Yulene Olaizola comparte el estreno en Venecia de "Selva trágica"
- por © Mónica Uriel (Venecia)-NOTICINE.com
En entrevista exclusiva con NOTICINE.com, la cineasta mexicana Yulene Olaizola comparte el estreno mundial de su película "Selva trágica" en la Mostra de Venecia. Tras brillar en el género del documental, con films como "Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo", la chilanga de familia vasca ahonda cada vez más en la ficción sin abandonar su apego a la realidad y a la tierra.
- ¿Cómo surgió el proyecto de "Selva trágica"?
Todo empezó hace diez años, cuando viajé, por primera vez, a la frontera entre México y Belice. Estaba de vacaciones, intenté cruzar la frontera y descubrí esta conexión entre México y Belice que es una frontera muy diluida. Estamos sólo separados por el río Hondo, muy delgado, que puedes cruzar incluso nadando si es necesario. Desde ese momento sentí curiosidad por Belice, como país y por la frontera entre México y Belice. Años después pude volver a esa región y reconocer un poco más el lugar. Empecé a hacer investigación, descubrí todas las leyendas que tienen que ver con la cultura maya y la selva, como la "Leyenda de la mujer xtabay". Al mismo tiempo, descubrí leyendo sobre la historia del lugar que hace cien años comenzó a desarrollarse la industria del chicle, la goma de mascar, que años después se convirtió en una industria muy importante en México. Esas tres cosas se conectaron en mi cabeza y con esos tres elementos comencé a crear la historia de 'Selva Trágica': La frontera entre México y Belice, la goma de mascar y las leyendas mayas sobre la selva".
- ¿Qué mensaje ha querido transmitir?
Creo que el cine no es un medio o un arte que necesariamente obligue a hacer mensajes. El cine se comunica con el espectador a muchos niveles y como director lo último que se piensa, por lo menos yo, es en un mensaje específico. El cine está lleno de elementos que se mezclan de manera muy compleja, demasiadas capas de información. Puedes dar un mensaje a nivel sensorial, de experiencia visual y sonora. Entonces creo que no hay un mensaje en específico, creo que ahí ya el público encuentra una u otra cosa. Podría ser el encuentro del mundo femenino y el masculino, o el contraste entre ambos mundos, el contraste o la dualidad entre ambos países y la frontera y la selva como entidad viva que tiene poderes para tratar de defenderse de los seres humanos que intentamos robarle sus recursos.
- ¿La selva es un personaje dentro de su historia?
Sí, sin duda... La selva es un personaje primordial. Todas mis películas inician con la idea de una locación determinada, un lugar donde quiero filmar, y ese lugar se vuelve personaje de mis películas.
- ¿Cómo es ese personaje?
Una de las cosas de mi investigación, a la hora de leer literatura, poesía, sobre esta región. Los poetas y escritores mexicanos siempre hablaban de la selva como una entidad viva que tiene el poder de defenderse de los seres humanos que intentamos robarle sus recursos. Por ahí leí algo que se me quedó y que siempre quise retratarlo que es que, a pesar que la selva puede ser un lugar misterioso y oscuro al que le tenemos miedo, por todas las criaturas que allí viven, insectos, animales feroces como el jaguar, chango, etc, ni siquiera eso se compara con la oscuridad que pueden albergar los corazones de los seres humanos. No hay peores bestias de la selva que los seres humanos. En mi película creo que hay una dualidad de estar viendo cómo se comportan estos hombres que trabajan con el chicle, haciendo una metáfora con la de los monos o los changos que están en esa selva y que también observan con curiosidad a esta hermosa mujer beliceña. Eso era el juego, la metáfora, la idea que retrata la película.
- ¿Fue duro rodar en esos emplazamientos?
