Charo López, ante su regreso al cine, que será "un éxito enorme"
- por © Esther González-NOTICINE.com
La actriz española Charo López vive momentos dulces relacionados con la gran pantalla, luego de estrenar en Sitges "Baby", el film de Juanma Bajo Ulloa del que se siente especialmente orgullosa, y a pocos días de recibir una Espiga de Honor en la SEMINCI, el festival más importante de Castilla-León, comunidad en la que nació hace 76 años.
López cuenta con una carrera repleta de grandes trabajos, especialmente en los escenarios teatrales, pero también en televisión, donde brilló en dos series dramáticas de los años 80, "Fortunata y Jacinta" y "Los gozos y las sombras". Ahora ha regresado al cine, de la mano del vasco Bajo Ulloa, con quien ya hizo "Rey gitano", en "Baby", de la que dice "es una película de culto que tendrá un éxito enorme".
Este drama psicológico sin apenas diálogos es -en palabras de la actriz salmantina a ICAL, "de una sensibilidad, de una dulzura y de una dureza tremendas. Es la historia de una madre drogadicta que tiene que dejar su hijo a una mujer, porque debe dejárselo".
La desgarradora historia de "Baby", protagonizada por Rosie Day y Harriet Sansom Harris, fue filmada durante seis semanas en las provincias de Alava y Vizcaya. Su director, Bajo Ulloa rueda con ésta, su sexta ficción, y entre sus antecesoras, "La madre muerta", Goya a la mejor dirección, y el gran éxito comercial "Airbag".
Los innumerables trabajos de la veterana intérprete española le han otorgado una reputación que se verá encumbrada en unos días, cuando reciba en la Semana de Cine vallisoletana (SEMINCI) la Espiga de Honor: "En ese momento me encontraba con apatía y un poquito de tristeza por toda la situación que estamos viviendo, y cuando el director de la SEMINCI, Javier Angulo, me anunció que me iban a entregar la Espiga de Honor, me sacó de ese ensimismamiento, de esa tristeza, y me alegró muchísimo", explicaba López mostrando el cariño que siente por el certamen de la ciudad vecina de su Salamanca natal, donde presentaba en 1981 "Anima, Symphonie phantastique", de Titus Leber.
"La primera vez en el festival tenía 24 años. Recuerdo que fui con Antonio Giménez Rico, Fernando Moreno y Jesús García de Dueñas, y lo pasé de maravilla. Tengo muy buen recuerdo y me encanta Valladolid".
Con el último film de López, "Baby" que ha conseguido el premio a la mejor música en su presentación dentro del Festival de Sitges y la Espiga de Oro casi entre manos, la intérprete ponía la vista atrás hacia su vocación y el primer empujón del director Gonzalo Suárez, con el que ha trabajado en ocho ocasiones: "Todavía no se me había pasado por la cabeza ser actriz, aunque era una idea que nunca había abandonado porque me parecía atractiva, pero me encantaba ser profesora. El caso es que un año después yo empecé con Gonzalo Suárez a hacer esa película, 'Ditirambo', y el resto de mi vida he estado al lado de Gonzalo trabajando y somos grandes amigos".
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López cuenta con una carrera repleta de grandes trabajos, especialmente en los escenarios teatrales, pero también en televisión, donde brilló en dos series dramáticas de los años 80, "Fortunata y Jacinta" y "Los gozos y las sombras". Ahora ha regresado al cine, de la mano del vasco Bajo Ulloa, con quien ya hizo "Rey gitano", en "Baby", de la que dice "es una película de culto que tendrá un éxito enorme".
Este drama psicológico sin apenas diálogos es -en palabras de la actriz salmantina a ICAL, "de una sensibilidad, de una dulzura y de una dureza tremendas. Es la historia de una madre drogadicta que tiene que dejar su hijo a una mujer, porque debe dejárselo".
La desgarradora historia de "Baby", protagonizada por Rosie Day y Harriet Sansom Harris, fue filmada durante seis semanas en las provincias de Alava y Vizcaya. Su director, Bajo Ulloa rueda con ésta, su sexta ficción, y entre sus antecesoras, "La madre muerta", Goya a la mejor dirección, y el gran éxito comercial "Airbag".
Los innumerables trabajos de la veterana intérprete española le han otorgado una reputación que se verá encumbrada en unos días, cuando reciba en la Semana de Cine vallisoletana (SEMINCI) la Espiga de Honor: "En ese momento me encontraba con apatía y un poquito de tristeza por toda la situación que estamos viviendo, y cuando el director de la SEMINCI, Javier Angulo, me anunció que me iban a entregar la Espiga de Honor, me sacó de ese ensimismamiento, de esa tristeza, y me alegró muchísimo", explicaba López mostrando el cariño que siente por el certamen de la ciudad vecina de su Salamanca natal, donde presentaba en 1981 "Anima, Symphonie phantastique", de Titus Leber.
"La primera vez en el festival tenía 24 años. Recuerdo que fui con Antonio Giménez Rico, Fernando Moreno y Jesús García de Dueñas, y lo pasé de maravilla. Tengo muy buen recuerdo y me encanta Valladolid".
Con el último film de López, "Baby" que ha conseguido el premio a la mejor música en su presentación dentro del Festival de Sitges y la Espiga de Oro casi entre manos, la intérprete ponía la vista atrás hacia su vocación y el primer empujón del director Gonzalo Suárez, con el que ha trabajado en ocho ocasiones: "Todavía no se me había pasado por la cabeza ser actriz, aunque era una idea que nunca había abandonado porque me parecía atractiva, pero me encantaba ser profesora. El caso es que un año después yo empecé con Gonzalo Suárez a hacer esa película, 'Ditirambo', y el resto de mi vida he estado al lado de Gonzalo trabajando y somos grandes amigos".
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