Hablamos con Manuel H. Martín sobre el próximo Festival de Huelva y el estreno de "El viaje más largo"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
El cineasta español Manuel H. Martín, director del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, está en Valladolid para estrenaren la Seminci su última realización, "El viaje más largo", un documental sobre la primera vuelta al mundo, realizada por los marinos Magallanes y Elcano (1519–1522). Con él, sobre la 46 edición del certamen onubense y su nuevo film, habló en exclusiva NOTICINE.com.
- A menos de un mes de su inicio, ¿cómo se presenta el Festival de Huelva en este momento tan convulso?
La palabra que mejor definiría la situación sería "incertidumbre", pero nosotros estamos trabajando para que sea una realidad, con varios escenarios. Deseamos con todas nuestras ganas que podamos hacerlo en formato presencial, con actividades online. Me gustaría proyectar en pantalla grande. Hemos anunciado los Premios Ciudad de Huelva (al director Alberto Rodríguez y al actor Eduard Fernández, ambos españoles)... Estamos ilusionados, pero no depende de nosotros, sino de las autoridades sanitarias. Ahora mismo nadie sabe nada. La Cultura y el Cine sobrevivirán. Han demostrado en esta pandemia que son totalmente necesarios y los protocolos de seguridad que se tienen son tremendos. Lo fundamental de un festival es ver las películas en pantalla grande, y se ha demostrado que las salas de cine son seguras. Es una industria que vive de la ilusión, y la ilusión es inagotable.
- Imagino que estas circunstancias se les estará dificultando la presencia de invitados de las películas latinoamericanas...
Sí, sí, totalmente. Los sabemos nosotros y lo saben los invitados. Hemos visto ya los festivales que se han podido celebrar en estos últimos meses y en muchos, los encuentros han sido online. La situación cambia de día en día. Esto es como un partido en el que cualquiera puede marcar. Intentamos tenerlo todo controlado y con alternativas por si hay que cambiar los planes. Con los invitados internacionales tenemos prudencia, porque sigue habiendo restricciones de movilidad.
- ¿Cree usted que Huelva será capaz en algún momento de salir del bache económico y las autoridades e instituciones asuman su categoría y dimensión internacional y lo apoyen más?
El Festival se inició antes de que yo naciera, y ha pasado por todo tipo de etapas y situaciones. Hablamos de dos circunstancias. Como director tengo una buena relación con todas las instituciones y hay con ellos una importante cercanía. En cuanto a lo económico, no podemos aferrarnos a la nostalgia, de lo que algún día fue. En el Festival de Huelva, como evento internacional, precisamos de más presupuesto. Eso está claro y yo lo he dicho, pero las circunstancias en este momento concreto apuntan a otras prioridades. En un futuro próximo esperamos que cuente con mejor dotación económica, y creo que hay que sentarse a hablar de ello. Pero debemos seguir la evolución de todo. No es el mejor momento quizás para hablar de economía y festivales.
- Hablemos de su otra faceta profesional, la de cineasta. Aquí en la SEMINCI ha estrenado mundialmente "El viaje más largo", donde vuelve a combinar el tradicional documental de entrevistas con secuencias de animación. ¿Es ese su personal aportación o estilo dentro del género?
Como largometraje es el segundo que hago. "Treinta años de oscuridad" fue mi primera cinta con animación, después viene "La vida en oscuridad", que no tiene seguimiento y es diferente. "Bécquer el desconocido" es el primer documental que dirigí y era más televisivo, duraba 60 minutos, y ahí empecé a coquetear con las técnicas de animación. A mis treinta años nació el boom del cine del género y del cómic. Propuse hacer un documental de ese estilo. La historia tiene poco archivo documentado, y por ello decidimos utilizar la técnica en vez de autores de carne y hueso. Además era una forma de llegar a un público más joven. Junto al coguionista, Antonio Fernández Torres, "El viaje más largo", ha sido el documental donde nos hemos lanzado a mezclar los géneros. La trama está inspirada en hechos reales pero con un elemento añadido, es una historia coral, el personaje es la tripulación, y otra diferencia con mi anterior proyecto es la comparativa con la carrera espacial. El reto era: contar con mi estilo pero poner el punto en jugar con la ciencia y coquetear con la ciencia ficción.
- Constantemente, a lo largo de la película, hay referencias al paralelismo entre la primera Vuelta al Mundo y la conquista del espacio. ¿Es esa su visión de aquella aventura?