El rodaje fue bien, tuvimos mucha suerte, sin mayores problemas dentro de la selva. Excepto algunos incidentes, como un actor que se clavó una espina, que lo sacó del rodaje ese día y lo tuvieron que llevar a una clínica para poderle abrir y extraer la espina. Fuera de eso, el equipo de producción fue muy cuidadoso en tomar todas las medidas necesarias para que no pasara ningún accidente, teníamos mucha colaboración de gente local que revisaba todos los caminos por donde pasábamos, para alertarnos si había serpientes o no. Si las encontrábamos, teníamos que moverlas a otro espacio. Tuvimos mucha precaución en términos de seguridad, para que no hubiera ningún accidente, porque probablemente el riesgo más grande era tener una mordedura de serpiente que, por lo lejanos que estábamos de ciudades donde hubiera atención médica, sí era un riesgo contra la vida. Era ese tipo de medidas las que teníamos que tomar. Indira Andrewin, la actriz, por ejemplo, es una chica joven que está muy acostumbrada a moverse por dentro de la selva. Belice es básicamente selva entonces ella creció muy en contacto con la naturaleza. Nunca estaba incómoda en las localizaciones donde filmábamos. Sofia Oggioni, la fotógrafa colombiana, había filmado ya en la selva y también está muy en contacto con la naturaleza y se movía de forma segura y tranquila. Yo aunque vengo realmente de una ciudad, como Ciudad de México, siempre me adapto a los lugares donde voy a filmar. Ya que estoy en esos lugares no me detengo a pensar si me va a pasar algo malo o no. Simplemente voy, hago lo que tenga que hacer para conseguir las tomas que estoy buscando, y, de alguna manera, nos tocaba a nosotras tres liderar al equipo y transmitirles esa energía de seguridad y de confianza de que no nos iba a pasar nada y así fue.
- ¿Cómo fue dirigir a una debutante?
La verdad para mí, el trabajo con Indira no es que fuera fácil pero muy disfrutable. Nunca tuve problemas con ella como para que siguiera mis indicaciones. Creo que ella, justo por ser debutante, por ser una actriz natural, se puso en mis manos y confiaba plenamente en lo que le estaba pidiendo. De su parte siempre tuve esa retribución de simplemente ir soltándose y ponerse en mis manos en cualquier cosa que yo le pedía. Siempre me sorprendió ver cómo todo lo que pasaba en la película, de alguna manera, siempre se traslada a lo que pasa detrás de cámaras, así que todas las experiencias que se ven en la película, de alguna manera, pasaban en el rodaje, pero eso no es gratuito sino que es algo que uno construye desde la dirección y, en mi caso, por eso insistí tanto en sí tener una actriz beliceña, que hablara inglés, que no hablara español, porque podía haber conseguido una beliceña que hablara español para hacer las cosas más sencillas, pero ella estaba realmente rodeada por mexicanos, en la mayoría hombres, con los que no podía prácticamente platicar, con los cuales no se podía entender más que con señas, y su relación con todos los actores fue, como lo vemos en la película, con señas, con miradas, con esa tensión sexual, con esa atracción natural porque Indira tiene una presencia muy especial. Todo eso pasaba frente a la cámara y detrás de la cámara.
- Vaya cambio, de la selva a los canales de Venecia y a las playas del Lido...
Estoy muy contenta de haber logrado salir de México, de poder estar aquí con Indira, que viene de Belice, que fue muy difícil sacarla de allí por las condiciones de seguridad, y de los problemas fronterizos que hay entre países por los permisos para poder viajar. Definitivamente, organizar todo el trasladado ha sido muy complicado. Es una año muy especial para todos, pero creo que es todavía más emocionante haberlo logrado y estar aquí, tener la película, compartirla con el público, empezar a leer las primeras opiniones y saber que apostamos en un año muy difícil para toda la humanidad, pero eso también se refleja en la industria del cine. Tomamos un riesgo como directores, como productores, al estrenar la película en Venecia y acoplarnos a lo que está pasando, pero creo que la apuesta valió la pena. El festival siempre te hace sentir muy cómoda, muy bien recibidos. También se ve esa emoción en la gente que regresa a las salas de cine, y eso es muy especial, formar parte de ese regreso lo hace especial.
- ¿Es importante que se celebre la Mostra?
Es importante y además se está celebrando con todas las medidas de seguridad. En todos los lugares del interior todo el mundo usa mascarillas. Hay todas las medidas de seguridad que tiene que haber para sentirnos tranquilos, y para no seguir deteniendo la vida, que todos queremos volver a la normalidad y creo que el festival lo está haciendo de manera increíble.
- ¿Cómo sería ganar premio en su apartado Orizzonti?
Sería muy emocionante, sobre todo porque lo ganaríamos presencialmente y hemos hecho todo este esfuerzo por estar aquí, compartiendo toda esta experiencia con Indira, la actriz, que es su primera vez en un festival de cine, su primera película, su primera vez actuando. Estoy también con mi pareja Rubén Imaz, productor, guionista, coeditor, cocreador de "Selva trágica" y con Pablo Zimbrón, productor con el que ya llevamos dos películas trabajando con él. El hecho de compartir estos espacios con esa gente tan cercana, que fue parte del proyecto, lo hace muy especial. Ganar un premio sería obviamente un extra.
- ¿Tiene nuevos proyectos de los que pueda hablar?
