La diva francesa Isabelle Adjani, homenajeada en Montreal
- por © Redacción-NOTICINE.com
9-VII-04
El próximo Festival Internacional de Cine de Montreal (Canadá), entregará su Premio De las Américas a la actriz Isabelle Adjani, el próximo 27 de agosto, al día siguiente de la inauguración. Además, el certamen -que recientemente renunció a la categoría "A" por discrepancias con la FIAPF- proyectar "La pasión de Camille Claudel", "Diario íntimo de Adele H.", "Adolphe", "L'Été meurtrier" y "Mortelle Randonnée".
"Para los cinéfilos de todo el mundo, Adjani es una actriz extraordinaria, capaz a la vez de transformarse para interpretar personajes profundos y excepcionales y de lanzarse a otros ligeros con un talento de experta", ha dicho en una declaración el director del festival, Serge Losique, quien no duda en compararla con Greta Garbo, Marlene Dietrich, Ingrid Bergman y Katherine Hepburn.
Isabelle Adjani es la propietaria, probablemente, de los ojos más bellos del cine europeo, además de la mejor embajadora del cine francés fuera de sus fronteras en los años 80. Isabelle Adjani encierra en sí misma las virtudes y los defectos más galos. La pasión ha marcado su vida. Es trascendental y definitiva, sin medias tintas.
Nacida en una barriada periférica de París el 27 de junio de 1955, bulle en sus venas una mezcla de sangre europea y argelina. Estudia arte dramático en París e ingresa en el más prestigioso grupo teatral, La "Comédie Française", donde sus interpretaciones de Moliere, Montherland y Giraudoux merecen las mejores críticas. A los 17 años se la considera la mejor actriz de su generación y la de más futuro. Unos pronósticos en absoluto equivocados.
Después del teatro y la televisión, debuta en la pantalla grande en 1969, con "Le petit bougnat". Tendremos que esperar en España hasta su quinto trabajo para conocerla. El primer estreno español viene de la mano del director que la universaliza, François Truffaut. En "Diario íntimo de Adele H." (1975) todo el peso de la película descansa sobre sus hombros. Gracias a este drama decimonónico, Isabelle se convierte en valor seguro. Roman Polanski, afincado en Francia, la llama para "El quimérico inquilino", y ese mismo 1976 rueda otras dos películas en su país. Dos años más tarde arranca su carrera internacional, con la película de acción "Driver", de Walter Hill y la más intelectual "Nosferatu", donde sucumbe al magnetismo del Drácula Klaus Kinski.
El riesgo ha sido su principal amigo y consejero. Los mayores desafíos han quedado atrás. Adjani lo ha superado casi todo, incluidos los abundantes desnudos de "L'eté meurtrier", raros en una estrella consagrada como ella, o un trabajo tan absorvente y destructor como el de "La pasión de Camille Claudel".
Fuera de los platós, sin embargo, ha sido más frágil. Casi tres años estuvo voluntariamente alejada de la pantalla por una depresión causada por un fracaso amoroso. La dura actriz, ganadora de 4 Césars, es una emocionalmente frágil mujer. Volvió en 1993 con una comedieta intrascente, más o menos autobiográfica, "Toxic affair", de Philomene Esposito. Era tal la ansiedad que la opinión pública francesa tenía por recuperar a su diva, que el Festival de Cannes le cedió el honor de clausurarlo ese año. Y ello a pesar de la muy escasa calidad de la película. Afortunadamente, mucha mayor entidad tuvo su siguiente trabajo, "La reina Margot". Probó suerte de nuevo en Hollywood, al lado de Sharon Stone en el "remake" de "Les diaboliques" en 1996, y se interpretó a sí misma en la comedia "Paparazzi". Sus últimos trabajos han sido "La repentie", "Adolphe", "Bon voyage" y "Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran".
El próximo Festival Internacional de Cine de Montreal (Canadá), entregará su Premio De las Américas a la actriz Isabelle Adjani, el próximo 27 de agosto, al día siguiente de la inauguración. Además, el certamen -que recientemente renunció a la categoría "A" por discrepancias con la FIAPF- proyectar "La pasión de Camille Claudel", "Diario íntimo de Adele H.", "Adolphe", "L'Été meurtrier" y "Mortelle Randonnée".
"Para los cinéfilos de todo el mundo, Adjani es una actriz extraordinaria, capaz a la vez de transformarse para interpretar personajes profundos y excepcionales y de lanzarse a otros ligeros con un talento de experta", ha dicho en una declaración el director del festival, Serge Losique, quien no duda en compararla con Greta Garbo, Marlene Dietrich, Ingrid Bergman y Katherine Hepburn.
Isabelle Adjani es la propietaria, probablemente, de los ojos más bellos del cine europeo, además de la mejor embajadora del cine francés fuera de sus fronteras en los años 80. Isabelle Adjani encierra en sí misma las virtudes y los defectos más galos. La pasión ha marcado su vida. Es trascendental y definitiva, sin medias tintas.
Nacida en una barriada periférica de París el 27 de junio de 1955, bulle en sus venas una mezcla de sangre europea y argelina. Estudia arte dramático en París e ingresa en el más prestigioso grupo teatral, La "Comédie Française", donde sus interpretaciones de Moliere, Montherland y Giraudoux merecen las mejores críticas. A los 17 años se la considera la mejor actriz de su generación y la de más futuro. Unos pronósticos en absoluto equivocados.
Después del teatro y la televisión, debuta en la pantalla grande en 1969, con "Le petit bougnat". Tendremos que esperar en España hasta su quinto trabajo para conocerla. El primer estreno español viene de la mano del director que la universaliza, François Truffaut. En "Diario íntimo de Adele H." (1975) todo el peso de la película descansa sobre sus hombros. Gracias a este drama decimonónico, Isabelle se convierte en valor seguro. Roman Polanski, afincado en Francia, la llama para "El quimérico inquilino", y ese mismo 1976 rueda otras dos películas en su país. Dos años más tarde arranca su carrera internacional, con la película de acción "Driver", de Walter Hill y la más intelectual "Nosferatu", donde sucumbe al magnetismo del Drácula Klaus Kinski.
El riesgo ha sido su principal amigo y consejero. Los mayores desafíos han quedado atrás. Adjani lo ha superado casi todo, incluidos los abundantes desnudos de "L'eté meurtrier", raros en una estrella consagrada como ella, o un trabajo tan absorvente y destructor como el de "La pasión de Camille Claudel".
Fuera de los platós, sin embargo, ha sido más frágil. Casi tres años estuvo voluntariamente alejada de la pantalla por una depresión causada por un fracaso amoroso. La dura actriz, ganadora de 4 Césars, es una emocionalmente frágil mujer. Volvió en 1993 con una comedieta intrascente, más o menos autobiográfica, "Toxic affair", de Philomene Esposito. Era tal la ansiedad que la opinión pública francesa tenía por recuperar a su diva, que el Festival de Cannes le cedió el honor de clausurarlo ese año. Y ello a pesar de la muy escasa calidad de la película. Afortunadamente, mucha mayor entidad tuvo su siguiente trabajo, "La reina Margot". Probó suerte de nuevo en Hollywood, al lado de Sharon Stone en el "remake" de "Les diaboliques" en 1996, y se interpretó a sí misma en la comedia "Paparazzi". Sus últimos trabajos han sido "La repentie", "Adolphe", "Bon voyage" y "Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran".