de jóvenes cineastas. Allí dijo a la agencia EFE que la escasez de su producción (cuatro films en 20 años) no es algo necesariamente forzado: "Tengo una filmografía reducida, pero creo que es ecológico, hay demasiado de todo y yo tampoco tengo tanto que decir. No vivo de hacer películas, sino de dar clases, y sólo me pongo a ello cuando de verdad tengo algo que decir".
Ese algo, agregó, tiene que ver con "mantener la independencia en lo narrativo" y escapar "de la visión hegemónica del mundo", que atribuye a "la clase media blanca" y su educación. "Es difícil sacudir la propia estupidez de clase media blanca, porque la estupidez es algo que se construye de una manera muy delicada y es difícil sacársela de encima", concluyó.
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