No realmente, ahorita como que espero una pausa y seguiré trabajando de la mano de Rubén, tenemos proyectos en común. Así como él trabaja ayudándome en "Selva trágica", tocará colaborar en los proyectos creados por él.
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- ¿Cómo surgió el proyecto de "Selva trágica"?
Todo empezó hace diez años, cuando viajé, por primera vez, a la frontera entre México y Belice. Estaba de vacaciones, intenté cruzar la frontera y descubrí esta conexión entre México y Belice que es una frontera muy diluida. Estamos sólo separados por el río Hondo, muy delgado, que puedes cruzar incluso nadando si es necesario. Desde ese momento sentí curiosidad por Belice, como país y por la frontera entre México y Belice. Años después pude volver a esa región y reconocer un poco más el lugar. Empecé a hacer investigación, descubrí todas las leyendas que tienen que ver con la cultura maya y la selva, como la "Leyenda de la mujer xtabay". Al mismo tiempo, descubrí leyendo sobre la historia del lugar que hace cien años comenzó a desarrollarse la industria del chicle, la goma de mascar, que años después se convirtió en una industria muy importante en México. Esas tres cosas se conectaron en mi cabeza y con esos tres elementos comencé a crear la historia de 'Selva Trágica': La frontera entre México y Belice, la goma de mascar y las leyendas mayas sobre la selva".
- ¿Qué mensaje ha querido transmitir?
Creo que el cine no es un medio o un arte que necesariamente obligue a hacer mensajes. El cine se comunica con el espectador a muchos niveles y como director lo último que se piensa, por lo menos yo, es en un mensaje específico. El cine está lleno de elementos que se mezclan de manera muy compleja, demasiadas capas de información. Puedes dar un mensaje a nivel sensorial, de experiencia visual y sonora. Entonces creo que no hay un mensaje en específico, creo que ahí ya el público encuentra una u otra cosa. Podría ser el encuentro del mundo femenino y el masculino, o el contraste entre ambos mundos, el contraste o la dualidad entre ambos países y la frontera y la selva como entidad viva que tiene poderes para tratar de defenderse de los seres humanos que intentamos robarle sus recursos.
- ¿La selva es un personaje dentro de su historia?
Sí, sin duda... La selva es un personaje primordial. Todas mis películas inician con la idea de una locación determinada, un lugar donde quiero filmar, y ese lugar se vuelve personaje de mis películas.
- ¿Cómo es ese personaje?
Una de las cosas de mi investigación, a la hora de leer literatura, poesía, sobre esta región. Los poetas y escritores mexicanos siempre hablaban de la selva como una entidad viva que tiene el poder de defenderse de los seres humanos que intentamos robarle sus recursos. Por ahí leí algo que se me quedó y que siempre quise retratarlo que es que, a pesar que la selva puede ser un lugar misterioso y oscuro al que le tenemos miedo, por todas las criaturas que allí viven, insectos, animales feroces como el jaguar, chango, etc, ni siquiera eso se compara con la oscuridad que pueden albergar los corazones de los seres humanos. No hay peores bestias de la selva que los seres humanos. En mi película creo que hay una dualidad de estar viendo cómo se comportan estos hombres que trabajan con el chicle, haciendo una metáfora con la de los monos o los changos que están en esa selva y que también observan con curiosidad a esta hermosa mujer beliceña. Eso era el juego, la metáfora, la idea que retrata la película.
- ¿Fue duro rodar en esos emplazamientos?
El rodaje fue bien, tuvimos mucha suerte, sin mayores problemas dentro de la selva. Excepto algunos incidentes, como un actor que se clavó una espina, que lo sacó del rodaje ese día y lo tuvieron que llevar a una clínica para poderle abrir y extraer la espina. Fuera de eso, el equipo de producción fue muy cuidadoso en tomar todas las medidas necesarias para que no pasara ningún accidente, teníamos mucha colaboración de gente local que revisaba todos los caminos por donde pasábamos, para alertarnos si había serpientes o no. Si las encontrábamos, teníamos que moverlas a otro espacio. Tuvimos mucha precaución en términos de seguridad, para que no hubiera ningún accidente, porque probablemente el riesgo más grande era tener una mordedura de serpiente que, por lo lejanos que estábamos de ciudades donde hubiera atención médica, sí era un riesgo contra la vida. Era ese tipo de medidas las que teníamos que tomar. Indira Andrewin, la actriz, por ejemplo, es una chica joven que está muy acostumbrada a moverse por dentro de la selva. Belice es básicamente selva entonces ella creció muy en contacto con la naturaleza. Nunca estaba incómoda en las localizaciones donde filmábamos. Sofia Oggioni, la fotógrafa colombiana, había filmado ya en la selva y también está muy en contacto con la naturaleza y se movía de forma segura y tranquila. Yo aunque vengo realmente de una ciudad, como Ciudad de México, siempre me adapto a los lugares donde voy a filmar. Ya que estoy en esos lugares no me detengo a pensar si me va a pasar algo malo o no. Simplemente voy, hago lo que tenga que hacer para conseguir las tomas que estoy buscando, y, de alguna manera, nos tocaba a nosotras tres liderar al equipo y transmitirles esa energía de seguridad y de confianza de que no nos iba a pasar nada y así fue.
