Francisco Lombardi, premio Ciudad de Huelva: "Soy mucho más reconocido fuera del Perú"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
Durante décadas la principal referencia del cine peruano en el exterior, el veterano cineasta Francisco Lombardi visita por primera vez Huelva, donde triunfaron algunas de sus películas, para recoger el Premio Ciudad de Huelva, que le ha otorgado el Festival de Cine Iberoamericano en su 45 edición. NOTICINE.com habló en exclusiva con el productor, realizador y guionista para repasar su amplia filmografía y compartir su cierta amargura por las dificultades que tiene en los últimos años para seguir haciendo cine. Las ayudas oficiales, dice, son para debutantes...
- ¿Cómo se siente siendo homenajeado cuando paradójicamente está teniendo problemas para poder terminar tu última película, "Amelia"?
Me siento, como ha ocurrido durante muchísimo tiempo, mucho más reconocido fuera del Perú que en mi país. Esto es un poco injusto también porque en los últimos años me dieron el Premio Nacional de Cultura en Perú, que es el premio más importante que otorga el Estado y algunos otros reconocimientos. Pero de todas maneras, a partir de la creación del Ministerio de Cultura que es un Ministerio creado no hace mucho tiempo, el cine peruano ha tenido un gran empujón, ha crecido mucho, se producen muchas películas, se ayuda a películas que no tendrían otra forma de producirse, ósea que ha sido algo muy positivo pero yo he tenido poca suerte en el concurso. Creo que porque fundamentalmente hay un gran espíritu para privilegiar a primeros autores, es una tendencia general, y eso, a los que tenemos un recorrido un poco mas largo, nos afecta, porque nunca deja de aparecer la idea de que tal director que ya tiene cierto recorrido, bueno el podrá recoger producción, en cambio los nuevos no tienen quien los ayude. Y pues, con ese tema he tenido poca ayuda, yo últimamente de parte del Ministerio, pero reconociéndole mucho porque es a partir de la creación del Ministerio que se ha creado una corriente nueva de cineastas.
- En cualquier caso, aquí sí le aprecian y reconocen...
Este premio del Festival de Huelva, a mi me satisface porque entre otras cosas, es una especie de ejercicio de memoria, te hace reconciliarte contigo mismo, es la oportunidad de que tu vincules un poco lo que has hecho con el momento presente. Ocurre que cuando uno ya tiene muchos años de cineasta empiezas, sobretodo si tienes dificultades para producir, a desengañarte un poco del tema y de las cosas y ese tipo de homenajes te reactiva un poco porque te hace recordar todo el camino recorrido. Es un factor para mi importante.
- ¿Qué parte de su filmografía, que ha sido muy prolífica para ser un autor latinoamericano de su generación, considera que es la más lograda?
Es verdad, tengo un grupo de preferidas. Yo escucho a los autores, directores y escritores que dicen que todas sus obras son como sus hijos y que todas tienen su valor. En mi caso yo tengo claramente establecidas cuales son las que me gustan y las que no mucho. De las 17 películas que he hecho, diría que hay unas cinco o seis que trato de, en la oportunidad que tengo, de volverles a dar una mirada o en situaciones como la actual; "La ciudad y los perros", "La boca del lobo", "Caídos del cielo", "Bajo la piel", y "Ojos que no ven", de 2003. "Tinta roja" es una película que tuvo una acogida muy grande, a nivel de moverse en varios sitios, y que ganó el actor una Concha de Plata en San Sebastián. Y bueno "Pantaleón y las visitadoras", siendo una película de encargo, le tengo cariño porque se vio en todo el mundo y tuvo mucho éxito. Después hay una que se llama "Sin compasión" que estuvo en Cannes, que fue importante para mi, no es una película que esté totalmente lograda, pero si tiene momentos que me resultan. Y luego hay muchas que prácticamente he olvidado, o no menciono.
