Hablamos con Alauda Ruíz de Azúa sobre su debut en Berlín, "Cinco lobitos"
- por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Formada en la madrileña ECAM, la directora vasca Alauda Ruíz de Azúa dio a conocer en el apartado Panorama de la Berlinale "Cinco lobitos", un drama familiar que confronta el final de la vida con su inicio, protagonizado por Laia Costa, Susi Sánchez y Ramón Barea. NOTICINE.com entrevistó en exclusiva a la cineasta debutante.
- ¿Qué ha supuesto para usted estrenar "Cinco Lobitos" en un festival de "clase A" como la Berlinale?
Es la mejor alegría que podíamos tener, es un sueño hecho realidad, porque cuando uno hace una peli personal y de corte intimista, que pertenece a la producción independiente, ese sueño hecho realidad es que la seleccione un festival así y que la ponga en el mapa y le dé visibilidad.
- ¿Cree que ha logrado ese objetivo?
Berlín ya ha hecho todo lo que podía hacer por la película, porque nos ha puesto en el mapa, nos ha dado una visibilidad increíble, nos está dando todo este acceso a medios, a prensa, y a futuras selecciones en otros certámenes. Ha hecho ya todo lo que se puede hacer por nosotros, la verdad.
- ¿Le resultó complicado montar esta producción novel?
Este es un proyecto que surgió de una manera muy familiar, entre amigos, con lo cual estamos todos muy implicados en todo. Yo lo que podía aportar, lo aportaba, a nivel de los "pitches" que había que hacer, de los dossieres, los planteamientos... Era un trabajo muy mano a mano con producción ejecutiva siempre.
- ¿Le parece que el hecho de que sea vasca y de que la película se desarrolle en Euskadi forma parte intrínseca de la historia?... La forma de ser y la represión sentimental de los vascos está muy presente en su historia... Puede que en Murcia no funcionara igual.
No lo sé, en Murcia sería distinta, más que el que no funcionaría. Yo también hablo de lo que conozco, no conozco tanto Murcia, pero es verdad que a mí el contexto vasco, que es donde me he críado, donde tengo la familia y donde conozco el entorno, sí me daba una serie de herramientas que narrativamente eran muy valiosas, ese carácter más contenido, esos afectos que cuesta a veces mostrar, el propio paisaje tiene otra melancolía a veces. Sí que entiendo que, al final, hacer las cosas más locales y más personales al final añade alguna capa distinta.
- Esa represión sentimental es algo que respiramos de alguna manera en el País Vasco.
Yo creo que en el norte en general hay más contención, somos más contenidos para demostrar los afectos. Por otro lado, también era algo que me gustaba, porque quería retratar una familia muy real, alejada de épicas o de romanticismos, y es verdad que en las familias reales la gente no está todo el día diciéndose que se quiere, ni haciendo grandes demostraciones de afecto. Ese punto más contenido, más cotidiano, me va bien para la película.
- ¿Hasta qué punto es autobiográfica la película?
Cuando empecé a escribir sí que era más autobiográfica, porque había más anécdota personal, de amigas o historias del parque. Pero sí que es verdad que a medida que va avanzando la película te vas dando cuenta como creadora de que necesitas ordenar un poco ese mundo narrativo, necesitas darle ese sentido. Lo que era autobiográfico se empezó a convertir en lo que era una mirada más personal y ahí sí que siento que es autobiográfico o me siento yo reconocida, en el sentido de que es una mirada muy mía, muy personal, hacia la familia y hacia determinadas cosas. Pero en el anecdotario es verdad que está lejos de mi vida real, en muchos sentidos.
Transcripción: Eva Ramos
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- ¿Qué ha supuesto para usted estrenar "Cinco Lobitos" en un festival de "clase A" como la Berlinale?
Es la mejor alegría que podíamos tener, es un sueño hecho realidad, porque cuando uno hace una peli personal y de corte intimista, que pertenece a la producción independiente, ese sueño hecho realidad es que la seleccione un festival así y que la ponga en el mapa y le dé visibilidad.
- ¿Cree que ha logrado ese objetivo?
Berlín ya ha hecho todo lo que podía hacer por la película, porque nos ha puesto en el mapa, nos ha dado una visibilidad increíble, nos está dando todo este acceso a medios, a prensa, y a futuras selecciones en otros certámenes. Ha hecho ya todo lo que se puede hacer por nosotros, la verdad.
- ¿Le resultó complicado montar esta producción novel?
Este es un proyecto que surgió de una manera muy familiar, entre amigos, con lo cual estamos todos muy implicados en todo. Yo lo que podía aportar, lo aportaba, a nivel de los "pitches" que había que hacer, de los dossieres, los planteamientos... Era un trabajo muy mano a mano con producción ejecutiva siempre.
- ¿Le parece que el hecho de que sea vasca y de que la película se desarrolle en Euskadi forma parte intrínseca de la historia?... La forma de ser y la represión sentimental de los vascos está muy presente en su historia... Puede que en Murcia no funcionara igual.
No lo sé, en Murcia sería distinta, más que el que no funcionaría. Yo también hablo de lo que conozco, no conozco tanto Murcia, pero es verdad que a mí el contexto vasco, que es donde me he críado, donde tengo la familia y donde conozco el entorno, sí me daba una serie de herramientas que narrativamente eran muy valiosas, ese carácter más contenido, esos afectos que cuesta a veces mostrar, el propio paisaje tiene otra melancolía a veces. Sí que entiendo que, al final, hacer las cosas más locales y más personales al final añade alguna capa distinta.
- Esa represión sentimental es algo que respiramos de alguna manera en el País Vasco.
Yo creo que en el norte en general hay más contención, somos más contenidos para demostrar los afectos. Por otro lado, también era algo que me gustaba, porque quería retratar una familia muy real, alejada de épicas o de romanticismos, y es verdad que en las familias reales la gente no está todo el día diciéndose que se quiere, ni haciendo grandes demostraciones de afecto. Ese punto más contenido, más cotidiano, me va bien para la película.
- ¿Hasta qué punto es autobiográfica la película?
Cuando empecé a escribir sí que era más autobiográfica, porque había más anécdota personal, de amigas o historias del parque. Pero sí que es verdad que a medida que va avanzando la película te vas dando cuenta como creadora de que necesitas ordenar un poco ese mundo narrativo, necesitas darle ese sentido. Lo que era autobiográfico se empezó a convertir en lo que era una mirada más personal y ahí sí que siento que es autobiográfico o me siento yo reconocida, en el sentido de que es una mirada muy mía, muy personal, hacia la familia y hacia determinadas cosas. Pero en el anecdotario es verdad que está lejos de mi vida real, en muchos sentidos.
Transcripción: Eva Ramos
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