El paralelismo existe en la exposición que fue el punto de partida del proyecto, y el tema del viaje espacial ayuda al espectador a quedarse con ese concepto y que no esté todo el tiempo comparando con lo anterior. El reto de la historia era meter analogías pero sin que parase la cronología. El viaje de Magallanes-Elcano, con todos los entresijos políticos y estrategias entre España y Portugal, había que contarlo sin paralizar la trama. Ha sido complicado mantener el freno aunque nuestra idea era meter elementos de ciencia ficción. Cuando el ser humano empieza un viaje a lo desconocido busca referencias sobre ello, se ve en la película haciendo referencia a Méliès y el viaje a la luna o a Julio Verne. Ese viaje es el pilar del proyecto.
- El estilo de ilustración nos remite al comic, y yo diría que más al comic infantil o juvenil que al adulto. ¿Ese es el público que buscan?
Buscábamos un mundo juvenil-adulto. Es un dibujo figurativo con proporciones humanas pero en color, no es realista. Queríamos que atrajera a los jóvenes e incluso tuviera una labor divulgativa, que luego en las escuelas pudiera utilizarse un documental para aprender. Puedes crear un cómic de apariencia infantil orientado a adultos, realmente es algo subjetivo. Hay pasajes que realmente no son para niños, como cuando descubren que dos hombres de la tripulación son homosexuales y lo que ocurre, o cuando muere Magallanes. Lo que sí hemos adaptado es el lenguaje a uno más sutil.
- Al final del documental, una de las personas entrevistadas, habla del balance en pérdidas humanas y materiales de la expedición, y que la historia tendrá que dilucidar si mereció o no la pena. ¿Usted personalmente qué opina?
Gracias a ese viaje se cartografió el mundo. La historia es agridulce, pero la vida misma lo es. El triunfalismo no existe aunque este tipo de aventuras son importantes para la humanidad, y no me refiero solo a España o Europa, sino a toda la humanidad. Lo mismo pasa con el espacio, son grandes pasos. Y tiene su parte científica porque fue la primera vez que navegó por el océano Pacífico. Como cualquier aventura hay mucho coste de vidas y me alegro de que al visionar el documental se ponga el valor humano en cuestión.
- ¿Se ve dando el salto algún día a la ficción?
Sí, me veo, pero quiero encontrar el proyecto ideal para hacerlo. A principios de año rodé un corto de ficción y tengo ganas de estrenarlo, lo único que sí que quiero es ir pausado y hacer la ficción que a mí me gusta, la que yo vería. Estoy abierto a la ficción de cualquier género yendo poco a poco. En el documental me siento cómodo aunque no me considero documentalista porque he hecho otros géneros. Me gusta que me definan como narrador o director.
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- A menos de un mes de su inicio, ¿cómo se presenta el Festival de Huelva en este momento tan convulso?
La palabra que mejor definiría la situación sería "incertidumbre", pero nosotros estamos trabajando para que sea una realidad, con varios escenarios. Deseamos con todas nuestras ganas que podamos hacerlo en formato presencial, con actividades online. Me gustaría proyectar en pantalla grande. Hemos anunciado los Premios Ciudad de Huelva (al director Alberto Rodríguez y al actor Eduard Fernández, ambos españoles)... Estamos ilusionados, pero no depende de nosotros, sino de las autoridades sanitarias. Ahora mismo nadie sabe nada. La Cultura y el Cine sobrevivirán. Han demostrado en esta pandemia que son totalmente necesarios y los protocolos de seguridad que se tienen son tremendos. Lo fundamental de un festival es ver las películas en pantalla grande, y se ha demostrado que las salas de cine son seguras. Es una industria que vive de la ilusión, y la ilusión es inagotable.
- Imagino que estas circunstancias se les estará dificultando la presencia de invitados de las películas latinoamericanas...
Sí, sí, totalmente. Los sabemos nosotros y lo saben los invitados. Hemos visto ya los festivales que se han podido celebrar en estos últimos meses y en muchos, los encuentros han sido online. La situación cambia de día en día. Esto es como un partido en el que cualquiera puede marcar. Intentamos tenerlo todo controlado y con alternativas por si hay que cambiar los planes. Con los invitados internacionales tenemos prudencia, porque sigue habiendo restricciones de movilidad.
- ¿Cree usted que Huelva será capaz en algún momento de salir del bache económico y las autoridades e instituciones asuman su categoría y dimensión internacional y lo apoyen más?
El Festival se inició antes de que yo naciera, y ha pasado por todo tipo de etapas y situaciones. Hablamos de dos circunstancias. Como director tengo una buena relación con todas las instituciones y hay con ellos una importante cercanía. En cuanto a lo económico, no podemos aferrarnos a la nostalgia, de lo que algún día fue. En el Festival de Huelva, como evento internacional, precisamos de más presupuesto. Eso está claro y yo lo he dicho, pero las circunstancias en este momento concreto apuntan a otras prioridades. En un futuro próximo esperamos que cuente con mejor dotación económica, y creo que hay que sentarse a hablar de ello. Pero debemos seguir la evolución de todo. No es el mejor momento quizás para hablar de economía y festivales.
- Hablemos de su otra faceta profesional, la de cineasta. Aquí en la SEMINCI ha estrenado mundialmente "El viaje más largo", donde vuelve a combinar el tradicional documental de entrevistas con secuencias de animación. ¿Es ese su personal aportación o estilo dentro del género?
Como largometraje es el segundo que hago. "Treinta años de oscuridad" fue mi primera cinta con animación, después viene "La vida en oscuridad", que no tiene seguimiento y es diferente. "Bécquer el desconocido" es el primer documental que dirigí y era más televisivo, duraba 60 minutos, y ahí empecé a coquetear con las técnicas de animación. A mis treinta años nació el boom del cine del género y del cómic. Propuse hacer un documental de ese estilo. La historia tiene poco archivo documentado, y por ello decidimos utilizar la técnica en vez de autores de carne y hueso. Además era una forma de llegar a un público más joven. Junto al coguionista, Antonio Fernández Torres, "El viaje más largo", ha sido el documental donde nos hemos lanzado a mezclar los géneros. La trama está inspirada en hechos reales pero con un elemento añadido, es una historia coral, el personaje es la tripulación, y otra diferencia con mi anterior proyecto es la comparativa con la carrera espacial. El reto era: contar con mi estilo pero poner el punto en jugar con la ciencia y coquetear con la ciencia ficción.
- Constantemente, a lo largo de la película, hay referencias al paralelismo entre la primera Vuelta al Mundo y la conquista del espacio. ¿Es esa su visión de aquella aventura?
El paralelismo existe en la exposición que fue el punto de partida del proyecto, y el tema del viaje espacial ayuda al espectador a quedarse con ese concepto y que no esté todo el tiempo comparando con lo anterior. El reto de la historia era meter analogías pero sin que parase la cronología. El viaje de Magallanes-Elcano, con todos los entresijos políticos y estrategias entre España y Portugal, había que contarlo sin paralizar la trama. Ha sido complicado mantener el freno aunque nuestra idea era meter elementos de ciencia ficción. Cuando el ser humano empieza un viaje a lo desconocido busca referencias sobre ello, se ve en la película haciendo referencia a Méliès y el viaje a la luna o a Julio Verne. Ese viaje es el pilar del proyecto.
- El estilo de ilustración nos remite al comic, y yo diría que más al comic infantil o juvenil que al adulto. ¿Ese es el público que buscan?
Buscábamos un mundo juvenil-adulto. Es un dibujo figurativo con proporciones humanas pero en color, no es realista. Queríamos que atrajera a los jóvenes e incluso tuviera una labor divulgativa, que luego en las escuelas pudiera utilizarse un documental para aprender. Puedes crear un cómic de apariencia infantil orientado a adultos, realmente es algo subjetivo. Hay pasajes que realmente no son para niños, como cuando descubren que dos hombres de la tripulación son homosexuales y lo que ocurre, o cuando muere Magallanes. Lo que sí hemos adaptado es el lenguaje a uno más sutil.
- Al final del documental, una de las personas entrevistadas, habla del balance en pérdidas humanas y materiales de la expedición, y que la historia tendrá que dilucidar si mereció o no la pena. ¿Usted personalmente qué opina?
Gracias a ese viaje se cartografió el mundo. La historia es agridulce, pero la vida misma lo es. El triunfalismo no existe aunque este tipo de aventuras son importantes para la humanidad, y no me refiero solo a España o Europa, sino a toda la humanidad. Lo mismo pasa con el espacio, son grandes pasos. Y tiene su parte científica porque fue la primera vez que navegó por el océano Pacífico. Como cualquier aventura hay mucho coste de vidas y me alegro de que al visionar el documental se ponga el valor humano en cuestión.
- ¿Se ve dando el salto algún día a la ficción?
Sí, me veo, pero quiero encontrar el proyecto ideal para hacerlo. A principios de año rodé un corto de ficción y tengo ganas de estrenarlo, lo único que sí que quiero es ir pausado y hacer la ficción que a mí me gusta, la que yo vería. Estoy abierto a la ficción de cualquier género yendo poco a poco. En el documental me siento cómodo aunque no me considero documentalista porque he hecho otros géneros. Me gusta que me definan como narrador o director.
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