- En su filmografía hay temas que en su momento fueron considerados delicados, por ejemplo, la época de los militares, la homosexualidad, la prostitución.... Es decir, una serie de elementos que hicieron bastante ruido ¿Eso fue algo buscado por su parte? ¿Le gustaba la idea de sacudir a la sociedad o fue casualidad?
En algunos casos sí. En "No se lo digas a nadie" con el tema de la homosexualidad, para Perú fue importante. Era una película que estaba destinada al éxito porque estaba basada en una novela de Jaime Bayly que había tenido un éxito enorme y es otra película que yo tampoco escogí hacer, me llegó de encargo. Andrés Vicente Gómez me llamó un día y me preguntó si quería hacer una adaptación de la novela, porque el no encontraba un guion o una adaptación de la novela que le gustara al escritor. Y Bayly le recomendó que hiciera la película no en España sino en Perú, y que en Perú había un director que era tal… y entonces me contactaron a mi. Al final Bayly no quedó muy contento con mi adaptación pero fue una película que causó una tremenda polémica en Perú y creo que fue muy positivo en relación a lo que es el reconocimento de los derechos en general de minorías, como en el caso de la película, de la homosexualidad. En otros casos, hubo mucho movimiento y mucho comentario por razones diferentes. En el caso de "La boca del lobo" porque se hizo justo cuando estaba en medio de toda la revuelta de Sendero Luminoso, la guerra interna y la violencia de esos años en Perú. Y fue importante que al margen de su mayor o su menor valor cinematográfico, porque la película se exhibió y fue motivo de muchas conversaciones y diálogos en los programas políticos más importantes del medio. Entonces ocupó la atención pública durante algunas semanas y fue importante porque el fenómeno del Sendero Luminosos se veía siempre desde Lima como una cosa ajena, como una cosa lejana y la película te muestra que Sendero era un enemigo vivo tremendamente peligroso y dañino y que estaba cerca y que nos podía tocar y eso fue muy interesante como propuesta. Y luego ha habido otras películas que han tenido, por ejemplo la película sobre los militares, un efecto polémico pero yo creo que todo eso es fundamentalmente porque durante una etapa más o menos larga en el cine ha habido mucho vínculo con lo que viene a ser el universo social, el entorno mío. Yo comentaba que el haber estudiado en una escuela de cine documental, yo estudie en la escuela de cine de Santa Fe, en Argentina, me cambió a mi mucho la manera que tenía de ver el cine. Antes de eso para mi el cine era algo mucho más autoral, más personal. Y de pronto, el impulso de la escuela me hizo mirar un poco alrededor y tratar de vincularme ya que era muy joven cuando empecé a estudiar cine, no tenía un universo personal que me pareciera suficientemente interesante como para meterlo en la pantalla, pues entonces miraba un poco al exterior y tratar de recoger temas que me parecían interesantes y que pudieran ser aportadores en lo que estaba pasando.
- Cuándo usted comenzó en los 70 imaginaba que iba a vivir un momento como el actual del cine peruano en el que se está dando un panorama bastante similar a otros países con un cine comercial muy potente, que antes no existía, con un cine que llena salas, películas de mucho éxito, que han conseguido que la gente vaya a ver cine peruano. ¿Pensaba que eso podía llegar a ocurrir algún día?
