Entrevista con Antonio Méndez Esparza ("Courtroom 3H"): "En los tribunales de menores no ves odio"
- por © Carolina G. Guerrero (San Sebastián)-NOTICINE.com
El español afincado en Florida Antonio Méndez Esparza ha regresado a San Sebastián, un festival que siempre le ha dado suerte, para concursar con su nuevo trabajo, el documental "Courtroom 3H", donde vuelve a hacerse a lo que la sociedad no gusta en mostrar, su parte más, injusta y triste. En esta ocasión, se trata de un juzgado de familia y menores en ese estado norteamericano. De él hablamos en exclusiva con el cineasta madrileño.
- ¿Cómo surgió el proyecto?
La película parte de la premisa: vamos a pasar dos horas en esta corte de menores, en la que las familias entran siendo acusadas de abuso, negligencia o abandono de menores.
- ¿Qué le impacto de lo que vio en ese juzgado?
Lo más sorprendente es que lo que contamos realmente se discute en los juzgados pero no tienes la oportunidad de verlo. Un ejemplo es un juicio donde al final quitan la patria potestad a los padres, aquí te paras a pensar, ¿cómo va a intervenir el Estado en esto?. Ahí entiendes la gravedad de los casos. La existencia de esta estructura legal sorprende. Otra cuestión es imaginar el tipo de familias que acuden a estos tribunales, no vas a ver odio, pero tampoco cariño, y ese sentimiento está presente, no puedes renunciar a él como padre o madre. Y por último, la voluntariedad de los miembros civiles, en definitiva, son una ONG.
- Empezó su carrera con una cinta en la que recreaba la realidad, sin llegar a la ficción, pero el documental puro y duro es su especialidad y no parece tentado por contar historias ficticias...
Es curioso, creo que he ido huyendo de la ficción, y aunque juegue con la idea de hacer ficción, veo esta película como un camino a seguir, lo que yo quería hacer después de "La vida y nada más". No excluyo la posibilidad de trabajar la ficción, quizás con carreras de coches. Hace poco adquirimos los derechos de una novela de Juan José Millas, "Que nadie duerma", y la protagonista va en taxi, pasea por las calles de Madrid.. y no es una road movie pero sí de calles y coches.
- ¿Qué particularidades tiene la protección de los menores en Estados Unidos?
La familia americana no tiene la red de soporte que tiene la familia española. Los españoles no se mudan tanto, hay otro tejido y otra estructura. En ese sentido, EEUU está mucho más desprotegido. Además, los servicios sociales existen pero no tienen, en apariencia, la estructura de una sociedad de bienestar. En la película, identifican ese problema y el tribunal es un método para tratar de solucionarlo, su teoría principal es pensar que los niños siempre estarán mejor con sus padres que en familias o centros de acogida.
- ¿Cómo está viviendo esta edición del Festival de San Sebastián que usted conoció sin mascarillas?
Estoy muy contento de estar aquí, es un documental arriesgado y estamos muy agradecidos de que nos hayan aceptado. Aquí celebramos el cine como método de expresión. Los festivales están suponiendo una llama de supervivencia para el mundo cinematográfico, no es lo mismo un contenido streaming que una muestra en un festival como este, de Venecia o Cannes. Un premio sería especial y un milagro, aunque ya lo es estar aquí.
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.
- ¿Cómo surgió el proyecto?
La película parte de la premisa: vamos a pasar dos horas en esta corte de menores, en la que las familias entran siendo acusadas de abuso, negligencia o abandono de menores.
- ¿Qué le impacto de lo que vio en ese juzgado?
Lo más sorprendente es que lo que contamos realmente se discute en los juzgados pero no tienes la oportunidad de verlo. Un ejemplo es un juicio donde al final quitan la patria potestad a los padres, aquí te paras a pensar, ¿cómo va a intervenir el Estado en esto?. Ahí entiendes la gravedad de los casos. La existencia de esta estructura legal sorprende. Otra cuestión es imaginar el tipo de familias que acuden a estos tribunales, no vas a ver odio, pero tampoco cariño, y ese sentimiento está presente, no puedes renunciar a él como padre o madre. Y por último, la voluntariedad de los miembros civiles, en definitiva, son una ONG.
- Empezó su carrera con una cinta en la que recreaba la realidad, sin llegar a la ficción, pero el documental puro y duro es su especialidad y no parece tentado por contar historias ficticias...
Es curioso, creo que he ido huyendo de la ficción, y aunque juegue con la idea de hacer ficción, veo esta película como un camino a seguir, lo que yo quería hacer después de "La vida y nada más". No excluyo la posibilidad de trabajar la ficción, quizás con carreras de coches. Hace poco adquirimos los derechos de una novela de Juan José Millas, "Que nadie duerma", y la protagonista va en taxi, pasea por las calles de Madrid.. y no es una road movie pero sí de calles y coches.
- ¿Qué particularidades tiene la protección de los menores en Estados Unidos?
La familia americana no tiene la red de soporte que tiene la familia española. Los españoles no se mudan tanto, hay otro tejido y otra estructura. En ese sentido, EEUU está mucho más desprotegido. Además, los servicios sociales existen pero no tienen, en apariencia, la estructura de una sociedad de bienestar. En la película, identifican ese problema y el tribunal es un método para tratar de solucionarlo, su teoría principal es pensar que los niños siempre estarán mejor con sus padres que en familias o centros de acogida.
- ¿Cómo está viviendo esta edición del Festival de San Sebastián que usted conoció sin mascarillas?
Estoy muy contento de estar aquí, es un documental arriesgado y estamos muy agradecidos de que nos hayan aceptado. Aquí celebramos el cine como método de expresión. Los festivales están suponiendo una llama de supervivencia para el mundo cinematográfico, no es lo mismo un contenido streaming que una muestra en un festival como este, de Venecia o Cannes. Un premio sería especial y un milagro, aunque ya lo es estar aquí.
Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.