- ¿Cómo fue dirigir a una debutante?
La verdad para mí, el trabajo con Indira no es que fuera fácil pero muy disfrutable. Nunca tuve problemas con ella como para que siguiera mis indicaciones. Creo que ella, justo por ser debutante, por ser una actriz natural, se puso en mis manos y confiaba plenamente en lo que le estaba pidiendo. De su parte siempre tuve esa retribución de simplemente ir soltándose y ponerse en mis manos en cualquier cosa que yo le pedía. Siempre me sorprendió ver cómo todo lo que pasaba en la película, de alguna manera, siempre se traslada a lo que pasa detrás de cámaras, así que todas las experiencias que se ven en la película, de alguna manera, pasaban en el rodaje, pero eso no es gratuito sino que es algo que uno construye desde la dirección y, en mi caso, por eso insistí tanto en sí tener una actriz beliceña, que hablara inglés, que no hablara español, porque podía haber conseguido una beliceña que hablara español para hacer las cosas más sencillas, pero ella estaba realmente rodeada por mexicanos, en la mayoría hombres, con los que no podía prácticamente platicar, con los cuales no se podía entender más que con señas, y su relación con todos los actores fue, como lo vemos en la película, con señas, con miradas, con esa tensión sexual, con esa atracción natural porque Indira tiene una presencia muy especial. Todo eso pasaba frente a la cámara y detrás de la cámara.
- Vaya cambio, de la selva a los canales de Venecia y a las playas del Lido...
Estoy muy contenta de haber logrado salir de México, de poder estar aquí con Indira, que viene de Belice, que fue muy difícil sacarla de allí por las condiciones de seguridad, y de los problemas fronterizos que hay entre países por los permisos para poder viajar. Definitivamente, organizar todo el trasladado ha sido muy complicado. Es una año muy especial para todos, pero creo que es todavía más emocionante haberlo logrado y estar aquí, tener la película, compartirla con el público, empezar a leer las primeras opiniones y saber que apostamos en un año muy difícil para toda la humanidad, pero eso también se refleja en la industria del cine. Tomamos un riesgo como directores, como productores, al estrenar la película en Venecia y acoplarnos a lo que está pasando, pero creo que la apuesta valió la pena. El festival siempre te hace sentir muy cómoda, muy bien recibidos. También se ve esa emoción en la gente que regresa a las salas de cine, y eso es muy especial, formar parte de ese regreso lo hace especial.
- ¿Es importante que se celebre la Mostra?
Es importante y además se está celebrando con todas las medidas de seguridad. En todos los lugares del interior todo el mundo usa mascarillas. Hay todas las medidas de seguridad que tiene que haber para sentirnos tranquilos, y para no seguir deteniendo la vida, que todos queremos volver a la normalidad y creo que el festival lo está haciendo de manera increíble.
- ¿Cómo sería ganar premio en su apartado Orizzonti?
Sería muy emocionante, sobre todo porque lo ganaríamos presencialmente y hemos hecho todo este esfuerzo por estar aquí, compartiendo toda esta experiencia con Indira, la actriz, que es su primera vez en un festival de cine, su primera película, su primera vez actuando. Estoy también con mi pareja Rubén Imaz, productor, guionista, coeditor, cocreador de "Selva trágica" y con Pablo Zimbrón, productor con el que ya llevamos dos películas trabajando con él. El hecho de compartir estos espacios con esa gente tan cercana, que fue parte del proyecto, lo hace muy especial. Ganar un premio sería obviamente un extra.
- ¿Tiene nuevos proyectos de los que pueda hablar?
No realmente, ahorita como que espero una pausa y seguiré trabajando de la mano de Rubén, tenemos proyectos en común. Así como él trabaja ayudándome en "Selva trágica", tocará colaborar en los proyectos creados por él.
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