Bueno nosotros siempre hemos estado detrás de una Ley de Cine que permitiera hacer más películas en Perú. Ese es un esfuerzo de los cineastas peruanos que tiene, yo creo, más de 20 años con esa lucha. Y sin embargo, ha llegado toda esta explosión, un poco fuera de la ley, porque son películas, estas masivas, que por lo general se financian por medios privados y que, exceptuando las películas de Tondero, que son películas industriales, bien realizadas con producciones que son muy cuidadosas, un cine comercial industrial que existe en todas partes y que está bien que exista pero junto a eso, el éxito de Tondero impulsó la realización de muchas otras películas de muy baja calidad con los artistas de la televisión, con cómicos, etc..., que han generado un cierto hartazgo en el público del cine peruano en general. Las últimas películas nacionales que se han estrenado ya no han podido repetir esos éxitos grandes que hubo. Hay que pensar que Tondero llegó a tener tres millones de espectadores, pero hoy una película de mucho éxito en el Perú, difícilmente va a pasar los 500 000 espectadores, que es una cifra respetable pero son muy poquitos. Y las películas más interesantes, más de cine de autor, que tiene como fundamento la expresión personal difícilmente pasan los diez o quince mil espectadores. Hay mucha producción en Perú pero lamentablemente no es el mejor cine peruano el que tiene éxitos. Hay películas como "Retablo" por ejemplo, que es una película que ha tenido éxito de público y es una película muy interesante y muy lograda a nivel artístico. O sea que si hay excepciones. Otros cineastas, como son los hermanos Vega, cuyas películas son vistas por poquísima gente y así pasa con otros directores. Entonces cuantitativamente ha crecido mucho el cine peruano, cualitativamente también pero hay una desigualdad entre una y otra cosa.
- ¿Qué podemos esperar de esta nueva película, "Amelia"? ¿Podrá financiar su postproducción para acabarla?
Esta película aspira a una ayuda, la del Ministerio de Cultura. Ese concurso, para las películas que van a comenzar su fase de postproducción, se da solo una o dos veces al año. Y en ese primer concurso, yo no tuve la suerte, pues había un jurado en el que había unos jóvenes críticos que no son muy favorables a mis películas. Espero que el próximo año haya un jurado más objetivo y que la película pueda terminarse. Mientras tanto estoy presentando un nuevo proyecto, que se comenzará a rodarse en abril, y se presentarán las dos películas juntas.
- ¿Cómo está contemplando la explosión de las plataformas de Internet, de Netflix, Amazon…? Hay ya algunos directores iberoamericanos que han sido sondeados para trabajar para producciones porque se da un fenómeno gracias a esas plataformas que es que de repente lo que algunos decían que existía como frontera cultural por los acentos diferentes pues se están borrando. Las fronteras se han bajado bastante. ¿Se ve trabajando para estas plataformas?
En primer lugar, Movistar está trabajando en Lima, para varios países de América Latina. Es decir ya hay una producción de series en Perú, justo esta semana se estrena una serie peruana sobre Hector Lavoe, dirigida por los Hermanos Vega. A mi me parece muy interesante porque este tipo de canales te permiten hacer un tipo de historias que en el cine hoy día son difíciles de filmar. Por otro lado, rescatan algo que yo valoro mucho, que es lo narrativo en el cine, contar historias. Hay un fenómeno bastante grande en el cine de América Latina, con Argentina en primer lugar, de ser un cine muy poco narrativo, que tiene valor, es interesante, muy hermético, muy encerrado en sí mismo y que niega la capacidad narrativa del cine para recuperar otras potencialidades del cine; la creación de atmósferas, el retrato de determinados tipos de situaciones, que no tiene que ver con una narrativa sino con esto que venimos diciendo que son específicos fílmicos también. Entonces este tipo de plataformas rescata mucho lo narrativo del cine. Inclusive hay una declaración de Lucrecia Martel, que se refería a las series de televisión como algo negativo porque era volver a la literatura y quitarle al cine la capacidad de lo especifico. Yo no estoy de acuerdo con eso, yo creo que el cine es muy amplio y que empezó además contando historias. Las historias dependen mucho del punto de vista, y el punto de vista es diferente siempre. Hay un espacio en este tipo de plataformas de contar en serie, que ahí la narrativa es fundamental, historias que puedan ser interesantes.
- ¿Se imagina pensando convertir una historia en serie en vez de largometraje?
La productora de estas series que se está haciendo en Perú es mi hija, entonces lamentablemente yo no puedo participar. El hecho de mi parentesco con ella, hay que evitar que la gente pueda malinterpretar, pero en un principio estuvimos pensando en adaptar para alguna otra plataforma algo.
- Es curioso que sea su primera vez en el festival de Huelva...
Si, han venido antes películas mías, pero yo nunca había venido. Han venido representantes, actores… pero por algún tema de imposibilidad como a veces ocurre, en cambio, ahora era inevitable venir, además lo hago con mucha alegría porque tenía que recibir el premio, pero además porque tenía una deuda pendiente con el Festival de que no había podido asistir en otras ocasiones.
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- ¿Cómo se siente siendo homenajeado cuando paradójicamente está teniendo problemas para poder terminar tu última película, "Amelia"?
Me siento, como ha ocurrido durante muchísimo tiempo, mucho más reconocido fuera del Perú que en mi país. Esto es un poco injusto también porque en los últimos años me dieron el Premio Nacional de Cultura en Perú, que es el premio más importante que otorga el Estado y algunos otros reconocimientos. Pero de todas maneras, a partir de la creación del Ministerio de Cultura que es un Ministerio creado no hace mucho tiempo, el cine peruano ha tenido un gran empujón, ha crecido mucho, se producen muchas películas, se ayuda a películas que no tendrían otra forma de producirse, ósea que ha sido algo muy positivo pero yo he tenido poca suerte en el concurso. Creo que porque fundamentalmente hay un gran espíritu para privilegiar a primeros autores, es una tendencia general, y eso, a los que tenemos un recorrido un poco mas largo, nos afecta, porque nunca deja de aparecer la idea de que tal director que ya tiene cierto recorrido, bueno el podrá recoger producción, en cambio los nuevos no tienen quien los ayude. Y pues, con ese tema he tenido poca ayuda, yo últimamente de parte del Ministerio, pero reconociéndole mucho porque es a partir de la creación del Ministerio que se ha creado una corriente nueva de cineastas.
- En cualquier caso, aquí sí le aprecian y reconocen...
Este premio del Festival de Huelva, a mi me satisface porque entre otras cosas, es una especie de ejercicio de memoria, te hace reconciliarte contigo mismo, es la oportunidad de que tu vincules un poco lo que has hecho con el momento presente. Ocurre que cuando uno ya tiene muchos años de cineasta empiezas, sobretodo si tienes dificultades para producir, a desengañarte un poco del tema y de las cosas y ese tipo de homenajes te reactiva un poco porque te hace recordar todo el camino recorrido. Es un factor para mi importante.
- ¿Qué parte de su filmografía, que ha sido muy prolífica para ser un autor latinoamericano de su generación, considera que es la más lograda?
Es verdad, tengo un grupo de preferidas. Yo escucho a los autores, directores y escritores que dicen que todas sus obras son como sus hijos y que todas tienen su valor. En mi caso yo tengo claramente establecidas cuales son las que me gustan y las que no mucho. De las 17 películas que he hecho, diría que hay unas cinco o seis que trato de, en la oportunidad que tengo, de volverles a dar una mirada o en situaciones como la actual; "La ciudad y los perros", "La boca del lobo", "Caídos del cielo", "Bajo la piel", y "Ojos que no ven", de 2003. "Tinta roja" es una película que tuvo una acogida muy grande, a nivel de moverse en varios sitios, y que ganó el actor una Concha de Plata en San Sebastián. Y bueno "Pantaleón y las visitadoras", siendo una película de encargo, le tengo cariño porque se vio en todo el mundo y tuvo mucho éxito. Después hay una que se llama "Sin compasión" que estuvo en Cannes, que fue importante para mi, no es una película que esté totalmente lograda, pero si tiene momentos que me resultan. Y luego hay muchas que prácticamente he olvidado, o no menciono.
- En su filmografía hay temas que en su momento fueron considerados delicados, por ejemplo, la época de los militares, la homosexualidad, la prostitución.... Es decir, una serie de elementos que hicieron bastante ruido ¿Eso fue algo buscado por su parte? ¿Le gustaba la idea de sacudir a la sociedad o fue casualidad?
En algunos casos sí. En "No se lo digas a nadie" con el tema de la homosexualidad, para Perú fue importante. Era una película que estaba destinada al éxito porque estaba basada en una novela de Jaime Bayly que había tenido un éxito enorme y es otra película que yo tampoco escogí hacer, me llegó de encargo. Andrés Vicente Gómez me llamó un día y me preguntó si quería hacer una adaptación de la novela, porque el no encontraba un guion o una adaptación de la novela que le gustara al escritor. Y Bayly le recomendó que hiciera la película no en España sino en Perú, y que en Perú había un director que era tal… y entonces me contactaron a mi. Al final Bayly no quedó muy contento con mi adaptación pero fue una película que causó una tremenda polémica en Perú y creo que fue muy positivo en relación a lo que es el reconocimento de los derechos en general de minorías, como en el caso de la película, de la homosexualidad. En otros casos, hubo mucho movimiento y mucho comentario por razones diferentes. En el caso de "La boca del lobo" porque se hizo justo cuando estaba en medio de toda la revuelta de Sendero Luminoso, la guerra interna y la violencia de esos años en Perú. Y fue importante que al margen de su mayor o su menor valor cinematográfico, porque la película se exhibió y fue motivo de muchas conversaciones y diálogos en los programas políticos más importantes del medio. Entonces ocupó la atención pública durante algunas semanas y fue importante porque el fenómeno del Sendero Luminosos se veía siempre desde Lima como una cosa ajena, como una cosa lejana y la película te muestra que Sendero era un enemigo vivo tremendamente peligroso y dañino y que estaba cerca y que nos podía tocar y eso fue muy interesante como propuesta. Y luego ha habido otras películas que han tenido, por ejemplo la película sobre los militares, un efecto polémico pero yo creo que todo eso es fundamentalmente porque durante una etapa más o menos larga en el cine ha habido mucho vínculo con lo que viene a ser el universo social, el entorno mío. Yo comentaba que el haber estudiado en una escuela de cine documental, yo estudie en la escuela de cine de Santa Fe, en Argentina, me cambió a mi mucho la manera que tenía de ver el cine. Antes de eso para mi el cine era algo mucho más autoral, más personal. Y de pronto, el impulso de la escuela me hizo mirar un poco alrededor y tratar de vincularme ya que era muy joven cuando empecé a estudiar cine, no tenía un universo personal que me pareciera suficientemente interesante como para meterlo en la pantalla, pues entonces miraba un poco al exterior y tratar de recoger temas que me parecían interesantes y que pudieran ser aportadores en lo que estaba pasando.
- Cuándo usted comenzó en los 70 imaginaba que iba a vivir un momento como el actual del cine peruano en el que se está dando un panorama bastante similar a otros países con un cine comercial muy potente, que antes no existía, con un cine que llena salas, películas de mucho éxito, que han conseguido que la gente vaya a ver cine peruano. ¿Pensaba que eso podía llegar a ocurrir algún día?
Bueno nosotros siempre hemos estado detrás de una Ley de Cine que permitiera hacer más películas en Perú. Ese es un esfuerzo de los cineastas peruanos que tiene, yo creo, más de 20 años con esa lucha. Y sin embargo, ha llegado toda esta explosión, un poco fuera de la ley, porque son películas, estas masivas, que por lo general se financian por medios privados y que, exceptuando las películas de Tondero, que son películas industriales, bien realizadas con producciones que son muy cuidadosas, un cine comercial industrial que existe en todas partes y que está bien que exista pero junto a eso, el éxito de Tondero impulsó la realización de muchas otras películas de muy baja calidad con los artistas de la televisión, con cómicos, etc..., que han generado un cierto hartazgo en el público del cine peruano en general. Las últimas películas nacionales que se han estrenado ya no han podido repetir esos éxitos grandes que hubo. Hay que pensar que Tondero llegó a tener tres millones de espectadores, pero hoy una película de mucho éxito en el Perú, difícilmente va a pasar los 500 000 espectadores, que es una cifra respetable pero son muy poquitos. Y las películas más interesantes, más de cine de autor, que tiene como fundamento la expresión personal difícilmente pasan los diez o quince mil espectadores. Hay mucha producción en Perú pero lamentablemente no es el mejor cine peruano el que tiene éxitos. Hay películas como "Retablo" por ejemplo, que es una película que ha tenido éxito de público y es una película muy interesante y muy lograda a nivel artístico. O sea que si hay excepciones. Otros cineastas, como son los hermanos Vega, cuyas películas son vistas por poquísima gente y así pasa con otros directores. Entonces cuantitativamente ha crecido mucho el cine peruano, cualitativamente también pero hay una desigualdad entre una y otra cosa.
- ¿Qué podemos esperar de esta nueva película, "Amelia"? ¿Podrá financiar su postproducción para acabarla?
Esta película aspira a una ayuda, la del Ministerio de Cultura. Ese concurso, para las películas que van a comenzar su fase de postproducción, se da solo una o dos veces al año. Y en ese primer concurso, yo no tuve la suerte, pues había un jurado en el que había unos jóvenes críticos que no son muy favorables a mis películas. Espero que el próximo año haya un jurado más objetivo y que la película pueda terminarse. Mientras tanto estoy presentando un nuevo proyecto, que se comenzará a rodarse en abril, y se presentarán las dos películas juntas.
- ¿Cómo está contemplando la explosión de las plataformas de Internet, de Netflix, Amazon…? Hay ya algunos directores iberoamericanos que han sido sondeados para trabajar para producciones porque se da un fenómeno gracias a esas plataformas que es que de repente lo que algunos decían que existía como frontera cultural por los acentos diferentes pues se están borrando. Las fronteras se han bajado bastante. ¿Se ve trabajando para estas plataformas?
En primer lugar, Movistar está trabajando en Lima, para varios países de América Latina. Es decir ya hay una producción de series en Perú, justo esta semana se estrena una serie peruana sobre Hector Lavoe, dirigida por los Hermanos Vega. A mi me parece muy interesante porque este tipo de canales te permiten hacer un tipo de historias que en el cine hoy día son difíciles de filmar. Por otro lado, rescatan algo que yo valoro mucho, que es lo narrativo en el cine, contar historias. Hay un fenómeno bastante grande en el cine de América Latina, con Argentina en primer lugar, de ser un cine muy poco narrativo, que tiene valor, es interesante, muy hermético, muy encerrado en sí mismo y que niega la capacidad narrativa del cine para recuperar otras potencialidades del cine; la creación de atmósferas, el retrato de determinados tipos de situaciones, que no tiene que ver con una narrativa sino con esto que venimos diciendo que son específicos fílmicos también. Entonces este tipo de plataformas rescata mucho lo narrativo del cine. Inclusive hay una declaración de Lucrecia Martel, que se refería a las series de televisión como algo negativo porque era volver a la literatura y quitarle al cine la capacidad de lo especifico. Yo no estoy de acuerdo con eso, yo creo que el cine es muy amplio y que empezó además contando historias. Las historias dependen mucho del punto de vista, y el punto de vista es diferente siempre. Hay un espacio en este tipo de plataformas de contar en serie, que ahí la narrativa es fundamental, historias que puedan ser interesantes.
- ¿Se imagina pensando convertir una historia en serie en vez de largometraje?
La productora de estas series que se está haciendo en Perú es mi hija, entonces lamentablemente yo no puedo participar. El hecho de mi parentesco con ella, hay que evitar que la gente pueda malinterpretar, pero en un principio estuvimos pensando en adaptar para alguna otra plataforma algo.
- Es curioso que sea su primera vez en el festival de Huelva...
Si, han venido antes películas mías, pero yo nunca había venido. Han venido representantes, actores… pero por algún tema de imposibilidad como a veces ocurre, en cambio, ahora era inevitable venir, además lo hago con mucha alegría porque tenía que recibir el premio, pero además porque tenía una deuda pendiente con el Festival de que no había podido asistir en otras ocasiones.
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